Dustin Hoffman: "No soy una persona dif¨ªcil"
El protagonista de 'Rain man' no teme a la mala reputaci¨®n que su tenacidad le crea
"Es la peste norteamericana", dijo de ¨¦l David Puttman, productor en 1978 de la pel¨ªcula Agatha. Hoffman hab¨ªa aceptado un peque?o papel, lleg¨® a Inglaterra con su guionista personal, hizo que todo se reescribiese y transform¨® su parte de personaje de reparto hasta convertirse en coprotagonista.A partir del oscar que recibi¨® por Kramer contra Kramer, la leyenda empez¨® a presentar a Hoffman como un insaciable controlador del proceso creativo de las pel¨ªculas en la que actuaba. "No funciono s¨®lo como actor, sino tambi¨¦n como coguionista", dice.
Rain man fue un proyecto que estuvo parado durante 18 meses a la b¨²squeda de un director definitivo. A Martin Brest, Steven Spielberg y Sydney Pollack les fue propuesto, y sus respectivos guionistas trabajaron en el empe?o. Al final, Barry Levinson lleg¨® a un entendimiento pleno con el actor. Cuatro cineastas y seis guionistas para una lucha en la que Hoffman venci¨®. Todos dicen que ganar¨¢ el oscar por segunda vez, premio que estuvo a punto de conseguir con Cowboy de medianoche, una de sus interpretaciones legendarias. Se lo dieron a John Wayne, algo que. Hoffman considera l¨®gico: "fue el premio a toda una carrera y lo merec¨ªa m¨¢s que yo".
Hoffman llega a una peque?a habitaci¨®n de un hotel londinense dando peque?os pasos. Parece que todav¨ªa est¨¦ metido en el personaje de Raymond -"alguien que es autista no puede de pronto convertirse en otra persona"-. Se recuesta sobre el sof¨¢ y empieza a hablar en un tono muy bajo. No es su narizota lo que primero llama la atenci¨®n, sino unos ojos de los que saltan chispas y una modulaci¨®n en la voz que podr¨ªa encantar a una serpiente. A medida que avanzan las preguntas, el tono cambia, se vuelve agudo para contar un chiste o ba a a las profundidades. A su antojo.
Ventajas
"Ser actor tiene ventajas", explica. "En una clase de interpretaci¨®n te puedes encontrar sentado junto a una chica con la que ni en un mill¨®n de a?os conseguir¨ªas una cita. Entonces, el profesor te saca al estrado, y la saca a ella tambi¨¦n, y dice: 'bien, ahora ustedes se conocen desde hace cinco a?os, viven juntos, y est¨¢n metidos en una gran disputa, porque ella quiere casarse y usted no'. A partir de ah¨ª, sin conocerla, empieza la improvisaci¨®n y a los cinco ininutos puedes estar bes¨¢ndola, y compruebas que lo puedes hacer all¨ª y que podr¨ªa suceder en la vida, eso o cualquier otra cosa. Saberl¨® ayuda, y sobre todo, te ense?a no s¨®lo que, en el fondo, de lo que se trata es de disfrutar de la vida, sino tambi¨¦n que es posible hacerlo".
A Hoffman le gusta contar an¨¦cdotas y en sus palabras aparece continuamente el humor. Al per¨ªodo m¨¢s negro de su vida, tres a?os de pr¨¢ctica inactividad profesional entre 1979 y 1982, per¨ªodo en el que su madre estaba muri¨¦ndose, su agente muri¨®, se separ¨® de su primera esposa y se enfrent¨® a qu¨¦ hacer con sus hijos, le llama opera-soap. "Todo el mundo -tiene una opera-soap -un melodrama- una vez en la vida".
Con 51 a?os, brillantemente llevados, Hoffman parece haber conseguido el m¨¢ximo: prestigio con la mayor¨ªa de sus 18 filmes -entre los m¨¢s conocidos, El graduado, Perros de paja, Marathon man, Cowboy de medianoche, Lenny y Tootsie-, estabilidad emocional y amorosa -lleva nueve a?os con su segunda mujer, Anne Byrne, ahogada que no trabaja, seis hijos entre los dos matrimonios- y dinero -circula la cifra de 600 millones de pesetas por Rain man
En candelero
Hijo de un constructor de decorados en Hollywood, El graduado lo lanz¨® al estrellato, lleva m¨¢s de 20 a?os en candelero y su inteligencia parece haberle acostumbrado a lo que ello significa.
"Muchas veces las ideas que alguien lanza se perpet¨²an", dice, refiri¨¦ndose a su fama de hombre dif¨ªcil para trabajar. "Todos los famosos que he conocido eran distintos a la imagen que me hab¨ªa hecho de ellos a trav¨¦s de los medios. Pero est¨¢s en el punto de mira de la gente y esto tiene ventajas e inconvenientes. Cuando coges por la ma?ana un peri¨®dico sensac¨ªonalista, por ejemplo, y lo vas leyendo en el cuarto de ba?o, de pronto ves escritas cosas incre¨ªbles. Y te las crees, porque quieres cre¨¦rtelas. 'Un hombre se tir¨® a una serpiente anoche'. Y te lo crees".
El punto de vista de los medios respecto a ¨¦l ha evolucionado, seg¨²n cuenta un Hoffman sonriente. "Ahora la leyenda es que soy una persona dif¨ªcil, y eso que en 20 a?os s¨®lo he tenido problemas con dos directores. ?En qu¨¦ profesi¨®n alguien no los ha tenido?".
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