Demonios familiares
EL C?DIGO Penal espa?ol, formado en gran medida por un aluvi¨®n de sucesivas y a veces contradictorias reformas parciales en los 50 ¨²ltimos a?os, se caracteriza, en algunos de sus preceptos, por el desequilibrio de sus respuestas punitivas y por el desfase respecto de las nuevas realidades sociales. Ejemplo de uno y otro supuesto es la persistencia del rancio art¨ªculo que castiga hasta lo esperp¨¦ntico los actos de agresi¨®n a un ministro y de aquellos otros que, por el contrario, minimizan hasta su pr¨¢ctica inexistencia la entidad delictiva de las acciones violentas que se perpetran en el marco familiar. Mientras no se afronte globalmente el arduo desaf¨ªo que supone la elaboraci¨®n de un nuevo C¨®digo Penal es inevitable que se someta a este texto fundamental a un continuo tratamiento de despiece y parcheo. Es lo que est¨¢ ocurriendo en los ¨²ltimos a?os, a veces para bien, pero otras no tanto.Ahora la comisi¨®n del Senado que ha elaborado el informe sobre los malos tratos en el seno de la familia -de los que son v¨ªctimas indefensas sobre todo mujeres y ni?os- ha propuesto, entre otras medidas, que el parentesco sea considerado como agravante en los actos de violencia en el marco familiar. Esta circunstancia ya es contemplada en el C¨®digo Penal, seg¨²n los casos, como agravante o atenuante, e incluso como excusa absolutoria, en algunos de los delitos protagonizados por personas unidas por lazos familiares o de afectividad. Su consideraci¨®n legal como agravante en los maltratos de palabra o de obra entre miembros de la familia servir¨ªa, al menos, para compensar la tendencia de los agentes de la autoridad, e incluso de los jueces, a valorar el v¨ªnculo familiar como atenuante de hecho en este tipo de acciones. Deber¨ªa ser ¨¦ste el primer paso para una reforma en profundidad de la actual tipificaci¨®n de los delitos familiares. El autoritarismo trasnochado que la caracteriza es la negaci¨®n manifiesta del principio de igualdad ante la ley, el cual exige, al menos, que los miembros m¨¢s d¨¦biles de la familia no est¨¦n discriminados respecto del grado de protecci¨®n del que se benefician los m¨¢s fuertes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- III Legislatura Espa?a
- Opini¨®n
- Tr¨¢fico ¨®rganos
- Reforma legislativa
- Senado
- Violencia dom¨¦stica
- Legislaci¨®n espa?ola
- Comisiones parlamentarias
- Legislaturas pol¨ªticas
- C¨®digo penal
- Delitos contra salud p¨²blica
- Parlamento
- Violencia
- Mujeres
- Sucesos
- Normativa jur¨ªdica
- Gobierno
- Legislaci¨®n
- Administraci¨®n Estado
- Delitos
- Justicia
- Pol¨ªtica
- Espa?a
- Problemas sociales
- Administraci¨®n p¨²blica