Los aceites y el colesterol
El s¨¢bado 16 de julio, Ana Alfageme public¨® en EL PA?S un extenso reportaje sobre la dieta mediterr¨¢nea que "sigue acaparando los elogios de los expertos en nutrici¨®n". La dieta espa?ola, y por extensi¨®n la mediterr¨¢nea, escrib¨ªa, se caracteriza por un consumo alto de aceites vegetales, verduras, frutas, legumbres y pescado. De los aceites vegetales s¨®lo mencionaba el de oliva: su abundante contenido de ¨¢cido oleico, dec¨ªa, incrementa un tipo de lipoprote¨ªnas en la sangre que protege contra el dep¨®sito de colesterol y, por tanto, frente a la arteriosclerosis, una de las causas de muerte m¨¢s importantes en los pa¨ªses industrializados.Desde Madrid, Rafael Ercilla G¨®mez -"no soy ni doctor en medicina ni experto en nutrici¨®n, s¨®lo me interesa ¨¦sta porque soy diab¨¦tico", escribe- se dirige al defensor de los lectores para se?alar que, en su criterio, la referencia a las propiedades del aceite de oliva contrasta con la informaci¨®n aparecida en la revista Diab¨¦ticos Presente & Futuro (6 de marzo de 1987). En la mencionada publicaci¨®n, el doctor J. Capl¨¦s firma un art¨ªculo en el que trata de las grasas, "sustancias nutricionales que, si bien no influyen en el valor de la glucemia de modo inmediato, tienen mucho que ver con el equilibrio de la dieta en su valor cal¨®rico y en la prevenci¨®n de complicaciones vasculares". Dice el articulista que los aceites de oliva o de semillas son grasas puras con un alto poder cal¨®rico (90 kilocalor¨ªas cada 10 gramos de aceite). Y puntualiza: "En esto son iguales todos ellos, siendo err¨®neo creer que los aceites de semillas (de ma¨ªz, girasol o soja) poseen menor valor cal¨®rico. Lo que s¨ª contienen estos ¨²ltimos es una riqueza especial en un ¨¢cido graso esencial denominado ¨¢cido linoleico".
Debido a este componente, se?ala, "pueden llamarse aceites de r¨¦gimen". "Pero", a?ade, no de r¨¦gimen de adelgazamiento sino por seguir una dieta debido a un exceso de colesterol en la sangre". Las personas que toman aceites de ma¨ªz, girasol o soja, dice m¨¢s adelante Clap¨¦s, "dentro de un plan diet¨¦tico para el colesterol, lo utilizar¨¢n en crudo, pues las altas temperaturas de las frituras destruyen su principio beneficioso (el ¨¢cido linoleico)".
De la lectura de este art¨ªculo, el lector Ercilla deduce que "los aceites de semillas, en cuanto al control del colesterol, son mejores que los de oliva". "En EL PA?S", escribe, "vienen frecuentemente noticias sobre la bondad del aceite de oliva, que en ning¨²n momento pongo en duda, pero para el control del colesterol parecen ser mejores los de sernillas". Considera que ¨¦stos debieron mencionarse "aunque fuese de pasada". La autora del reportaje explica: "En el art¨ªculo se cit¨® en general a los aceites vegetales, y como lo que me pareci¨® m¨¢s novedoso fue la propiedad ben¨¦fica del aceite de oliva, que los cient¨ªficos han reconocido recientemente, as¨ª lo reflej¨¦. El poder beneficioso del resto de los aceites es ya conocido desde hace unos a?os".
Para comparar los aceites de semillas y el de oliva, Ana Alfageme acude al testimonio de dos eminentes expertos en nutrici¨®n. "Aunque nosotros siempre hablamos sobre la dieta de personas sanas", dice Gregorio Varela, presidente de la Fundaci¨®n Espa?ola de la Nutrici¨®n y catedr¨¢tico em¨¦rito de la universidad Complutense de Madrid, "para incrementar la fracci¨®n de lipoprote¨ªnas de alta densidad existentes en la sangre, las Hamadas HDL (high density fipoproteins), que son el colesterol bueno, protector y el que importa incrementar, es ¨®ptimo el ¨¢cido oleico, integrante del aceite de oliva. Este hallazgo ha sido corroborado por los estudios recientes de Jaquolot (Francia), Grundy (Estados Unidos), Carmena (Valencia, Espa?a) y Olla (Madrid, Espa?a)". "Los aceites de semillas", explica Gregorio Varela, "disminuyen el colesterol total, pero este hecho no es relevante". "De hecho", a?ade, "en 1987 el mismo Grundy ha conseguido un h¨ªbrido de aceite de c¨¢rtamo cuya composici¨®n en ¨¢cidos grasos se anuncia con la mismas propiedades que el aceite de oliva". El cient¨ªfico espa?ol remite a Ercifia al libro Erying of the food, publicado en el Reino Unido en 1988 (sus autores son, adem¨¢s de Varela, J. Morton y A. Bender), y al ¨²ltimo Congreso Internacional de Nutrici¨®n. "Se ha concluido", manifiesta, "que la fritura no cambia la composici¨®n del aceite de oliva porque tiene pocos ¨¢cidos grasos poliinsaturados. ?ste es el aceite vegetal m¨¢s estable".
Otro experto en nutrici¨®n, el mundialmente famoso bioqu¨ªmico espa?ol Francisco Grande Covi¨¢n, catedr¨¢tico em¨¦rito de la universidad de Zaragoza, indica que desde hace cuatro o cinco a?os se conoce que el ¨¢cido oleico, monoinsaturado, integrante del aceite de oliva, rebaja la fracci¨®n da?ina de colesterol, las fipoprote¨ªnas de baja densidad LDL, y deja igual e incluso incrementa la fracci¨®n protectora contra la arteriosclerosis. "El ¨¢cido linoleico, pollinsaturado, integrante de los aceites de semillas", explica el profesor, "rebaja un poco m¨¢s el colesterol total, y eso supone que hace descender la fracci¨®n mala. Pero tambi¨¦n la protectora. Con lo que se concluye que el aceite de oliva tiene una acci¨®n mejor para prevenir la enfermedad arterioscler¨®tica".
Grande Covi¨¢n cita estudios recientes de dos grupos de investigaci¨®n de Holanda y Estados Unidos que, incluso comparando los hidratos de carbono y el aceite de oliva, concluyeron que los niveles de colesterol transportados en sangre eran iguales en personas que tomaban los dos alimentos, pero la fracci¨®n protectora HDL era mayor en el grupo que inger¨ªa aceite de oliva. "Es m¨¢s, si se sustituyen en la dieta las grasas saturadas (animales) por el acelte de oliva, el colesterol en sangre baja". En estas explicaciones, el lector Ercilla podr¨¢ ver los conocimientos logrados sobre los efectos beneficiosos del aceite de oliva en lo que se refiere al control del colesterol. En cualquier caso, Ana Alfageme aclara que "no pretend¨ªa ocultar los efectos beneficiosos de los otros aceites".
Traductores / 3
En dos ocasiones en lo que va de a?o (21 de febrero y 20 de mayo), el defensor de los lectores se ha hecho eco de las quejas de los traductores cuyos nombres no aparecen en las fichas que preceden a las cr¨ªticas y rese?as de libros que se publican en EL PA?S.
Seg¨²n la norma establecida, la menci¨®n del traductor de las obras que se critican debe ser una pr¨¢ctica ineludible. Sin embargo, en algunos casos sigue eludi¨¦ndose. As¨ª ocurri¨® con el libro El custodio (The Warden), de Anthony Tropelle, del que se ocup¨® Luis Mar¨ªa Brox el domingo 17 de julio. Su traductor, Jos¨¦ Luis L¨®pez Mu?oz, escribe al ombudsman: "NI al principio del art¨ªculo ni posteriormente en el texto" se menciona al traductor. Da una vez m¨¢s la impresi¨®n, dice, "de que, en algunos casos, seg¨²n lo determina la arcana sabidur¨ªa de que dispone ese diario para dilucidar tales cuestiones, los libros escritos en idiomas extranjeros se traducen solos". No hay secreto. Ocurre que la norma no se cumple todav¨ªa sin excepciones: bien por olvido o porque el autor de la cr¨ªtica desconoce la ordenanza, siguen apareciendo libros sin menci¨®n de su traductor. Las estad¨ªsticas se?alan, sin embargo, que han decrecido considerablemente estas irregularidades. Luis L¨®pez Mu?oz dice en su carta: "Corno, de momento, no me gusta ver-me reducido al estado de no ser o ente de raz¨®n, y aunque sin muchas esperanzas de que sirva para algo, protesto y dejo constancia por escrito de mi protesta". Aqu¨ª est¨¢. Y es de esperar que servir¨¢ para algo.
La norma, adem¨¢s de responder a una raz¨®n informativa de servicio al lector, pretende, con justicia , no abundar en el mal trato que reciben los traductores respecto a sus tareas.
Hasta septiembre no reaparecer¨¢ esta columna: el ombudsman estar¨¢ de vacaciones. Las cartas dirigidas al defensor de los lectores ser¨¢n recogidas en la secretar¨ªa y atendidas a partir del mes pr¨®ximo.
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