Improperios en italiano

Todo buen seguidor de Jos¨¦ Carreras, hombre de aspecto sosegado y en apariencia incapaz de alterarse, recuerda por lo menos un enfado suyo: el que qued¨® materializado en aquel estent¨®reo improperio y consiguiente portazo, difundidos a medio mundo por las c¨¢maras de televisi¨®n, que dedic¨® a Leonard Bernstein y a la orquesta durante la grabaci¨®n de West Side Story para la Deutsche Grammophon, en 1984. Curiosamente, el improperio -un rotundo "porco d..."- le sali¨® al tenor en italiano, desmintiendo la teor¨ªa seg¨²n la cual el taco forma parte del m¨¢s arraigado e ¨ªntimo bagaje cultural de la persona."No he visto ese v¨ªdeo" confiesa Carreras, entre carcajadas. "Pero es cierto, en los ¨²ltimos a?os siempre que he soltado una maldici¨®n lo he hecho en italiano: me parece menos fuerte y a la vez m¨¢s pintoresco".

Pese a la tensi¨®n del momento, la trifulca se resolvi¨® para bien, como se encargar¨ªa de demostrar el propio disco, desde su placidez de producto felizmente acabado. Pero la indiscreta mirada electr¨®nica sirvi¨® para alertarnos sobre las dificultades de una grabaci¨®n. Y tambi¨¦n sobre el genio del cantante. Tampoco fue demasiado liso el primer encuentro con Karajan, seg¨²n cuenta el tenor. El c¨¦lebre Herbert, con la sequedad que le es propia, se limit¨® a se?alarle cuatro o cinco puntos de la partitura del R¨¦quiem de Verdi, dici¨¦ndole someramente c¨®mo quer¨ªa que fueran interpretados. "Eran naturalmente los pasajes m¨¢s dif¨ªciles", comenta divertido el tenor. "De vuelta al hotel me puse a hacer las maletas con la idea de volver a casa". Carlos Caball¨¦ lo impidi¨®, evitando que fracasara una colaboraci¨®n art¨ªstica que ya forma parte de la historia de la ¨®pera.