Kazuo Ishiguro: "La nueva generaci¨®n literaria es un invento de los editores"
Autor de P¨¢lida luz en las colinas (Anagrama, 1988), Kazuo Ishiguro forma parte de la nueva generaci¨®n de escritores brit¨¢nicos denominada de la Commonwealth, "un invento", a su modo de ver, de la nueva ola de editores y directores literarios que necesitan por encima de todo descubrir nuevos autores que llenen el "vac¨ªo que caracteriza la d¨¦cada de los setenta y que les permita seguir en el negocio de la edici¨®n".Hijo de japoneses, Ishiguro habita en Gran Breta?a desde la edad de cinco a?os. Parece que le molesta que le hablen de sus or¨ªgenes contirientales. A cambio, es sumamente generoso en palabras a la hora de comentar el actual panorama literario. "Tras el agotamiento del realismo social se inicia un per¨ªodo de crisis creativa en el que incluso aquello que era susceptible de interesar permanece en el puro anonimato", describe el autor. Y ejemplifica su juicio con el caso William Golding (que se encuentra tambi¨¦n en Barcelona), "al que nadie le¨ªa entonces y al que se descubri¨® con Ritos de paso, publicado en Londres en 1980".
En los a?os setenta, explica, casi s¨®lo escrib¨ªan en Gran Breta?a las mujeres de clase media que, a su vez, casi s¨®lo eran le¨ªdas por mujeres tambi¨¦n de clase media. Los universitarios con ganas de hacer literatura se dedicaban al teatro marginal, a?ade. "No es que eso fuera malo, pero era poco".
"A principios de los ochenta se experimenta un cambio en el inter¨¦s de los editores y se pone de moda la literatura llamada internacional, que no es que sea eso, internacional, sino que huye de la descripci¨®n sutil sobre las diferencias de clase propias de la narrativa brit¨¢nica anterior, incorporando un lenguaje y un estilo nuevos descubiertos con la literatura suramericana y europea".
Kundera, G¨¹nter Grass, Garc¨ªa M¨¢rquez gustaron en extremo a esta "nueva generac¨ª¨®n de editores y de directores literarios que hoy tienen alrededor de los 40 a?os y que intentaron provocar su influencia en los autores del pa¨ªs". Fue, explica Ishiguro, "un cambio muy brusco y r¨¢pido, muy distinto a los movimientos generados por los propios escritores".
Fue tambi¨¦n una cuesti¨®n de "oportunidades": "Escribir ya no era tan f¨¢cil como hacer textos para una representaci¨®n off en un bar. Si se quer¨ªa publicar se deb¨ªa tener el talento necesario para escribir novelas importantes". Pero al lado de quienes han adoptado esta severidad profesional hay siempre un editor "serio y fiel", asegura. (Faber & Faber, en su caso). "Es mucho m¨¢s grave para la creaci¨®n el proceso de americanizaci¨®n a que se ven sometidas las editoriales brit¨¢nicas desde hace dos o tres a?os".
Ishiguro participa hoy en una mesa redonda sobre el tema, organizada por el Instituto Brit¨¢nico de Barcelona.
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