Risas y muecas
El ingenio visual de Jos¨¦ Lu¨ªs Garc¨ªa S¨¢nchez, de nuevo apoyado en el ingenio verbal de Rafael azcona, ha llegado en este pasodoble a su instante, por ahora, m¨¢s afinado.Pasodoble lleva dentro un torrente de inventiva que no se percibe en una primera mirada. La pel¨ªcula, sin parecerlo, tiene dentro una gran riqueza de personas y situaciones, pero discurre tan ligera y discretamente, tan sin subrayados, tan despreocupada de las jerarquias entre incesantes mayores y menores, que norita y desmonta un complicado juego de impudicias con parad¨®gicas facilidad y pudor.
El filme est¨¢ compuesto, a la nanera habitual de Garc¨ªa S¨¢nchez, con desali?o y una soltura parece mucho a la libertad, esa rara capacidad que tener algunos urdidores de hisorias para decir lo que les vienen ganando la impresi¨®n de que obedecen ¨®rdenes. Muchos espectadores creen asistir en Pasodoble a una comedieta convencional, hasta que, en un instante impreciso, se dan cuenta de que les est¨¢n colocando bajo los pies, bajo especie de felpudo, aut¨¦ntica dinamita. Y sus risas se convierten en muecas.Lo peor que se puede decir de esta, al mismo tiempo suave y feroz, pel¨ªcula es que es buena, pero que podr¨ªa ser mucho mejor, a poco que su director se hubiera esmerado en sus instantes cruciales, Una cosa es ese aludido desali?o, con que Garc¨ªa S¨¢nchez torea al natural a las situaciones menos naturales que cabe imaginar, y otra muy distinta son sus descundos del ritmo interior de algunos planos e incluso secuencias, descuido que hace perder fuerza e incluso neutralizar a gags que, compuestos con menos apresuramiento, podr¨ªan haber sido mucho m¨¢s rotundos.
Direcci¨®n: Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez
Gui¨®n: Rafael Azcona y Garc¨ªa S¨¢nchez. Fotografia: Fernando Arribas. M¨²sica: Carmelo Bernaola. Montaje: Pablo Del Amo. Direcci¨®n art¨ªstica: R¨¢fael Palmero. Espa?a, 1988. Intepretes: Fernando Rey, Juan Diego, Caroline Grimm, Antonio Resines, assen, Anto?ita Colom¨¦, Mar? ,ari-nen Ram¨ªrez, Kiti Manver, Eva Le¨®n, liguel Rell¨¢n, Antonio Gamero, Luis iges, Juan Luis Gallardo, Pedro Reyes, Mar¨ªa Galiana, Manuel Caro. Cines ,Roxy, Vel¨¢zquez, Princesa y La Vaguada.
Materiales de derribo
Paralelamente, lo mejor que se puede decir de Pasodoble es que su director, ya desde ese estado primario de la puesta en escena que hay dentro de todo buen gui¨®n (y este de Azcona lo es), desprecia por completo las l¨ªneas de menor resistencia y orienta a su pel¨ªcula por el dificultoso camino contrario. En medio de la actual tendencia del cine espa?ol a eludir el riesgo, este gusto de Garc¨ªa Sanchez por la cuerda floja es m¨¢s que meritorio.Es Pasodoble, en efecto, una casi insostenible obra coral, que Garc¨ªa Sanchez sostiene con desarmante facilidad. En sus im¨¢genes conviven una docena amontonada de personajes y, pese a la cl¨ªficultad que esto entrafia, hay una definici¨®n n¨ªtida de cada uno de ellos, hasta el punto de que sus comportamien to son adivinados por el especta dor antes de que ocurran, lo que permite al filme superar la m¨¢s dificil prueba a que se puede so meter la comicidad: crear risas antes de que se vea el est¨ªmulo destinado a provocarlas.El filme es una especie de comedia de fachada elegante, construida con materiales de derribo, de la m¨¢s baja estofa est¨¦tica: el sainete populachero, el libreto de revista licenciosa, el mugriento chiste aldeano, la almoneda de la irreverencia ib¨¦rica, el humor soez de tabema rural, el regusto por el susurro desvergonzado, el folclor de prost¨ªbulo y colmado, y otros recursos que la incredulidad ha extraido de los vertederos de la miseria espa?ola, que son conjugados aqu¨ª en un batiburrillo perfectamente ordenado.El director de este arriesgadoy magn¨ªfico desprop¨®sito transmite libertad a sus actores -este es el punto de mayor distinci¨®n del estilo de Garc¨ªa S¨¢nchez- y estos actuan con soltura admirable, en la que cabe aislar algunos momentos de estado de gracia en los personajes que interpretan Juan Diego, Cassen, Antonio Gamero, Kit? Manver y casi todo el reparto, que cojea por el lado de Fernando Rey, algo agarrotado, y la pareja Eva Le¨®n y Luis Ciges, que corren con la peor parte, por culpa del director, que no supo dar cauce a sus comprometidos personajes.
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