Arde Miami
Los ¨²ltimos disturbios raciales esconden el malestar de los negros, relegados socialmente, por los hispanos
![Francisco G. Basterra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F26f1666e-8865-4b38-9825-e308de656829.png?auth=690528c49e3824418e30ff3ed7a3e27b8e03b84858dbfba27dd43e81c6d4b120&width=100&height=100&smart=true)
Arde Miami, la meca del exilio latinoamericano, tras dos noches consecutivas de disturbios raciales que han causado ya tres muertos y han abierto la caja de los truenos del enfrentamiento entre la comunidad negra, la polic¨ªa blanca y los hispanos, que han sepultado a los negros en el ¨²ltimo escal¨®n social de la ciudad.
Se pide el toque de queda y la intervenci¨®n de la Guardia Nacional, que ha sido puesta en estado de alerta, mientras el alcalde, el norteamericano cubano Xavier Su¨¢rez, hace llamamientos a la calma y ve desolado el deterioro de la imagen de la ciudad, que el s¨¢bado ser¨¢ hu¨¦sped de 100.000 visitantes para asistir al acontecimiento deportivo del a?o.Ese d¨ªa, si la tensi¨®n callejera no lo impide, se celebrar¨¢ la final¨ªsima, super bowl, de la liga de f¨²tbol americano, entre los Cincinnati Bengals y los 49 de San Francisco. Algo tan importante para el pueblo como la toma de posesi¨®n de Bush, el viernes, en Washington. Mil polic¨ªas, de una fuerza compuesta casi en su totalidad por blancos, consegu¨ªa restaurar el orden, a primeras horas de la madrugada de ayer, en tres barrios negros incrustados en el centro de Miami.
Pero antes, un joven de 16 a?os de raza negra hab¨ªa muerto a consecuencia de un disparo en la cabeza de procedencia desconocida. Doscientas setenta personas fueron detenidas, varios supermercados y tiendas de muebles saqueados y decenas de coches incendiados. Todo comenz¨® el lunes cuando un polic¨ªa hispano, William Lozano, disparo contra Clement Lloyd, un negro de 23 a?os que circulaba en una motocicleta por el barrio de Overtown -perseguido por una supuesta infracci¨®n de tr¨¢fico-, causando su muerte. Tambi¨¦n muri¨®, tras chocar la moto con un coche, su acompa?ante, Alan Blanchard, de 24 a?os.
Inmediatamente, el barrio se puso en pie de guerra en un levantamierto de rabia e ira hacia la polic¨ªa, a la que acusaban de haber ase:3inado a sangre fr¨ªa a Lloyd. El incidente record¨® los violentos disturbios, saldados con 18 muertos, que tuvieron lugar en el pjrincipal barrio de color de la ciudad, Liberty City, en 1980, cuando polic¨ªas blancos mataron de una paliza a otro joven negro que tambi¨¦n circulaba en una moto. Los polic¨ªas fueron absueltos en un juicio posterior.
Poblaci¨®n atemorizada
Los negros de Miami, que ocupan el estrato social y econ¨®mico m¨¢s bajo en una de las ciudades m¨¢s vibrantes y pr¨®speras de EE UU, se quejan de que aqu¨ª se trata mejor a los hispanos inmigrantes que a los norteamericanos m¨¢s pobres de color. Se sienten abandonados en un gueto del que no consiguen salir, cada vez m¨¢s distanciados del nivel de vida de los cubanos (800.000, en el Gran Miami). La amenaza de un nuevo mariel, esta vez no cubano, sino de refugiados de Nicaragua -se habla de 100.000, y ya han llegado varios centenares en los ¨²ltimos d¨ªas, con lo puesto, acampando en un estadio de b¨¦isbol- ha incrementado el malestar entre la comunidad negra.La poblaci¨®n de color de M¨ªami denuncia la "brutalidad" de la polic¨ªa en una ciudad de extremada violencia, debido sobre todo a su papel como plataforma para el tr¨¢fico de drogas y el blanqueo de dinero negro procedente de los narc¨®ticos. "A los polic¨ªas hispanos les gusta demasiado disparar", afirmaba ayer un l¨ªder de la comunidad negra. "No est¨¢n preparados para trabajar en nuestras comunidades y acaban utilizando a nuestra gente para pr¨¢ctica de tiro".
Los disturbios se extendieron en la noche del martes desde Overtown a otros dos barrios, uno de ellos el elegante Coconut Grove, y la polic¨ªa cerr¨® 135 manzanas. A pesar de ello, M¨ªami era una ciudad muerta, con la poblaci¨®n atemorizada en sus casas, y las oficinas del centro comercial, pegadas a la zona de los disturbios, cerraron ayer pronto para que los empleados pudieran salir antes del anochecer. El alcalde fue apedreado cuando acudi¨® a pedir calma y tuvo que abandonar la zona con gritos de "han asesinado a un negro". Su¨¢rez ha prometido una investigaci¨®n independiente, pero los l¨ªderes negros aseguran que "esta vez queremos justicia inmediata".
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