Llega 'ALF', uno de los grandes ¨ªdolos de la televisi¨®n norteamericana
Los episodios de este 'E. T.' televisivo se emitir¨¢n en 'Caj¨®n desastre'
Nuevo en emisi¨®n, Caj¨®n desastre, el espacio de las ma?anas de los s¨¢bados, incluye a su vez una novedad. Se trata de ALF, una telecomedia relativamente reciente (1986) que ha proporcionado a esa caja de Pandora que es el star-system televisivo -y donde igual cabe una vieja gloria del cine que un coche fant¨¢stico- uno de sus m¨¢s populares personajes. Es dif¨ªcil, si no imposible, no encontrarse a la vuelta de cualquier esquina, al menos en Estados Unidos, con la efigie, ya sea en forma de libro, mu?eco o camiseta ilustrada.
La figura de esta serie es un marcianito que responde al nombre de ALF -las siglas de Alien Life Forme (forma de vida extraterrestre)- y que retiene un notable parecido con la Miss Piggy de los tele?ecos despu¨¦s de un tintado naranja y con un considerable estirado nasal.Excelentemente promocionado por la casa Lorimar, ALF se ha convertido sin lugar a dudas en el personaje m¨¢s famoso de la comedia televisiva norteamericana, primero a trav¨¦s de la cadena NBC y posteriormente en las estaciones afiliadas, donde ya se ven¨ªa emitiendo una versi¨®n animada. ALF es seguramente uno de los programas de la industria estadounidense mejor introducidos en el mercado internacional.El programa es una comedia familiar, absolutamente convencional, sin pretensiones innovadoras, en la que la, ¨²nica relativa originalidad es la presencia de este peque?o ser venido del planeta Melmao, origen de todas las situaciones por las que avanza la comedia. ALF, que no es sino una versi¨®n libre y sin efectos especiales del E. T. de Steven Spielberg, aterriza con su peque?o platillo volante en el tejado del garaje de los Tanner, se entra?a en la vida dom¨¦stica y, a pesar de su extrema voracidad e imprevisibles y sard¨®nicas respuestas, ya no abandona su terrestre hogar.ALF se emite hoy, a las 11.30, por TVE-1.
'ALF for president'
En pleno a?o electoral en Estados Unidos, la presencia de propaganda pol¨ªtica de los dos candidatos Bush y Dukakis inunda el pa¨ªs.Sin embargo, en pleno coraz¨®n de la cl¨¢sica intelectualidad americana, en la californiana universidad de Berkeley, las tiendas de souvenirs -todas ellas repletas de imaginaci¨®n y gracia- no dudan en promocionar a su candidato electoral. Por s¨®lo 10 d¨®lares, uno puede vestir una camiseta ilustrada a todo color en la que aparece la figura de un particular l¨ªder y un mensaje incontestable: ?ALF for president!
ALF es un personaje mucho menos inocente de lo que aparenta. En contra de lo que pueda parecer, no se trata de una serie exclusivamente infantil, tal y como parece por el horario asignado. ALF es en la actualidad, junto a Lazos familiares -la serie protagonizada por Michael J. Fox-, la serie m¨¢s importante en Estados Unidos en lo que a producciones familiares se refiere. Esta especie de oso hormiguero intergal¨¢ctico es uno de los grandes h¨¦roes de la televisi¨®n mundial. M¨¢s de 50 pa¨ªses emiten en estos momentos sus aventuras.Lamentablemente, el disfrute de ALF queda reservado a los madrugadores de la relajada ma?ana de los s¨¢bados o de los profesionales del zipping, aquellos que se programan sus preferencias en el v¨ªdeo y posteriormente pueden ver los espacios apretando dulcemente el bot¨®n del mando a distancia cada vez que llega una interrupci¨®n publicitaria. El paso r¨¢pido de las im¨¢genes y los sonidos ha permitido dar tan onomatop¨¦yica denominaci¨®n a esta gratificante actividad televisiva.
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