Un secreto a voces

Sir Richard Attenborough, el cineasta brit¨¢nico que asume la presidencia de Script, en su comunicado fundacional de este organismo afirma que "el cine es un arte de equipo, en el que creadores y t¨¦cnicos trabajan en estrecha colaboraci¨®n. Pero el guionista, sin cuyo trabajo nadie puede comenzar el suyo, es una excepci¨®n: su trabajo es esencialmente solitario. Con frecuencia se ve obligado a emprender su obra asumiendo todos los riesgos, y si el gui¨®n, una vez terminado, no encuentra productor, no obtiene por ¨¦l ninguna remuneraci¨®n. De ah¨ª que su oficio sea a su vez solitario y precario".Attenborough llama la atenci¨®n sobre la gravedad de esta situaci¨®n, y a?ade que, en la medida que la funci¨®n creadora del guionista es b¨¢sica para la existencia de la industria, ¨¦sta debe asumir el problema y eliminar la precariedad que (salvo raras excepciones) amenaza al solitario escritor de guiones de cine y de televisi¨®n.

Los simb¨®licos dos millones de ECU (algo menos de 300 millones de pesetas) de que dispone el Script para iniciar sus primeras ayudas a la creaci¨®n de guiones tienen, para el cineasta brit¨¢nico, el valor de la ejemplaridad: "Lo importante es el extraordinario compromiso que se contrae" con la puesta en marcha de esta filosof¨ªa de la creaci¨®n audiovisual.

Se trata de seguir la vieja filosof¨ªa de Hollywood, donde el secreto a voces de la calidad media y la homogeneidad de su producci¨®n es el proclamado por Ford, Goldwyn y De Mille en la famosa frase arriba recordada por Rippa di Meana. Y recordada tambi¨¦n hace poco por Steven Spielberg. Y que queda perfectamente complementada con esta otra frase, atribuida al ir¨®nico Joseph L. Mankiewicz: "?Que cu¨¢nto tiempo me lleva hacer una pel¨ªcula? Dos a?os escribirla, dos meses rodarla, dos semanas montarla, dos d¨ªas afinarla, dos horas verla y dos minutos olvidarla".

El cine europeo, en el complicado reto de multiplicar en la pr¨®xima d¨¦cada su oferta audiovisual, muy exigua comparada con la demanda de su propio p¨²blico, no ha olvidado que, para hacer funcionar una buena estructura de producci¨®n, es ante todo indispensable escribir guiones, cuantos m¨¢s mejor, aunque no todos se realicen.

De cada cinco guiones encargados, y por supuesto pagados, por la industria de Hollywood, s¨®lo se rueda uno. Tal es la fuente de la estabilidad y dinamicidad de su oferta. El guionista no debe quedar abandonado a la suerte de los escritores por cuenta propia, sino que la soledad que requiere su trabajo creativo debe ser asumida como parte org¨¢nica del proceso de producci¨®n del filme.