Entra?able Carreras
La ¨²ltima gala del Teatro L¨ªrico Nacional La Zarzuela, celebrada anteanoche con asistencia de la reina Sof¨ªa, tuvo una temperatura m¨¢ximamente calurosa, una emotividad entra?able y una justa valoraci¨®n de cuantos m¨¦ritos posee Jos¨¦ Carreras. Con su actuaci¨®n termina una suerte de festival de grandes tenores espa?oles, pues en el espacio de unas semanas hemos escuchado a Kraus, Domingo y Carreras. Es formidable que en m¨²sica, algo tan distinto a un campeonato deportivo, podamos permitirnos el lujo de tener tres n¨²meros uno, por hablar s¨®lo de nuestros divos.Tiene que ser as¨ª cuando cada uno de ellos posee caracter¨ªsticas claramente diferenciables. Las de Jos¨¦ Carreras las sac¨® a la luz Jos¨¦ Iturbi en 1957, cuando le encomend¨® al entonces cantor de 11 a?os el Trujam¨¢n de El retablo de maese Pedro, de Falla, en el Liceo de Barcelona. Estudiaba entonces Carreras con Francisco Puig, que con Marta Pruneda ser¨ªan sus primeros maestros. Despu¨¦s, el tenor barcelon¨¦s goz¨® del ejemplo, el apoyo y la amistad de Montserrat Caball¨¦, con la que tantas veces ha formado pareja protagonista.
Recital de Jos¨¦ Carreras
Teatro L¨ªrico Nacional. Recital de Jos¨¦ Carreras, tenor. Pianista: Lorenzo Bavaj. Obras de Scarlatti, Bellini, Stradella, Duparc, Faur¨¦, Massenet, Tosti, Turina, Falla, Ginastera, Guastavino, Esper¨®n y Puccini. Teatro de la Zarzuela de Madrid, 8 de abril.
En 1976 y 1977, sus versiones de Don Carlos, dirigidas por Karajan en Salzburgo y por Abbado en Mil¨¢n, hacen ¨¦poca; pero Carreras ya hab¨ªa pasado con enorme ¨¦xito por el Carnegie Hall, el Covent Garden, la ?pera de Berl¨ªn o el festival de Aix. No fue menos brillante su ingreso en el mundo de la reproducci¨®n sonora, y basta echar una ojeada sobre la discograf¨ªa completa que incluye el programa de mano de la Zarzuela para medir su variedad e importancia. Tambi¨¦n para comprobar la lista de grandes maestros que han dirigido a Carreras. Con los citados, recordemos a Ricardo Mutti, Colin Davis, Lorin Maazel, Leonard Bernstein, Giuseppe Sinopolis, Riccardo Chailly, Lombard, Plasson, L¨®pez Cobos o Ros Marb¨¢, por citar un grupo representativo.
Cualidades conmovedoras
Parte Carreras de una voz que por sus cualidades conmueve, a lo que a?ade una pasi¨®n nunca desmedida, una dicci¨®n clara, un fraseo bell¨ªsimo y una gallard¨ªa que provoca el aplauso, el bravo y hasta el piropo individual ("?Artista!", "?Muy bien cantado!", se escuch¨® al terminar esta o aquella versi¨®n). El programa, formado por obras del repertorio de Carreras, ajenas, aunque a veces lindantes con la ¨®pera, nos llev¨® desde Alessandro Scarlatti, Bellini y Stradella, con un Pieta signore magistral, a las liriche del joven Puccini, que no s¨®lo limitan con el operismo, sino que aparecen m¨¢s o menos literalmente en Manon, La boh¨¨me o Tosca. Tal es el caso de Menti all'avviso, Sole e amore o Terra e mare, publicadas entre 1883 y 1902.Un tr¨ªo de melod¨ªas de Duparc, Massenet y Faur¨¦, con el famoso Apr¨¨s un r¨ºve, dio paso a cuatro ejemplos del genio de la canci¨®n de sal¨®n Paolo Tosti, a dos poemas sobre Campoamor de Joaqu¨ªn Turina, a otras dos canciones de las populares de Manuel de Falla y a tres latinoamericanas: el hit Ginastera Canci¨®n del ¨¢rbol del olvido; La rosa y el sauce, de Guastavino, y las m¨¢s populares de Ignacio Esper¨®n Tala Nacho.
Luego, tras la lluvia de aclamaciones y flores, cuatro propinas -desde Cuore ingrato y El cabello m¨¢s sutil hasta La tabernera del puerto, de Soroz¨¢bal renovaron el clima de triunfo, del que particip¨® muy justamente el pianista colaborador Lorenzo Bavaj, profesor en el conservatorio Rossini de P¨¦saro.
En resumen, un ¨¦xito singular y, adem¨¢s, un homenaje caluroso a Jos¨¦ Carreras, hondamente entra?ado en el gran p¨²blico, que profesa admiraci¨®n y cari?o a un artista fuera de serie, human¨ªsimo y carente de vanidad.
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