Los fenicios, la ¨²ltima moda de Venecia
La exposici¨®n del Palazzo Grassi bate r¨¦cords de asistencia
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Un ordenador de IBM est¨¢ analizando cientos de respuestas de los visitadores a la exposici¨®n de los fenicios en Palazzo Grassi, la galer¨ªa de arte veneciana orgullo de la familia Agnell¨ª, para comprender por qu¨¦ dicha exposici¨®n, en la que existe una importante presencia de museos espa?oles, est¨¢ despertando tanto inter¨¦s. En s¨®lo tres meses la exposici¨®n ha sido visitada ya por 340.000 personas, con una media de 2.700 personas al d¨ªa, m¨¢s de 100.000 al mes, mientras que del voluminoso cat¨¢logo de 800 p¨¢ginas, considerado como el mejor tratado existente sobre los fenicios, a un precio rebajado de 5.000 pesetas (vale, 8.000 en las tiendas), han sido ya vendidos 30.000 ejemplares y otros 90.000 de una preciosa gu¨ªa resumen para el turista.
Emil¨ªo Melli, nuevo director de Palazzo Grassi, considera que son dos los motivos que arrastran a la gente a hacer largas colas para ver la exposici¨®n, la m¨¢s admirada de las cuatro organizadas hasta ahora por Palazzo Grassi: "El misterio de una civilizaci¨®n de la que hab¨ªamos o¨ªdo siempre hablar desde ni?os: An¨ªbal, guerras p¨²nicas, Cartago, etc¨¦tera, pero de la que sab¨ªamos muy poco, y el hecho de que chicos y grandes, visitando la exposici¨®n, acaban divirti¨¦ndose".El inter¨¦s despertado por los fenicios es tal que son ya muchos los pa¨ªses que han pedido a Palazzo Grassi la posibilidad de dar hospitalidad a dicha exposici¨®n cuando, a primeros de noviembre, cierre sus puertas en Venecia. "No ser¨¢ posible", ha dicho Melli, "porque se trata de objetos muy delicados, algunos de colecciones muy personales, que deber¨ªan estar demasiado tiempo fuera de su lugar de origen".Pero lo que s¨ª va a hacer por vez primera Palazzo Grassi es llevar a algunas capitales europeas dicha exposici¨®n "con audiovisuales" y con la presencia del director cient¨ªfico y alma de la exposici¨®n, Italo Moscati, uno de los arque¨®logos de m¨¢s fama en el mundo y que est¨¢ considerado como el especialista n¨²mero uno en el campo de la cultura fenicia."Vamos a empezar por Espa?a", ha dicho Moscati a El PA?S, con un encuentro, el pr¨®ximo d¨ªa 16, en el Museo del Prado, de Madrid, organizado por la direcci¨®n espa?ola de Bellas Artes y por Fiat Ib¨¦rica, en el que participar¨¢ tambi¨¦n el arquitecto de la exposici¨®n Gae Aulenti". Y ha a?adido: "Hemos querido empezar por Espa?a como agradecimiento a la contribuci¨®n generosa e inteligente, no s¨®lo cuantitativa, sino tambi¨¦n cualitativa, que su pa¨ªs ha dado a esta exposici¨®n".
En Venecia, la tarde del s¨¢bado pasado, cuando el ¨²ltimo de los 2.025 vistantes de aquella jornada sal¨ªa a la calle refreg¨¢ndose los ojos, como despert¨¢ndose de un sue?o vivido hace m¨¢s de 2.000 a?os, los 1.200 testigos de oro, plata, bronce, creta, etc¨¦tera, de la m¨ªtica civilizaci¨®n fenicia, en vez de irse a dormir, fueron despertados de golpe por una bella sorpresa. El mism¨ªsimo Moscati, acostumbrado a la fascinaci¨®n de tantas excavaciones en todo el Mediterr¨¢neo desde hace 30 a?os, acompa?¨® a un grupo de priviligiados turistas.
Viaje fant¨¢stico
Visitar la exposici¨®n de los fenicios, tal como la ha organizado Palazzo Grassi y con Moscati, es como hacer un viaje fant¨¢stico, "una aventura humana siguiendo el camino del Sol", porque se empieza en Oriente, en L¨ªbano, y se acaba en Occidente, en Sicilia y Cerde?a, pasando antes por T¨²nez, Argelia, Malta y Espa?a.La fascinaci¨®n de la exposici¨®n es que no puedes distraerte desde que entras hasta que sales porque todo te obliga a bucear en la civilizaci¨®n fenicia. Un pueblo del que se ha dicho, ironiza Moscati, que no ten¨ªa cultura. "?Pero es que descubrir el primer lenguaje alfab¨¦tico de la historia no es cultura? Todos nosotros seguimos viviendo de aquella cultura". Y a?ade: "Cuando ustedes se paran en los escaparates de Venecia admirando las maravillas hechas en vidrio deben recordar que dicha industria art¨ªstica nos llega de los fenicios. Como tambi¨¦n la maravilla de la p¨²rpura que encendi¨® el gusto por el color en la moda".
Una sala entera est¨¢ dedicada a una sola coraza en bronce dorado del tiempo de An¨ªbal llegada a Italia. "Sin aceptar la leyenda de que hab¨ªa sido utilizada por An¨ªbal, no cabe duda de que esta coraza fenicia encontrada en Italia", comenta Moscati, puede tener muchas explicaciones: por ejemplo, que An¨ªbal se la llev¨® como trofeo, o que un guerrero se fue sigui¨¦ndole hasta Cartago". Se queda pensativo y a?ade: "Lo m¨¢s importante es saber que no sabemos muchas cosas".
Junto con alguna de las se?oras presentes, por ejemplo, Moscati discute sobre la posible utilidad de algunas de las joyas, en oro. Despu¨¦s de una larga di.scusi¨®n se lleg¨® a la conclusi¨®n de que un cierto objeto podr¨ªa haber servido para sujetar una trenza de pelo a la espalda.
Dos momentos de la exposici¨®n son particularmente interesantes para todos, y el mismo Moscat¨ª se divierte como un ni?o: donde, en una especie de lago artificial, se mueven los modelos de naves fenicias reconstruidas a escala de 1 a 20 por los mayores t¨¦cnicos actuales en navegaci¨®n, y donde ha sido reconstruido un antiguo mercado fenicio con los mismos productos y en la misma disposici¨®n como se vend¨ªan entonces. Faltan s¨®lo los fenicios para que fuera m¨¢s real.
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