Proceso en Argentina contra los sublevados civiles de enero
Los procesados civiles por la toma del Aeroparque, el segundo aeropuerto de Buenos Aires, ocurrida el 18 de enero pasado, durante el mot¨ªn del teniente coronel Aldo Rico, convirtieron el primer d¨ªa de juicio contra ellos en un foro de acusaciones de corrupci¨®n contra el mando de la Fuerza A¨¦rea Argentina.El primer proceso por los sucesos de enero comenz¨® el martes por la tarde en Buenos Aires, en una sesi¨®n que dur¨® seis horas, en la misma sala que fue testigo del juicio contra los comandantes de las juntas militares de la dictadura.
El duro invierno anticipado que padece Buenos Aires convirti¨® la sala en una nevera. Esto permiti¨® que las mujeres familiares de los acusados convirtiesen la sala en una exhibici¨®n de sus pieles, que no se quitaron durante las seis horas. Tambi¨¦n se encontraba en la sala el ex general Jes¨²s Capellini, que en 1975 fue un precursor de los hoy acusados. Aquel a?o, Capellini tambi¨¦n particip¨® en una toma del Aeroparque, en un intento de golpe contra el Gobierno de Isabel Per¨®n.
Ley de defensa de la democracia
Los siete acusados civiles, que en enero tomaron con las armas el Aeroparque de la capital, mientras Rico estaba a punto de rendirse en Monte Caseros, comparecieron ante el tribunal bien trajeados y sonrientes.En el proceso contra los siete civiles se aplica por primera vez en Argentina la Ley 23.077, de Defensa de la Democracia y el Orden Constitucional, que introduce la causa oral y p¨²blica y agiliza el procedimiento. Esta transparencia contrasta con la oscuridad del proceso que se sigue en la jurisdicci¨®n castrense contra los militares que participaron en los mismos hechos que los siete acusados civiles.
Los fiscales leyeron las acusaciones: tenencia il¨ªcita de armas y explosivos, coacci¨®n agravada por el uso de armas, privaci¨®n ilegal de libertad con armas y amenazas, entorpecimiento del transporte a¨¦reo, rebeli¨®n agravada para poner en peligro la plena vigencia de la Constituci¨®n.
La declaraci¨®n del abogado ?scar Calzada, 35 a?os, que trabajaba para los servicios secretos de la Fuerza A¨¦rea, empez¨® con un golpe de efecto. Calzada solicit¨® la recusaci¨®n del presidente de la sala, Juan Cortolezzi, "por enemistad manifiesta".
El agente Calzada reconoci¨® haber llevado armas y uniforme de campa?a el d¨ªa de la toma de Aeroparque, pero justific¨® que no fue una rebeli¨®n, sino una protesta contra la "mara?a de corrupci¨®n" en el mando de la Fuerza A¨¦rea. El segundo objetivo de la acci¨®n, seg¨²n Calzada, fue impedir la "guerra civil", porque aquel d¨ªa la aviaci¨®n estaba preparada para reprimir la rebeli¨®n de Rico en Monte Caseros.
En la lista de acusaciones contra Crespo, Calzada no se priv¨® de nada: malversar fondos, tener una amante, encubrir una mesa de especulaci¨®n de dinero, usar en provecho propio los servicios de agentes y un largo etc¨¦tera.
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