El Gobierno portugu¨¦s declara la guerra al consumo interno para frenar la escalada inflacionista
El ministro portugu¨¦s de Finanzas, Miguel Cadilhe, respondi¨® al rebrote de la inflaci¨®n, constatada con la publicaci¨®n de las estad¨ªsticas relativas al mes de febrero, con una serie de medidas destina das a frenar el consumo y que sorprendieron por su dureza y su rapidez. A trav¨¦s de una conferencia de prensa convocada con escasas horas de antelaci¨®n, los portugueses fueron informados de la prohibici¨®n, sine die, de todas las formas de venta a plazos (ventas de grupo, leasing, cr¨¦dito) de autom¨®viles de m¨¢s de 1.450 cent¨ªmetros c¨²bicos. Tambi¨¦n aumentar¨¢ un 15% el precio del tabaco, y el Banco de Portugal anunci¨® un aumento del tipo de redescuento.
Para los coches m¨¢s peque?os, motos y electrodom¨¦sticos, el cr¨¦dito no puede superar los 12 meses y las entradas deben representar el 50% del valor global. El cr¨¦dito para la compra o construcci¨®n de viviendas es restringido por varias medidas: desde la elevaci¨®n de las reservas de caja de los bancos (17% del total de los dep¨®sitos, contra 15%, 12%, 3% y 1% anteriormente, seg¨²n el tipo de operaciones de cr¨¦dito) a la liberaci¨®n de los tipos de inter¨¦s (con una subida hasta el 17,5% para los contratos anteriores). Tambi¨¦n fue anunciado un aumento del 15% sobre el precio del tabaco y el Banco de Portugal anuncia un pr¨®ximo aumento del tipo de redescuento.Para el ministro Cadilhe, las ventas de autom¨®viles (cerca de 600 unidades por d¨ªa en 1988) fueron un factor importante del desequilibrio de las cuentas externas (el d¨¦ficit comercial subi¨® un 28% de febrero de 1988 a febrero de 1989) y el rebrote inflacionario: el aumento de un 1,4% de los precios al consumidor en febrero, despu¨¦s de una subida del 1,3% en enero coloca a Portugal de nuevo entre los pa¨ªses de la CE con la tasa m¨¢s alta de inflaci¨®n anual, 10,3% en los ¨²ltimos 12 meses y el 12,2% acumulado en relaci¨®n a febrero del a?o pasado.
Con valores ligeramente diferentes, el gabinete de estad¨ªsticas de la Comisi¨®n Europea, Eurostat, ha confirmado el peligroso sobrecalentamiento de la econom¨ªa portuguesa, con la segunda mayor inflaci¨®n de la CE en diciembre de 1988 (12,2%) y una brusca aceleraci¨®n a partir de enero, con un aumento mensual de los precios del 1,3%, el mayor de los doce en m¨¢s de un a?o y muy superior a la media comunitaria (0,7%).
Para los sindicatos, la conclusi¨®n es clara: los salarios que no aumentaron en 1988 al ritmo necesario para compensar los efectos acumulados de la inflaci¨®n (9,6%) y del aumento de productividad (2,6%) van a soportar un nuevo golpe con la negociaci¨®n para 1989, de aumentos del orden del 8%, que ha sido el techo de los convenios hasta ahora firmados.
Dudas sindicales
Pero no es menos evidente que la huelga general, que lleg¨® a ser considerada inminente, desapareci¨® como por encanto del horizonte de las dos grandes centrales portuguesas, la CGT y la UGT. M¨¢s sorprendente a¨²n es el hecho de que las dos centrales se hayan puesto de acuerdo no para la huelga o siquiera manifestaciones callejeras (los comunistas de la CGT han rechazado la propuesta de la UGT de manifestaci¨®n unitaria para el pr¨®ximo Primero de Mayo, que ser¨ªa la primera desde 1975), sino para presentar un pliego com¨²n de reivindicaciones al Consejo Nacional de la Concertaci¨®n Social, el organismo que re¨²ne a representantes del Gobierno, de los sindicatos y de las asociaciones patronales.Las organizaciones sindicales portuguesas dieron, al menos impl¨ªcitamente, a entender que esperan mejores resultados de una negociaci¨®n con el Gobierno de Cavaco Silva que por la v¨ªa del enfrentamiento directo en el campo laboral con una patronal que en este momento toma la delantera del ataque contra la pol¨ªtica econ¨®mica y financiera del Gobierno. Una ofensiva que busca articularse pol¨ªticamente con el ataque cerrado que el presidente del CDS hizo, en presencia de los eurodiputados populares y conservadores, reunidos en Lisboa, contra la pol¨ªtica de izquierda de Cavaco Silva. Para Freitas do Amaral, la pol¨ªtica socialdem¨®crata de Cavaco Silva est¨¢ en muchos aspectos a la izquierda de las orientaciones seguidas por los Gobiernos de mayor¨ªa socialista y significa un retroceso en relaci¨®n a la acci¨®n liberalizante y modernizadora que Mario Soares hab¨ªa iniciado en la presidencia del Ejecutivo.
La irritaci¨®n que esta campa?a provoc¨® en Cavaco Silva es la confirmaci¨®n de una preocupaci¨®n, negada oficialmente: la receptividad, ya sentida, de algunos sectores del partido gubernamental a las cr¨ªticas de la patronal y del CDS puede tener consecuencias serias para la estabilidad del Gobierno si las elecciones europeas de junio significan un rev¨¦s o incluso una derrota parcial para el PSD.
Ahora, las medidas anunciadas han provocado fuertes reacciones por parte del comercio y la industria m¨¢s afectados, y tambi¨¦n de los partidos de la oposici¨®n. Estos ¨²ltimos fueron un¨¢nimes al afirmar que el Gobierno est¨¢ "desorientado" y no sabe c¨®mo hacer frente a una situaci¨®n que escap¨® totalmente a su control y previsiones. Las expectativas oficiales apuntan a una inflaci¨®n del 6,5% para 1989, pero el primer ministro admite ya una rectificaci¨®n de estas previsiones en abril, sobre todo si se mantiene la tendencia para la subida de los tipos de inter¨¦s en los mercados mundiales y el aumento que registra el petr¨®leo durante las ¨²ltimas semanas.
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