Momentos estelares

C. M., La persecuci¨®n del fraude fiscal en Espa?a ha preferido no dar palos de ciego. En los ¨²ltimos estudios -a?o 1986sobre evasi¨®n de impuestos se resalta que aproximadamente la mitad de las rentas escapan al pago de tributos. Este fraude es mayor en las rentas que no provienen del trabajo por cuenta ajena ya que ¨¦stas se declaran en un 71,28% frente al 30,36 de otras fuentes de ingresos. S¨®lo algo m¨¢s de la mitad de los obligados a declarar el impuesto sobre la renta cumplen con esta obligaci¨®n.

Todo parece indicar que la inspecci¨®n fiscal no da todav¨ªa abasto para controlar que nadie se escape a la obligaci¨®n de declarar y de hacerlo correctamente. En el pasado a?o, se levantaron 205.672 actas de inspecci¨®n y la deuda tributar¨ªa detectada fue de 173.538 millones de pesetas. Una aguja en un pajar si se compara con los casi 9,3 billones de pesetas que, se estima, escapan al fisco s¨®lo en el IRPF.

El trabajo casi de hormiguita de los inspectores fiscales no explica por s¨ª s¨®lo los espectaculares incrementos en la recaudaci¨®n obtenidos estos dos ¨²ltimos a?os. Ellos protestan a veces porque Hacienda conf¨ªa m¨¢s en la estrategia del miedo que en dotarles de m¨¢s y mejores medios. Esta estrategia ha tenido sus momentos estelares tras los expedientes por delito fiscal abiertos contra un buen n¨²mero de famosos. Lola Flores sirvi¨® de telonera y mont¨® un buen n¨²mero: incluso lleg¨® a pedir a su p¨²blico que aportaran una peseta por cabeza para ayudarla a quedar en paz con Hacienda. El elenco de estrellas se complet¨® con Marujita D¨ªaz y Pedro Ru¨ªz. El mundo del deporte qued¨® representado por Bernd Schuster.

Aunque estos casos son los m¨¢s llamativos, otros presuntos defraudadores est¨¢n con el alma en vilo. Para no dar palos de ciego, Hacienda ha dirigido su artiller¨ªa contra profesionales conocidos aunque en c¨ªrculos m¨¢s selectos. Abogados, empresarios, m¨¦dicos, arquitectos...

Y contra aquellos que demuestren un nivel de vida fuera de lo com¨²n. Compra de chalets, cruceros, gastos elevados con tarjetas de cr¨¦dito, compras de coches de importaci¨®n o de caballos de carreras, son los llamados "signos externos de riqueza" a los que Hacienda sigue la pista hasta dar con los afortunados.