El editor tambi¨¦n escribe
La pertenecia al 'ambiente' literario, un factor importante para ser reconocido
P. S., Pocos autores espa?oles comentan o tan siquiera aceptan en p¨²blico una realidad comprobada en la preparaci¨®n de este reportaje, y por lo dem¨¢s pr¨¢ctica habitual en el mundo editorial anglosaj¨®n: que a menudo el editor sugiere cambios en el manuscrito, y que a veces, con autores primerizos, esos cambios pueden ser condici¨®n para publicar. Seg¨²n varias opiniones, las relaciones sociales, cada vez m¨¢s dif¨ªciles, como todas, en las grandes ciudades, son un elemento vital en el negocio de la literatura.
Jorge Herralde, de Anagrama, explica c¨®mo le sugiri¨® a Javier Tomeo que escribiera un libro entero de relatos sobre miopes, o c¨®mo apuesta sobre determinadas caracter¨ªsticas de un autor y le anima a insistir por ah¨ª. Luis Su?¨¦n, de Alfaguara, por ejemplo, ve perfectamente posible pedirle a un autor que repita un manuscrito que promete.En cambio para Laura Freixas, directora en Grijalbo de la colecci¨®n El Espejo de tinta, la ausencia de edici¨®n y a veces exigencia por parte de las editoriales es la que provoca que se publiquen a medio hacer obras que con m¨¢s trabajo, hubieran terminado siendo buenas. En general, todos los editores dicen sugerir cambios a sus autores, con mayor insistencia si son primerizos.
De igual forma, todos los editores dicen tener una relaci¨®n con sus autores -"yo no publico", cita Jorge Herralde: "yo edito autores y libros"-, pero lo cierto es que esta relaci¨®n no es tan ideal como algunas que ha glosado la historia de la literatura.
Es m¨¢s f¨¢cil cuando se es peque?o. La editorial de Beatriz de Moura -que cuando comenzaba alternaba ya con el legendario grupo de los suramericanos del boom (ella es de origen brasile?o)- es una agradable casa con jard¨ªn en la parte alta de Barcelona en la que es dif¨ªcil percibir una relaci¨®n industrial. Usuarios pacientes del puente a¨¦reo, otros editores intentan alternar socialmente con sus autores, pero a menudo la esclavitud de las grandes ciudades s¨®lo les permite hacerlo en congresos y ferias, excusas para el encuentro cada vez m¨¢s abundantes en el gremio. Otras veces, como en el caso de Luis Su?¨¦n, que viene de la cr¨ªtica y es poeta, el editor es amigo de muchos escritores desde antes.
Felisa Ramos, de Destino, dice no alternar mucho con los escritores, pero en cambio s¨ª procura mantener una relaci¨®n intelectual todo lo intensa que sea posible "porque puedes aprender mucho". A su juicio, lo que est¨¢ ocurriendo con la novela en Espa?a es sumamente interesante. "En el a?o 80 los escritores j¨®venes no lo ten¨ªan tan f¨¢cil, pero ya se ve¨ªa que algunos, de ellos ten¨ªan cosas que decir y hab¨ªa que publicarlos. No es la edad de oro, pero es un buen momento para la novela".
"Estar relacionado"
La vida social no s¨®lo hace parte del mundo de la edici¨®n, sino que a juicio de alguno, es parte determinante. Seg¨²n Miguel Riera, propietario y editor de Montesinos, "lo importante es pertenecer al establishment cultural, estar relacionado. Conozco autores que no han conseguido ni una sola cr¨ªtica en los medios informativos, con un nivel parecido a los que s¨ª las consiguen abundantes. A la larga, el escritor de calidad acaba rompiendo todos los guetos".
"El autor tiene que saber que el editor cree en su obra", dice la editora y tambi¨¦n novelista Laura Freixas, "y eso es m¨¢s importante que la publicidad, pongamos por caso". Son necesarios un di¨¢logo y tambi¨¦n una edici¨®n, y "aunque creo que el editor tiene una importancia social creciente, y basta ver c¨®mo son personajes solicitados por los medios informativos, ser¨ªa un megal¨®mano si se creyese un Pigmali¨®n [un escultor a quienes los dioses premiaron su habilidad dando vida a la perfecta escultu.ra de mujer que hab¨ªa creado]. El protagonista es y tiene que seguir siendo el escritor".
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