Sobre la huelga
La proyectada huelga general, si no fuera un hecho grave, ser¨ªa como para tom¨¢rsela a risa al contemplar la premura con que variopintos y contrapuestos sectores, mezclados en un adelanto del carnaval 1989, se han subido al tren de la movilizaci¨®n y comparten vag¨®n de tercera, por supuesto con el ¨²nico objetivo de erosionar al Gobierno socialista y pescar en r¨ªo revuelto.Comisiones Obreras, en primera fila, sigue los designios del se?or Anguita, que, con tal de atacar al PSOE, se apunta a un bombardeo mientras marea al personal con su unidad comunista y defiende unas ideas trasnochadas que hasta en la URSS han sido dejadas de lado.
La Uni¨®n General de Trabajadores ha pasado de ser correa de transmisi¨®n del PSOE a comparsa de Comisiones, perdiendo mucho en el cambio. Nicol¨¢s Redondo, hombre de muy respetable trayectoria, ha equivocado el rumbo.
Socialistas y ugetistas se debaten en una apasionada pelea matrimonial, fruto de infidelidades mutuas, atizada por el orgullo. Es cierto que los primeros han vivido aventuras con la derecha econ¨®mica, pero han sabido sacar sus beneficios para la econom¨ªa nacional, que, se quiera o no, ha mejorado. Los segundos han ca¨ªdo con total ingenuidad en brazos del adversario, y encima deber¨¢n pagar un precio muy alto por ello: ¨¦se s¨ª que es un mal negocio.
La derecha pol¨ªtica, como de costumbre, se alinea con todo lo que se oponga al Gobierno, aunque vaya en contra de sus principlos. Sus dirigentes no se entienden entre ellos, y quieren gobernar a los espa?oles. Presentan al centro derecha como la gran soluci¨®n para Espa?a, y cuando tienen la posibilidad de gobernar juntos, como en Canarias, no aciertan a una.
La guinda la han puesto los futbolistas millonarios espa?oles, necesitados de esta torpe convocatoria para enterarse de que muchos de sus compa?eros no viven tan bien como ellos; veremos qu¨¦ hacen en el futuro para ayudarles.
En fin, estamos ante la huelga m¨¢s chapucera y retr¨®grada que un pa¨ªs pueda echarse a la cara, y es dif¨ªcil que una mente progresista pueda secundarla sin sentir verdaderos problemas de conciencia.-
El paro,
entiendo, se efect¨²a como consecuencia de la pol¨ªt¨ªca econ¨®mica y social llevada a cabo por el Ejecutivo, siendo a su vez un exhorto para manifestar la desaprobaci¨®n hacia el talante arrogante y altanero que el equipo de gobierno muestra en casi todos los campos de actuaci¨®n.?Qu¨¦ es lo que se pretende con el paro general? Obviamente, supongo, o al menos lo que pretendo, no es derrocar al Gobierno socialista, sino hacer reflexionar a los responsables guberriamentales que es necesario un giro en materia econ¨®mica y social, de forma que se beneficie en mayor medida la clase trabajadora, aquella que ayud¨® en buena parte a subir al Partido Socialista Obrero Espa?ol al poder y que a¨²n lo mantiene en ¨¦l. En definitiva, es necesario que el Gobierno vuelva su mirada hacia el estrato social del
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El paro
Viene de la p¨¢gina anteriorque procede y que le sustenta; volver su mirada a la clase trabajadora.
Los trabajadores no podemos entender que se nos sigan pidiendo moderaciones salariales cuando a?o tras a?o los beneficios de la banca y la patronal se duplican y hasta se triplican. Los trabajadores queremos compartir los beneficios que hemos generado con nuestro trabajo, con nuestro esfuerzo.
No es l¨®gico que s¨®lo a una parte se le pida sacrificio, moderaci¨®n salarial y precariedad en el empleo, dot¨¢ndole, entre otros, de un Plan de Empleo Juvenil que recuerda tiempos del principio de la revoluci¨®n industrial, y en algunos aspectos, tiempos de esclavitud (al margen de su muy dudosa constitucionalidad).
Pero en el trasfondo de la cuesti¨®n est¨¢ un algo primordial que hace que esta convocatoria sea importante hist¨®ricamente. Por primera vez desde el advenimiento de la democracia estamos asistiendo a una verdadera batalla ideol¨®gica dentro de un mismo partido pol¨ªtico y con repercusi¨®n en la sociedad, una lucha ideol¨®gica que mantiene las espadas en alto y de cuyo desenlace puede depender el futuro pol¨ªtico no s¨®lo del partido en el poder, sino del pa¨ªs.
Es, pues, l¨®gica la postura adoptada por los sindicatos, y resulta ir¨®nico e incluso sarc¨¢stico escuchar a la ministra portavoz del Gobierno y al secretario de organizaci¨®n del PSOE decir que "los problemas se solucionan en mesas de negociaci¨®n, y no con violencia en la calle".
Y resulta histri¨®nico porque recuerda las mesas sectoriales (Inem, funci¨®n p¨²blica, etc¨¦tera) cerradas sin llegar a ning¨²n tipo de acuerdo global, y si se ha alcanzado es con alg¨²n sindicato u asociaci¨®n de car¨¢cter minoritario.-
Una vez
le¨ªdo el art¨ªculo aue su peri¨®dico publica hoy, 29 de noviembre, denominado Huelga general, los datos del problema, por el economista don Julio Alcalde Inchausti, no puedo menos de felicitar a dicho economista por tratar el problema desde el punto de vista econ¨®mico y no pol¨ªtico.Cuando pase la huelga general nos encontraremos con m¨¢s paro, m¨¢s inflaci¨®n, menos empleo (cualquiera contrata a un trabajador que es capaz de cuando menos producir alboroto) y menos renta real paralos trabajadores.-
La familia del PSOE
(no confundir con las bases y simpatizantes del Partido Socialista Obrero Espa?ol) se oponen al paro del d¨ªa 14 de diciembre, propuesto por los sindicatos: normal. Lo anormal puede ser que, para conseguir sus pron¨®sticos, la familia utilice el aparato del Estado, que ellos controlan, incluyendo los recursos econ¨®micos. La funci¨®n p¨²blica que detenta el Gobierno y los recursos de que dispone para ejercer tal funci¨®n no pueden ser usados para oponerse a derechos constitucionales de los ciudadanos y trabajadores. Ante semejante realidad, quedar¨¢ justificado aquel refr¨¢n que dice: "...adem¨¢s de burros, cornudos".La vulgaridad del lenguaje utilizado por la familia y los argumentos trasnochados por conocidos, ahora y antes, son un insulto a la inteligencia. Los m¨¦todos, amenazar, coaccionar, han llegado a utilizar argumentos amenazantes a sus propios diputados, caso de no colaborar, ?vaya leche! Todo ello permite ver claramente quien es qui¨¦n en cada lugar, y, como dec¨ªa Alfonso X el Sabio: "As¨ª como el c¨¢ntaro quebrado se conoce por su sonido, el seso del hombre es coriocido por su palabra". Cierto es, puesto que la familia, a trav¨¦s de sus cuentos, nos ha permitido conocer el verdadero sonido.-
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