ERT pierde 20.000 millones de pesetas en beneficios fiscales ante su renuncia a atender su deuda bancaria
Explosivos R¨ªo Tinto (ERT), la sociedad qu¨ªmica convertida desde hace meses en escenario de una guerra abierta entre gestores y accionistas, perder¨¢ unos 20.000 millones de pesetas en beneficios fiscales al no haber podido atender antes de finales de a?o a su deuda en cr¨¦ditos participativos, por valor de m¨¢s de 40.000 millones de pesetas. La imposibilidad de atender a estos compromisos, comunicada al comit¨¦ de acreedores hace una semana, supone la entrada en vigor de la f¨®rmula de ejecuci¨®n de la deuda con cargo a los futuros beneficios de la empresa.
La insolvencia para hacer frente a la deuda, oficializada hace unos d¨ªas por el presidente de ERT, Jos¨¦ Mar¨ªa Escondrillas, ha venido a producirse como consecuencia del fracaso del denominado plan Escondrillas, que preve¨ªa atender una parte sustancial de los compromisos utilizando la autocartera sobre una cotizaci¨®n de las acciones en torno al 700%, lejos de los valores posteriores al crash, que han venido situando los t¨ªtulos de ERT a un tercio de su valor anterior. Al tiempo, el no a los acreedores bancarios se ha producido como consecuencia de las tensiones mantenidas entre la gesti¨®n de la empresa y su principal accionista, controlado por el eqiupo inversor kuwait¨ª. A lo largo del per¨ªodo de negociaciones mantenidas con la banca, estas tensiones han bloqueado las distintas f¨®rmulas de aportaci¨®n de fondos ofrecidas por el accionista, que carece de representaci¨®n en el consejo de administraci¨®n de la empresa.
Los accionistas principales de la sociedad han lamentado la p¨¦rdida de los importantes beneficios fiscales en una operaci¨®n para la que hab¨ªan ofrecido distintas salidas siempre y cuando contaran con la presencia "en la administraci¨®n, no en la gesti¨®n de la sociedad" seg¨²n lo manifestado en distintas ocasiones por medios pr¨®ximos al holding. La falta de presencia en el consejo y la imposibilidad de convertirse en interlocutores de la banca, ha estrechado hasta la nada el margen de actuaci¨®n del grupo a la hora de llevar adelante sus propuestas para el saneamiento financiero de Explosivos. Por su parte, la gesti¨®n de la sociedad ha visto caerse al plan que les hubiera permitido solventar la situaci¨®n, prescindiendo del apoyo directo de los accionistas. El plan Escondrillas, escrupulosamente dise?ado en estas coordenadas y que se ha revelado ahora como inviable, ha sido derrotado al final no por sus enemigos sino por los elementos.
Cargo a beneficios
La situaci¨®n generada con la anunciada insolvencia de ERT para hacerse cargo de la deuda lleva a la negociaci¨®n a una situaci¨®n de impasse, a la espera de que los gestores o accionistas de la empresa encuentren una nueva f¨®rmula para atender a los compromisos de pago del paquete de cr¨¦ditos participativos. El statu quo del proceso de liquidaci¨®n de los cr¨¦ditos participativos, aceptado "con resignaci¨®n" por los acreedores seg¨²n las fuentes consultadas, coloca a los bancos ante la necesidad de ejecutar sus deudas con cargo a los beneficios de la empresa, una de las variables contempladas en el plan de renegociaci¨®n de la deuda dise?ado en 1982. Un proceso que, en caso de no encontrarse una nueva f¨®rmula, se prolongar¨ªa a?os, en los que los accionistas no percibir¨ªan dividendo alguno.La p¨¦rdida de los beneficios fiscales contemplados en este cap¨ªtulo y la no percepci¨®n de los 9.000 millones previstos en la malograda fusi¨®n de activos en fertilizantes con Cros, unidas al pulso mantenido entre accionistas y gestores de la empresa, arrojan una serie de interrogantes sobre la situaci¨®n futura de las finanzas de ERT. En el curso de este a?o, la sociedad deber¨¢ romper el impasse y negociar un acuerdo m¨¢s realista respecto a sus deudas en cr¨¦ditos participativos, al tiempo que deber¨¢ comenzar a atender su deuda normal, de unos 25.000 millones de pesetas.
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