Desahogo ligeramente vengativo

La reciente aparici¨®n en este diario de un art¨ªculo antitaurino del profesor Ferrater Mora me va a permitir un peque?o desahogo ligeramente vengativo: ocurre que soy estudiante de filosof¨ªa y, como tal, me he visto en la necesidad de consultar con cierta frecuencia el monumental diccionario filos¨®fico de dicho autor. Y he de confesar que, ante la impotencia de comprobar las m¨¢s de las veces lo poco que sacaba en claro de tal ejercicio, me dec¨ªa a m¨ª mismo que, si ¨¦ste o aquel texto parec¨ªa confuso, no se deb¨ªa a otra cosa que a mi falta de capacidad para interpretarlo.Naturalmente, sigo pensando as¨ª. Pero ahora el propio don Jos¨¦ ha venido a echar un capote -si se me permite la expresi¨®n- a mi maltratada autoconsideraci¨®n al escribir un art¨ªculo que demuestra que hasta un reputado fil¨®sofo puede enfocar mal un tema y, adem¨¢s, tratarlo despu¨¦s de manera ventajista..., porque ventajista es proponer uno mismo los supuestos argumentos de la parte contraria -y de la manera m¨¢s favorable- para luego destrozarlos con facilidad. El profesor Ferrater ha querido matar recibiendo, pero lo que le sali¨® por el chiquero era peque?o y estaba muy afeitado. El maestro Ortega no hubiera permitido tan mala lidia.-