Han condenado a muerte a un escritor
Libros. Votos. No merece la pena escribir muchas l¨ªneas. Nada hay m¨¢s est¨²pido que lamentarse. Estas palabras pueden hasta llegar tarde. Claro que, ?acaso la pol¨ªtica cultural no se ceba con los muertos mientras silencia su rebeli¨®n cuando estaban vivos? A Salman Rustidie le condenan a muerte desde el poder y en nombre de Dios. Muchos diputados laboristas ingleses dicen: "Llev¨¦mosle a la Inquisici¨®n. Que se le condene por blasfemo. Que se proh¨ªba el libro. Esto es mejor que perder los votos de dos millones de musulmanes". Cuando los holocaustos terminan se busca siempre uno o varios chivos expiatorios. Stalin. Hitler. ?No gan¨® Hitler con los votos de millones de alemanes? ?No fue aclamado Stalin por millones de comunistas del mundo entero? El voto ¨²til: ?acaso no seguimos escuchando esta vieja canci¨®n sacudiendo la fragilidad de las democracias del mundo? Sobre los votos inciden quienes manejan los medios de expresi¨®n. La alienaci¨®n de la fe. La alienaci¨®n de la televisi¨®n. Eso s¨ª, en las intimidades, en los peque?os c¨ªrculos, se habla de posmodernismos, se venden por millones de ejemplares revistas que mim¨¦ticamente reproducer en sus portadas e interiores la misma n¨¢usea producida por algunos seres humanos cuya ¨²nica capacidad de duda y reflexi¨®n parece residir en las entrepiernas. Las calles son para las masas que gritan sin pensar los gritos consignado, por los pol¨ªticos. La guerra santa. La guerra econ¨®mica Sacerdotes. Militares. ?Vimos a cuestionarlos a estas alturas de la civilizaci¨®n? Y quedan los otros, los pol¨ªticos, quienes s¨®lo piensan en el voto ¨²til. ?Cambiar la sociedad, contribuir a la liberaci¨®n, independencia del pensamiento? Utop¨ªas. Hoy se vota. Ma?ana se mata. O se deja matar.Y mientras se suspende la publicaci¨®n del libro en Francia -?osa alguien publicar Vers¨ªculos sat¨¢nicos en Espa?a?-, ?c¨®mo son las noches de escritor acosado? Solo, sabiendose perseguido. N¨¢ufrago Alguien se har¨ªa millonario por matarlo. L¨¢grimas de cocodrilo condenar¨ªan el atentado terrorista. ?Qui¨¦n es el terrorista? ?Acaso no lo somos todos, los activos y los pasivos? El Vaticano mat¨® en nombre de la fe. En nombre de la fe mata Jomeini. Y los escritores ?qu¨¦ hacemos? Temblar en nyestras soledades. Dios nos libre de los poderes f¨¢cticos, porque ?qui¨¦n nos librar¨¢ de Dios?
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