Sencillamente, Mozart
Absolutamente saludable. La ?pera de C¨¢mara de Varsovia realiza una gira por varias provincias espa?olas con sendos montajes de Las bodas de F¨ªgaro y La flauta m¨¢gica. El teatro de la Zarzuela de Madrid afronta por primera vez una producci¨®n propia de W. A. Mozart (1756-1791) con El rapto en el serrallo; una de las funciones se ofrecer¨¢ en directo por TVE. La visi¨®n de tres de las obras maestras del genio salzburgu¨¦s est¨¢, por tanto, al alcance de la mano. En un pa¨ªs como el nuestro, en que la popularidad de las ¨®peras de Mozart no ha sido nunca excesiva, representa una posibilidad excepcional de profundizar en el conocimiento de uno de los m¨¢s gran des compositores teatrales de todos los tiempos.
?pera nacional
El rapto en el serrallo (1782) y La flauta m¨¢gica (1791) supone el nacimiento e impulso de la ¨®pera nacional alemana. Utilizando la forma de singspiel, una especie de opereta popular c¨®mica con intervalos de partes habladas y cantadas, surgieron en dos momentos especialmente importantes en la vida del compositor.Reci¨¦n expulsado de la tutela del arzobispo de Salzburgo y pr¨®ximo a contraer matrimonio con Constance Weber, corr¨ªan para Mozart en 1782 aires de libertad e ilusi¨®n de una nueva vida. El encargo de una ¨®pera en lengua alemana hecho por el emperador Jos¨¦ II de Austria para el teatro Nacional de ?pera C¨®mica de Viena vino a colmar sus aspiraciones. Se refleja en los resultados. Envuelven a El rapto en el serrallo una vitalidad y un dinamismo que la hacen ¨²nica dentro de su producci¨®n. Las declaraciones de independencia de la criada inglesa Blonde en su di¨¢logo con el guardi¨¢n turco Osmin o el elogio del vino y las mujeres de Pedrillo son de una espontaneidad y una alegr¨ªa de vivir realmente contagiosas. La misma historia de turcos, piratas, raptos y nobles espa?oles es de una deliciosa ingenuidad.
El paso del tiempo, las dificultades de la existencia, la proximidad de la muerte, se hacen sentir en La flauta m¨¢gica. Tiene un car¨¢cter de testamento. Con su generosidad habitual, Mozart nos deja un mensaje de fraternidad. No comprometido pol¨ªticamente ni culturalmente con su tiempo su evoluci¨®n le lleva a abrazar las ideas de la masoner¨ªa y la fe en un mundo mejor. Persiste en su obra la estructura de f¨¢bula, como en El rapto, pero mucho m¨¢s compleja.
Los amores ideales de las parejas Belmonte y Konstanze se convierten aqu¨ª en los Tamina y Pamina. Los m¨¢s sencillos y reales de Pedrillo y Blonde tienen su correspondencia en Papageno y Papagena. La solidaridad fina de El rapto adquiere en La flauta significados m¨¢s organizados m¨¢s espirituales. El simbolismo el misterio, la mayor trascendencia, hacen acto de presencia.
Las bodas de F¨ªgaro (1786) se inscribe en la tradici¨®n de la ¨®pera buffa italiana, superando con creces todos sus antecedentes. El tema fundamental, como siempre en Mozart, es el amor.
Es significativo que en una de las novelas m¨¢s destacadas del siglo XX -Bella del se?or (1968), de Albert Cohen- los amantes Solal y Ariane adopten como s¨ªmbolo, como himno de sus relaciones, el aria de Cherubino Voi, che sapete che cosa ¨¦ amor, utilizado en el libro a modo de leitmotiv.
El amor como b¨²squeda
Todas las variantes del amor -Susana, F¨ªgaro, la Condesa, el Conde, Marcell¨ªna, Cherubina...- est¨¢n en Las bodas en su fase de b¨²squeda y afirmaci¨®n. Oskar Kokoschka, cuyo arte "m¨¢gico civilizado" en expresi¨®n de Thomas Mann, mostr¨® una gran sensibilidad hacia los temas musicales (fue responsable de una escenograf¨ªa para La flauta m¨¢gica encargada por Furtw?ngler en 1954 y autor de un fascinante cuadro, El poder de la m¨²sica, 1918-1919, conservado en Eindhoven), opinaba: "Mozart nos muestra que uno puede ser feliz, aunque no existe la felicidad".Mozart realiz¨® sus composiciones con sencillez, con transparencia, con sabidur¨ªa. El director sueco Ingmar Bergman afirmaba despu¨¦s del rodaje de la pel¨ªcula La flauta m¨¢gica: "La belleza es aquello que toca no la perfecci¨®n sino la vida".
Mozart, evidentemente, consigui¨® esa belleza humana con una inspiraci¨®n prodigiosa, una exquisita musicalidad, un privilegiado instinto teatral y un sentimiento capaz de llegar desde los p¨²blicos m¨¢s populares hasta los m¨¢s elitistas. Y adem¨¢s abri¨® un camino que en siglos posteriores transitar¨ªan y desarrollar¨ªan, en el ¨¢rea alemana, otros compositores como Richard Wagner o Alban Berg, aut¨¦nticos herederos de una inquietud moral y una quintaesencia teatral y musical.
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