Estudio de las alegaciones contra un pantano en Huesca a los 37 a?os de proyectado
Han pasado ya 37 a?os desde que se aprob¨® el proyecto inicial de la construcci¨®n del embalse de J¨¢novas (Huesca), y esta semana t¨¦cnicos de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Ebro y de Iberduero, empresa concesionaria de la explotaci¨®n hidroel¨¦ctrica, estudian las m¨¢s de 700 alegaciones presentadas contra el proyectado pantano.
Los alegantes fueron citados en el lugar donde se quiere construir el embalse. Se trata de una larga historia salpicada de protestas, alg¨²n sabotaje, expropiaciones y desalojos forzosos, en la que se ha variado al menos dos veces el proyecto, la ¨²ltima en 1980, y cuyo futuro es incierto.En marzo de 1951 se aprob¨® el plan de aprovechamiento hidroel¨¦ctrico de los r¨ªos Ara y Cinca, que preve¨ªa la construcci¨®n, en las proximidades de J¨¢novas, de un embalse de 500 hect¨®metros c¨²bicos y las centrales hidroel¨¦ctricas de Fiscal y Ainsa. Se llevaron a cabo las expropiaciones, en muchos casos forzosas, y los habitantes de Sobrarbe y J¨¢novas fueron obligados a abandonar sus viviendas de manera un tanto expeditiva: las escuelas de J¨¢novas fueron voladas sin dar casi tiempo a sus alumnos a abandonar el local. Hubo protestas de ecologistas y particulares e Iberduero propuso despu¨¦s un embalse de s¨®lo 200 hect¨®metros c¨²bicos pese a que las expropiaciones se hab¨ªan hecho para el mayor. La Administraci¨®n oblig¨® a Iberduero a subir la cota del embalse y el ¨²ltimo proyecto prev¨¦ una capacidad de 354 hect¨®metros c¨²bicos cuya central podr¨¢ producir 150 millones de kilowatios hora.
S¨ªmbolo de resistencia
Hace cuatro a?os fueron desalojados los ¨²ltimos moradores de J¨¢novas, el matrimonio formado por Emilio Garc¨¦s y Francisca Castillo, que se hab¨ªa convertido en un s¨ªmbolo de resistencia. El gobernador civil de Huesca, el delegado de Iberduero y 14 guardias civiles estuvieron presentes en el desalojo y poco despu¨¦s fue volada la casa para evitar cualquier tipo de arrepentimiento. La familia Garc¨¦s vive ahora en Campodarbe, en una casa y unas tierras que nunca han reconocido como suyas.En el retraso han confluido varias circunstancias: la fuerte oposici¨®n, incluido un sabotaje que ocasion¨® desperfectos en la maquinaria que realizaba las primeras excavaciones; cuestiones de tipo t¨¦cnico relacionadas con el uso coordinado de los embalses del r¨ªo Cinca; la tardanza en el env¨ªo de un estudio sobre el impacto ambiental y de ordenaci¨®n territorial que el Gobierno aragon¨¦s, entonces presidido por el socialista Santiago Marraco, anunci¨® durante el per¨ªodo de alegaciones.
Adem¨¢s, el servicio de conservaci¨®n de la naturaleza exige unos caudales ecologistas en los r¨ªos, lo que habr¨ªa hecho pensar a la empresa concesionaria en la merma considerable de la rentabilidad de las futuras centrales hidroel¨¦ctricas. Hay quien opina que Iberduero se olvid¨® del pantano de J¨¢novas y las otras centrales hidroel¨¦ctricas confiando m¨¢s en las nucleares, y que ante la paralizaci¨®n de ¨¦stas ha vuelto ahora a retomar la cuesti¨®n. Las inversiones anunciadas por la empresa en 1982 en la zona ser¨ªan superiores a los 19.000 millones de pesetas.
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