Salvador T¨¢vora dice que 'Alhucema' es su montaje m¨¢s radical sobre la realidad andaluza
El espect¨¢culo de La Cuadra de Sevilla se estrena hoy en M¨¦rida
Alhucema (Aires de historia andaluza), el nuevo espect¨¢culo de La Cuadra de Sevilla, se estrena hoy en el marco del Festival Internacional de M¨¦rida. Coproducido por el grupo sevillano y el festival extreme?o, Alhacema es, en palabras de su director, Salvador T¨¢vora, "una reflexi¨®n sobre esos 16 a?os que La Cuadra lleva mostrando, de manera cr¨ªtica y a la vez emocionada, la realidad andaluza, al servicio de los intereses de la sociedad andaluza, y, en tal sentido, en cuanto defensa de nuestra identidad y de nuestros intereses, creo que se trata de nuestro montaje m¨¢s radical".
La Andaluc¨ªa que nos revela La Cuadra en su ¨²ltimo trabajo se manifiesta, ante todo, como una naci¨®n abierta. "Andaluc¨ªa", repite una y otra vez T¨¢vora, "es un pa¨ªs que se abre", a los cuatro puntos cardinales. Su Andaluc¨ªa es la misma que define Blas Infante -"para s¨ª, para Espa?a y para la humanidad"- y que recoge la Junta de Andaluc¨ªa.El recorrido que nos propone La Cuadra a trav¨¦s de la historia del pueblo andaluz est¨¢ plagado de figuras individuales. Figuras con un peso espec¨ªfico considerable en la historia de aquel pa¨ªs, a las que se ignora o, lo que es peor, se las pretende ignorar desde las alturas, desde el poder, traicionando, cuando menos, su pensamiento. Figuras que van des de el rey poeta sevillano Almotamid -que da pie a uno de los momentos m¨¢s brillantes y hermosos del espect¨¢culo, acunado por la copla del destierro: "Islas del Guadalquivir, donde se fueron los moros que no se quisieron hasta ese Blas (Infante), convertido en un Cristo, figura emblem¨¢tica del pueblo y la cultura andaluza, representaci¨®n del sufrimiento por los dem¨¢s, un sufrimiento que culmina en una muerte violenta, como es el caso de Blas Infante, asesinado la noche del 10 al 11 de agosto de 1936 en el kil¨®metro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona.
Cuando Salvador T¨¢vora habla de la figura humana e hist¨®rica de Blas -T¨¢vora siempre dice Blas , a secas, como dice tambi¨¦n Federico, sin m¨¢s- lo hace con una emoci¨®n contenida. "Tal vez", dice, "sea debido a mi proximidad al mundo personal y familiar de Blas , con cuyo hijo Luis tuvimos nuestras aventuras taurinas, toreamos algunos festivales juntos".
La figura de Blas Infante es la de un Cristo sufriente pero, al mismo tiempo, un Cristo que acusa, calladamente. No as¨ª la voz de T¨¢vora, que se hace sentir en el espect¨¢culo y que dice palabras muy duras: "Igual que un Cristo en la cruz est¨¢n pidiendo agua nuestros campos" ( ... ) "Est¨¢n vistiendo nuestros lutos con lujosos volantes" ( ... ) "mientras hay ata¨²des sin cruz".
Uno de los aspectos m¨¢s atractivos del nuevo montaje tal vez sea la presencia de un par de caballos, con sus respectivos jinetes, evolucionando por el escenario.
"Los caballos", dice T¨¢vora, son una constante en la historia andaluza, una constante que quiebra, que rompe nuestra historia. Est¨¢n los tartesos, y llegan los caballos de uno; est¨¢n los ¨¢rabes, y llegan los caballos del otro. Siempre, siempre llegan caballos. Y estos caballos no est¨¢n bailando (alusi¨®n direct¨ªsima a los caballos de Domecq y, en general, a la Andaluc¨ªa de pandereta, con un Mario Conde bailando sevillanas en el Roc¨ªo), sino que est¨¢n ah¨ª para dominar, metiendo ruido". Y T¨¢vora cita la frase de Unamuno: "En la historia de los pueblos, hacen bastante m¨¢s ruido 20 hombres a caballo que 200 arando", y se despacha, jocoso, con esos versos: "Se?or que vas a caballo y no das los buenos d¨ªas, / si el caballo cojeara, otro gallo cantar¨ªa".FariseosEl director es consciente de que su espect¨¢culo no va a hacer las delicias de un determinado sector de la pol¨ªtica y la sociedad andaluzas. A la pregunta de a qui¨¦n molestar¨¢ su espect¨¢culo, T¨¢vora responde: "Molestar¨¢ a los fariseos, que son una constante hist¨®rica, y ser¨¢ recibido emotivamente por los que quieren a su gente y a su tierra. Es hora de poner en cuesti¨®n a los que aman 'universalmente', en abstracto; ?c¨®mo pueden amar a los dem¨¢s los que no son capaces de amar a los suyos?"
Tras esa visi¨®n patri¨®tica y emocionada de Andaluc¨ªa -"Andaluc¨ªa es una patria en nuestras conciencias", dice T¨¢vora, haci¨¦ndose eco de las palabras de Blas Infante-, La Cuadra de Sevilla, que mantiene en su programaci¨®n aquellas gloriosas Bacantes, persigue el prop¨®sito de llevar a la escena Cr¨®nica de una muerte anunciada, de Garc¨ªa M¨¢rquez -proyecto que por el momento parece encontrar problemas econ¨®micos en lo que a la cesi¨®n de los derechos se refiere-, y Las venas abiertas de Am¨¦rica Latina, de Galeano, obra que se estrenar¨ªa en la celebraci¨®n del V Centenario del Descubrimiento. Es de esperar que por esas fechas se haya colocado un crucifijo en el kil¨®metro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona, por donde pasa cada d¨ªa Salvador T¨¢vora, de regreso a su casa.
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