Brasil polemiza sobre su nueva Constituci¨®n
La minuciosidad, el populismo del texto legal y su inviabilidad pr¨¢ctica provocan opiniones encontradas
El proyecto de Constituci¨®n brasile?a, que ante su segunda lectura en la Asamblea Constituyente ha desencadenado un fuerte enfrentamiento entre el Legislativo y el Ejecutivo, divide, por su ambig¨¹edad y representaci¨®n de intereses contradictorios, las opiniones de analistas y pol¨ªticos. El semanario Veja ha escrito que, "en su versi¨®n actual, la Constituci¨®n est¨¢ como la selecci¨®n brasile?a antes de los Mundiales de f¨²tbol: el mejor negocio es hablar mal de ella. Si pierde, los cr¨ªticos acertaron. Si gana, dir¨¢n que las correcciones se hicieron gracias a las quejas".
En su despacho en Brasilia, un funcionario del Senado, que no desea ver publicado su nombre, comenta que "el conjunto de las llamadas locuras de la Constituci¨®n ha sido subrayado por la Prensa con la intenci¨®n de ridiculizarla. La cr¨ªtica vende peri¨®dicos, y adem¨¢s la Prensa tiene intereses en defender la pervivencia del capitalismo". Afirma el funcionario que el proyecto constitucional brasile?o "es m¨¢s detallado que la mayor¨ªa de las constituciones, pero hay que tener en cuenta que la Asamblea Constituyente act¨²a despu¨¦s de 20 a?os de arbitrariedad. Esta Constituci¨®n se hace contra esa arbitrariedad. La aprobaci¨®n de las 40 horas semanales es la respuesta del r¨¦gimen sindical aplastado por los militares y significa un reconocimiento a la lucha de los sindicatos".Ni siquiera considera el funcionario que sea aberrante fijar en el texto constitucional, como lo hace el proyecto brasile?o, que las tasas de inter¨¦s no deber¨¢n rebasar el 12%: "Muchos pa¨ªses tienen esa tasa fijada por ley y aqu¨ª se quiere introducir ese l¨ªmite en la Constituci¨®n. Esto tiene un objetivo pol¨ªtico bien definido. En Brasil el Gobierno es el mayor prestamista, y se trata de fijarle un tope". Concluye el funcionario que "difamar la Constituci¨®n es suicida, pero el capitalismo brasile?o es suicida. Le interesa ganar todo hoy. No piensa en el mercado, sino en lo m¨¢s inmediato".
En su casa de la avenida Atl¨¢ntica de R¨ªo Janeiro, en la primera l¨ªnea de la playa de Copacabana, Leonel Brizola, dirigente del Partido Democr¨¢tico Trabalhista (PDT), declar¨® a este peri¨®dico que para la Constituci¨®n las perspectivas no son optimistas. Si se confirma el panorama, no cambiar¨¢ nada. El pa¨ªs seguir¨¢ como hasta ahora, y eso no ser¨¢ bueno". Para Brizola, miembro de la Internacional Socialista, la simple elaboraci¨®n de una Constituci¨®n no representa un nuevo modelo. "Nosotros confiamos m¨¢s en un proceso real de democratizaci¨®n", a?ade este aspirante a la presidencia, a quien se califica de "caudillo populista", que cree que la oportunidad de cambio para Brasil est¨¢ en la elecci¨®n de un nuevo presidente. "Si el pueblo brasile?o eligiera un presidente que responda a sus aspiraciones, podr¨ªa representar una perspectiva para todos nosotros", afirma.
Texto ingenuo
Desde un punto de vista de la derecha empresarial, Olacyr de Mor¨¢es, director y propietario del grupo financiero Itamarati, que en 1986 factur¨® 600 millones de d¨®lares (72.000 millones de pesetas) con sus empresas constructoras y agroindustriales, califica de "ingenua" la Constituci¨®n. A De Mor¨¢es le llaman "el rey de la soja", porque est¨¢ considerado "el mayor plantador individual de soja del mundo". En su hacienda del Mato Grosso Sur, De Mor¨¢es opina que "el pueblo brasile?o piensa que no tiene cosas porque no se las quieren dar. Infelizmente, esa mentalidad se contagi¨® a los constituyentes y pasaron a un distributismo y generosidad, que no tiene ning¨²n apoyo en la realidad de las cosas. Pensaron que era posible trabajar menos, tener m¨¢s vacaciones, distribuir derechos y favores, pero nadie se preocup¨® de ver de d¨®nde sal¨ªan los recursos".En su despacho de direcci¨®n, en el edificio del peri¨®dico 0 Estado de S¨¢o Paulo, Ruy Mesquita, periodista y uno de los propietarios, no considera viable la Constituci¨®n brasile?a: "El primer ministro portugu¨¦s, Cavaco Silva, dijo que el Gobierno portugu¨¦s no respeta su Constituci¨®n. Aqu¨ª habr¨¢ que gobernar por encima de la Constituci¨®n, porque, de lo contrario, el pa¨ªs ser¨ªa colapsado. Es una cuesti¨®n de matem¨¢tica. Un pa¨ªs quebrado no puede cargar con lo que no tiene."
Una guerra disfrazada
Fernando Henrique Cardoso re¨²ne en su persona la condici¨®n de ser uno de los soci¨®logos m¨¢s prestigiosos de Am¨¦rica Latina y la de pol¨ªtico en activo. Hasta fines del pasado junio, Cardoso fue el l¨ªder del grupo de senadores del Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), el partido gobernante. Despu¨¦s de la aprobaci¨®n del mandato de cinco a?os para el presidente, Jos¨¦ Sarney, Cardoso rompi¨® con el PMDB y pas¨® a la direcci¨®n del reci¨¦n fundado Partido de la Socialdemocracia Brasile?a (PSDB). Para Cardoso, el proceso constituyente "fue una guerra disfrazada con el Ejecutivo, que al final gan¨® pol¨ªticamente al conseguir la aprobaci¨®n del mandato de cinco a?os para Sarney y conservar el presidencialismo en la Constituci¨®n. Fue el resultado de una alianza entre los militares, un sector empresarial, la corrupci¨®n y el clientelismo pol¨ªtico". Seg¨²n Cardoso, esta pugna entre el Ejecutivo y la Asamblea Constituyente "se concentr¨® en los cinco a?os de mandato para Sarney y dej¨® mano libre en el resto".El enfrentamiento de esta semana entre Sarney y la Asamblea Constituyente parece indicar que el Gobierno ha tomado conciencia de que ha llegado la hora de recuperar las riendas y atar los cabos que quedaron sueltos para amarrarlos en la segunda lectura del proyecto.
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