Tom¨¢s Marco estrena su 'Triple concierto'
ENVIADO ESPECIALEl domingo, en el teatro Calder¨®n, comenz¨® su nuevo curso la Orquesta Sinf¨®nica de Valladolid, que dirige Luis Remart¨ªnez. Se trata de una cincuentena crecida de instrumentistas entre la que figuran numerosos extranjeros contratados y a la que su maestro saca la m¨¢xima rentabilidad art¨ªstica. Buena prueba, el programa inaugural: Fandango, sobre Soler y Boccherini, de Garc¨ªa Abril; estreno absoluto de una obra encargo de la orquesta, el Concierto para fr¨ªo y orquesta de Tom¨¢s Marco, y la Sinfon¨ªa militar de Haydn. Lo que justifica que acudiera buena parte de la cr¨ªtica y que el p¨²blico aplaudiera.
Tom¨¢s Marco, como otros tantos compositores actuales, se mueve agusto en la forma libre y ordenada de concierto, cultivada aqu¨ª por Halffter, De Pablo, Barce, Cruz de Castro, Guinjoan, Soler, Prieto, Jos¨¦ Luis Turina y Larrauri, y fuera de aqu¨ª por autores como Maderna, Clementi, Castiglioni, Rhim, Werner Henze, Krause, Finnisy, Penderecki, Lutoslawski, Cage, Podesta, Hristic o Schnitze.
Orquesta Sinf¨®nica de Valladolid
Director: Luis Remart¨ªnez. Solistas: Luciano G. Sarmiento, Juan Luis Jord¨¢ y Mariano Melguizo (Tr¨ªo Mompou). Obras de Garc¨ªa Abril, Marco y Mozart. Teatro Calder¨®n. Valladolid, 2 de octubre.
No es corriente, sin embargo, la f¨®rmula de concierto para tr¨ªo con piano (esto es, viol¨ªn, violonchelo y piano), aunque se cuente con el gran ejemplo de Beethoven, el tan citado como poco cultivado de Casella o el de Martinu. Ahora Tom¨¢s Marco a?ade su aportaci¨®n, dedicada al Tr¨ªo Mompou, que forman actualmente Luciano Gonz¨¢lez Sarmiento, piano, Juan Luis Jord¨¢, viol¨ªn, y Mariano Melguizo, todos ellos constantes cultivadores de los g¨¦neros camer¨ªsticos.
Una de las dificultades de los conciertos triples es la superposici¨®n o combinaci¨®n de dos grupos a su vez concertados entre s¨ª y la b¨²squeda de la expresi¨®n individual y en grupo hasta dar con el necesario y flexible protagonismo. Aspecto en el que ha salido vencedor Tom¨¢s Marco, tanto como en la articulaci¨®n de los solistas y una orquesta m¨¢s viva, r¨ªtmica y multicolor que la de otras partituras suyas. Busca el autor madrile?o, como necesidad imperiosa, la estabilidad de una forma coherente, y al mismo tiempo reh¨²ye la dial¨¦ctica tradicional montada sobre el desarrollo org¨¢nico de los temas.
Alegre y atractivo
En el caso del Triple concierto la continuidad se logra por una bien relacionada sucesi¨®n de secuencias que en su conjunto logran algo vivo, alegre y atractivo, como un divertimento. Queda lejos cualquier minimalismo, aunque Marco hace uso personal de un repetitivismo matizado y acentuado hasta obtener sensaci¨®n de variedad; tampoco cultiva situaciones l¨ªmites, como en el caso de los juveniles Caprichos o del cuarteto Aura, y evita el melodismo diat¨®nico y la sujeci¨®n a escribir sobre intervalos tomados como m¨®dulos. En suma, se mueve dentro de sus coordenadas estil¨ªsticas con gran libertad para lograr una obra personal cuya influencia sobre autores m¨¢s j¨®venes es evidente.
El Tr¨ªo Mompou, la orquesta vallisoletana y su director, Remart¨ªnez, hicieron un estreno dominado, claro y explicativo. Ayer mismo los solistas part¨ªan para Polonia y Checoslovaquia, en donde dar¨¢n a conocer la ¨²ltima producci¨®n de Marco. Juicios positivos igualmente aplicables al ya conocido Fandango de Garc¨ªa Abril, impulsado por la danza y nacido para la danza, de la que conserva el gran impulso r¨ªtmico e instrumental caracter¨ªstico del compositor turolense. En resumen, un gran concierto y una realidad orquestal como la sinf¨®nica vallisoletana, por solidificar y estructurar de modo definitivo.
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