Una ahijada de Le Pen, ¨²nica voz ultraderechista en el Parlamento
El Frente Nacional lleva un ¨²nico diputado a la nueva Asamblea Nacional. Pero su aportaci¨®n engrosa tambi¨¦n un grupo muy menguado dentro del Parlamento: el de las mujeres, 33 sobre 577 diputados. Yann Piat, de 49 a?os, ahijada de Jean-Marie Le Pen, madre de dos peque?as llamadas Leticie y Ang¨¦lique, ser¨¢ la min¨²scula voz de un partido cuyo candidato alcanz¨® casi cuatro millones de votos en las elecciones presidenciales y la mitad en las legislativas.Yann Piat ha sido elegida en Hy¨¦res, una ciudad del departamento de Var, en plena Costa Azul, adonde lleg¨® el pacto marsell¨¦s de mutua retirada de diputados entre el Frente Nacional y la derecha cl¨¢sica. Bati¨® al candidato socialista ampliamente, por m¨¢s de 4.000 votos, y obtuvo un 53,7 %. Ello le permite recuperar su esca?o en la Asamblea Nacional, conseguido en 1986 cuando los lepenistas entraron en tropel en el Parlamento.
La diputada naci¨® en 1949 en Saig¨®n, cuando Indochina era francesa. Est¨¢ casada con un oficial de la Marina, piloto de avi¨®n aeronaval. Ha trabajado como decoradora, ha realizado estudios de psicolog¨ªa y es especialista en grafolog¨ªa. Es una veterana y entregada militante del Frente Nacional que ha participado sin ¨¦xito en elecciones locales y europeas y ha dirigido varias federaciones departamentales del partido lepenista.
El Frente Nacional no desaparece de la escena pol¨ªtica francesa, a pesar de su estrepitosa derrota. Le Pen cuenta con 133 consejeros regionales (equivalente de los diputados provinciales espa?oles) y nueve parlamentarios europeos, adem¨¢s de la solitaria diputada. Las elecciones municipales del pr¨®ximo a?o ser¨¢n la aut¨¦ntica prueba de fuego de este partido, que no tiene presencia en los ayuntamientos.
El pacto marsell¨¦s ser¨¢ especialmente ¨²til entonces a Le Pen, que intentar¨¢ renovarlo con las derechas locales de la costa mediterr¨¢nea. Sus resultados de la primera vuelta electoral en la Provenza y la Costa Azul, de m¨¢s del 30% en muchas localidades, le permitir¨¢n entonces empezar de nuevo el asalto al poder, pero desde las alcald¨ªas.
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