Arde Miami
Los ¨²ltimos disturbios raciales esconden el malestar de los negros, relegados socialmente, por los hispanos
Arde Miami, la meca del exilio latinoamericano, tras dos noches consecutivas de disturbios raciales que han causado ya tres muertos y han abierto la caja de los truenos del enfrentamiento entre la comunidad negra, la polic¨ªa blanca y los hispanos, que han sepultado a los negros en el ¨²ltimo escal¨®n social de la ciudad.
Se pide el toque de queda y la intervenci¨®n de la Guardia Nacional, que ha sido puesta en estado de alerta, mientras el alcalde, el norteamericano cubano Xavier Su¨¢rez, hace llamamientos a la calma y ve desolado el deterioro de la imagen de la ciudad, que el s¨¢bado ser¨¢ hu¨¦sped de 100.000 visitantes para asistir al acontecimiento deportivo del a?o.Ese d¨ªa, si la tensi¨®n callejera no lo impide, se celebrar¨¢ la final¨ªsima, super bowl, de la liga de f¨²tbol americano, entre los Cincinnati Bengals y los 49 de San Francisco. Algo tan importante para el pueblo como la toma de posesi¨®n de Bush, el viernes, en Washington. Mil polic¨ªas, de una fuerza compuesta casi en su totalidad por blancos, consegu¨ªa restaurar el orden, a primeras horas de la madrugada de ayer, en tres barrios negros incrustados en el centro de Miami.
Pero antes, un joven de 16 a?os de raza negra hab¨ªa muerto a consecuencia de un disparo en la cabeza de procedencia desconocida. Doscientas setenta personas fueron detenidas, varios supermercados y tiendas de muebles saqueados y decenas de coches incendiados. Todo comenz¨® el lunes cuando un polic¨ªa hispano, William Lozano, disparo contra Clement Lloyd, un negro de 23 a?os que circulaba en una motocicleta por el barrio de Overtown -perseguido por una supuesta infracci¨®n de tr¨¢fico-, causando su muerte. Tambi¨¦n muri¨®, tras chocar la moto con un coche, su acompa?ante, Alan Blanchard, de 24 a?os.
Inmediatamente, el barrio se puso en pie de guerra en un levantamierto de rabia e ira hacia la polic¨ªa, a la que acusaban de haber ase:3inado a sangre fr¨ªa a Lloyd. El incidente record¨® los violentos disturbios, saldados con 18 muertos, que tuvieron lugar en el pjrincipal barrio de color de la ciudad, Liberty City, en 1980, cuando polic¨ªas blancos mataron de una paliza a otro joven negro que tambi¨¦n circulaba en una moto. Los polic¨ªas fueron absueltos en un juicio posterior.
Poblaci¨®n atemorizada
Los negros de Miami, que ocupan el estrato social y econ¨®mico m¨¢s bajo en una de las ciudades m¨¢s vibrantes y pr¨®speras de EE UU, se quejan de que aqu¨ª se trata mejor a los hispanos inmigrantes que a los norteamericanos m¨¢s pobres de color. Se sienten abandonados en un gueto del que no consiguen salir, cada vez m¨¢s distanciados del nivel de vida de los cubanos (800.000, en el Gran Miami). La amenaza de un nuevo mariel, esta vez no cubano, sino de refugiados de Nicaragua -se habla de 100.000, y ya han llegado varios centenares en los ¨²ltimos d¨ªas, con lo puesto, acampando en un estadio de b¨¦isbol- ha incrementado el malestar entre la comunidad negra.La poblaci¨®n de color de M¨ªami denuncia la "brutalidad" de la polic¨ªa en una ciudad de extremada violencia, debido sobre todo a su papel como plataforma para el tr¨¢fico de drogas y el blanqueo de dinero negro procedente de los narc¨®ticos. "A los polic¨ªas hispanos les gusta demasiado disparar", afirmaba ayer un l¨ªder de la comunidad negra. "No est¨¢n preparados para trabajar en nuestras comunidades y acaban utilizando a nuestra gente para pr¨¢ctica de tiro".
Los disturbios se extendieron en la noche del martes desde Overtown a otros dos barrios, uno de ellos el elegante Coconut Grove, y la polic¨ªa cerr¨® 135 manzanas. A pesar de ello, M¨ªami era una ciudad muerta, con la poblaci¨®n atemorizada en sus casas, y las oficinas del centro comercial, pegadas a la zona de los disturbios, cerraron ayer pronto para que los empleados pudieran salir antes del anochecer. El alcalde fue apedreado cuando acudi¨® a pedir calma y tuvo que abandonar la zona con gritos de "han asesinado a un negro". Su¨¢rez ha prometido una investigaci¨®n independiente, pero los l¨ªderes negros aseguran que "esta vez queremos justicia inmediata".
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