La trascendencia de la tierra

La obra de Jos¨¦ Jim¨¦nez Lozano, que supera ya la veintena de vol¨²menes, no ha alcanzado todav¨ªa la repercusi¨®n que merece, a pesar de su evidente calidad literaria y de la intensidad y densidad de sus contenidos. Jim¨¦nez Lozano, abulense de nacimiento y vallisoletano de vocaci¨®n, es periodista de profesi¨®n, pero sobre todo la voz m¨ªstica de Castilla, la tierra que anima sus preocupaciones, que le inspira y a la que retrata en profundidad, con acentos profundamente trascendentes, de ra¨ªces plurales, desde el catolicismo m¨¢s acendrado hasta las inquietudes del juda¨ªsmo, de la herencia ¨¢rabe a las tonalidades protestantes en ocasiones.Form¨® parte de aquel grupo de j¨®venes periodistas que se unieron en tomo a Miguel Delibes, que entonces dirig¨ªa El Norte de Castilla, junto a Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Descalzo, Francisco Umbral, Manuel Leguineche, C¨¦sar Alonso de los R¨ªos o Javier P¨¦rez Pell¨®n, tan dispares entre s¨ª y a los que luego desperdig¨® su profesi¨®n; a todos menos a Jim¨¦nez Lozano, que sigue fiel a su peri¨®dico ya su pueblecito de Alcazar¨¦n, donde reside, a unos pocos kil¨®metros de Valladolid, y que le ha dedicado una de sus plazuelas. Pero Jim¨¦nez Lozano no s¨®lo trabaja como periodista, sino que lee y escribe sin parar. Su gran preocupaci¨®n es el entendimiento entre los hombres y el combate con el esp¨ªritu; lo dem¨¢s, y sobre todo el arte, tan te?ido siempre de religiosidad, se le da por a?adidura. Como ensayista es autor de escritos cruciales, en los que la ambig¨¹edad se clarifica y toda tranquilidad desaparece: Los cementerios civiles y la heterodoxia espa?ola o La ronquera de fray Luis y sobre todo los m¨¢s recientes, una asombrosa Gu¨ªa espiritual de Castilla (1984) o Los ojos del icono, que, bajo pretexto de comentarios o cat¨¢logo de una exposici¨®n celebrada en Salamanca, realiza fusiones y fisiones ins¨®litas y sugestivas siempre. En 1985 publicar¨ªa adem¨¢s un libro desacostumbrado en el mercado espa?ol, Los tres cuadernos rojos, un diario espiritual e intelectual de primera magnitud, de insospechada riqueza y de una hermosura poco com¨²n.

Tambi¨¦n es narrador, claro est¨¢, novelista y autor de relatos cortos en los que se abordan las ra¨ªces m¨ªsticas y ¨¦ticas de la existencia desde todos los puntos de vista desde el aparente historicismo de Historia de un oto?o (1971), hasta sus excursiones en el mundo jud¨ªo del pasado, Par¨¢bolas y circunloquios de Rab¨ª Isaac Ben Yehud¨¢ (1985). Las mismas oscilaciones se dan en otros libros de relatos, El santo de mayo (1976) o El grano de ma¨ªz rojo (1988), donde, sin embargo, aparecen cuentos de apariencia realista en la Castilla actual, m¨¢s campesina que ciudadana, de todas maneras. Y los eternos dramas espa?oles, el cainismo fratricida, que se traslucen en otras novelas, como La salamandra (1973) o Duelo en la casa grande (1982).