El secreto de la pir¨¢mide

La operaci¨®n de entrada de la peseta en el Sistema Monetario Europeo (SME) se fragu¨® entre un reducido c¨ªrculo de apenas 10 personas. Desde que el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, diera a primeros del mes de junio luz verde a la fecha del d¨ªa 16, este peque?o comit¨¦ de personas se mantuvo con el alma en vilo. Cualquier filtraci¨®n a la Prensa o a los mercados financieros hubiera supuesto que toda la estrategia dise?ada se viniera abajo. El resultado fue 10 sobre 10: s¨®lo a media tarde del viernes 16 de junio se empez¨® a conocer la noticia. Quedaban atr¨¢s dos semanas de un intenso y sigiloso ir y venir entre la Moncloa, Alcal¨¢ 9 y la plaza de Cibeles.

El viernes 16 de junio fue un d¨ªa de gran revuelo en los medios de comunicaci¨®n. A lo largo de una jornada intensa, un buen c¨²mulo de noticias econ¨®micas importantes llegaban a las redacciones. El Gobierno aprob¨®, tras varios meses de pol¨¦mica, el nuevo impuesto sobre la renta. Ese mismo d¨ªa se conoc¨ªa un relativamente buen ¨ªndice de precios al consumo del mes de mayo. En el sector bancario los Albertos presentaban su dimisi¨®n al consejo de administraci¨®n del Banco Central y Jacobo Arg¨¹elles abandonaba su puesto en la c¨²pula de Banesto. No se recuerda otro d¨ªa parecido en cantidad y calidad de noticias econ¨®micas, pero aun as¨ª aquello no era m¨¢s que el aperitivo de la jornada.A primera hora de la ma?ana, el Consejo de Ministros hab¨ªa tomado una de las decisiones con mayor trascendencia de los ¨²ltimos tiempos. En la conferencia de prensa posterior a la reuni¨®n semanal del Ejecutivo se inform¨® detalladamente de la aprobaci¨®n del proyecto de ley que regula el impuesto sobre la renta. Ocho millones de espa?oles estaban atentos a una noticia que les tocaba directamente al bolsillo y que ven¨ªa precedida de una fuerte pol¨¦mica.

El ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, encargado de informar a la opini¨®n p¨²blica de tal decisi¨®n, dio muestras de tener una considerable dosis de sangre fr¨ªa. Un informador le pregunt¨® sobre el proyecto de uni¨®n monetaria y c¨®mo se iba a tratar este asunto en la pr¨®xima cumbre de Madrid. Se limit¨® a decir que en el Ecofin de S'Agar¨® se hab¨ªa logrado un paso importante al decidir afrontar la primera fase y que en la reuni¨®n de Madrid se esperaba un respaldo pol¨ªtico a esta medida.

Pero Solchaga guardaba un p¨®quer de ases bajo el tapete. En las tres semanas anteriores, un reducido c¨ªrculo de altos cargos del Banco de Espa?a y del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda hab¨ªa urdido la trama que llevar¨ªa a la incorporaci¨®n de la peseta al Sistema Monetario Europeo el pasado 16 de junio. La sorpresa deb¨ªa ser total y la consigna fue de "alto secreto" hasta el d¨ªa exacto.

Momentos de tensi¨®n

Durante la ma?ana del d¨ªa anterior, jueves 15, los mercados financieros hab¨ªan registrado tensiones. El director del Departamento de Extranjero del Banco de Espa?a, Luis Linde, dio la voz de alarma al gobernador, Mariano Rubio, y al ministro de Econom¨ªa. "Oye, que aqu¨ª pasa algo raro. ?Ser¨¢ que se han enterado?".

La operaci¨®n montada con todo sigilo pod¨ªa peligrar. Al final, todos soltaron un ?uf! de alivio. Result¨® que hab¨ªa circulado el rumor de que la autoridad monetaria preparaba una subida de los tipos de inter¨¦s y una elevaci¨®n en el coeficiente de caja para los bancos. Los tiros apuntaban, pues, en la direcci¨®n equivocada.

Una vez superado el susto del jueves se confiaba en que el viernes, d¨ªa elegido, hubiera un men¨² tan amplio y variado de noticias econ¨®micas que mantuvieran distra¨ªda y muy ocupada la atenci¨®n. El objetivo, finalmente conseguido, era que la noticia saltara cuando los mercados estuvieran cerrados y se hubieran cumplido todas las formalidades. Nadie deb¨ªa enterarse por la Prensa.

En una ocasi¨®n anterior, el ministro hab¨ªa dado tambi¨¦n muestras de saber c¨®mo se desv¨ªa la atenci¨®n p¨²blica en un asunto delicado. El 6 de junio, apenas una semana y media antes del d¨ªa D, Solchaga anunciaba que Espa?a se incorporar¨ªa al SME "antes de julio de 1990". El ministro, obviamente, no ment¨ªa, pero consigui¨® lanzar el bal¨®n fuera del terreno de juego para que las miradas se centraran en un campo donde se esperaban otros acontecimientos inmediatos. D¨ªas antes, el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, el Gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio, y el propio ministro de Econom¨ªa ya hab¨ªan fijado la fecha exacta para el acontecimiento.

A principios del mes de mayo, Solchaga solicit¨® al Banco de Espa?a un informe en el que la autoridad monetaria valorara la oportunidad del momento en que deber¨ªa producirse la incorporaci¨®n al SME. La idea lanzada fue que, al fin y al cabo, ¨¦sta era s¨®lo la pieza que faltaba para que la actual l¨ªnea de convergencia de la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola con los socios europeos adquiriera categor¨ªa de compromiso. Por tanto, "mejor que sea pronto".

Un mes despu¨¦s, es decir, durante los primeros d¨ªas de junio, la decisi¨®n sobre la fecha ya estaba adoptada al m¨¢ximo nivel. Al momento, un reducido grupo de altos cargos del Banco de Espa?a y del Ministerio de Econom¨ªa se pusieron a trabajar. S¨®lo circularon a partir de entonces dos grupos de documentos con el sello de "muy confidencial". Uno sobre los aspectos jur¨ªdicos de la incorporaci¨®n al SME y el otro con estimaciones sobre el tipo de cambio que deb¨ªa adoptar la peseta en ese momento.

El grupo elegido

Carlos Solchaga y su mano derecha, Luis Sempere; Mariano Rubio y el subgobernador, Luis ?ngel Rojo; el secretario de Estado de Econom¨ªa, Pedro P¨¦rez; el director general del Tesoro, Manuel Compthe; el director del Servicio de Estudios del Banco de Espa?a, Jos¨¦ P¨¦rez, y el director del Departamento de Extranjero, Luis Linde, actuaron a partir de entonces bajo la consigna del silencio absoluto. Cualquier filtraci¨®n a la Prensa o a los mercados monetarios hubiera supuesto que toda la operaci¨®n se viniera abajo. "Ni bajo tortura hubi¨¦ramos confesado", afirma una de estas personas.

La fecha del 16 de junio estaba cuidadosamente elegida. Las elecciones europeas se hab¨ªan celebrado el d¨ªa antes y se consider¨® m¨¢s oportuno esperar a que las aguas de la contienda entre los partidos para conseguir esca?os en el Parlamento Europeo estuvieran calmadas. Se estaba adem¨¢s a pocos d¨ªas del final de la presidencia espa?ola en la CE y ¨¦sta era una oportunidad hist¨®rica de cerrar los seis meses de mandato con un broche de oro. Felipe Gonz¨¢lez se presentar¨ªa as¨ª ante, la cumbre europea de Madrid de los d¨ªas 26 y 27 de junio con una baza pol¨ªtica de primera magnitud.

Adem¨¢s hab¨ªa que hacer p¨²blica la decisi¨®n en un fin de semana, una vez cerrados los mercados financieros y con tiempo para informar a Bruselas de la decisi¨®n. El viernes 16, la fecha elegida, reun¨ªa todas estas ventajas. A las seis de la tarde, el corresponsal de este peri¨®dico en Bruselas llamaba a Madrid. "Oye, aqu¨ª pasa algo gordo, est¨¢n todos encerrados a cal y canto y no dicen ni palabra". A primera hora de la tarde hab¨ªa llegado el rumor de que el Gobierno hab¨ªa tomado una decisi¨®n de la que no se hab¨ªa informado en la conferencia de prensa.

Hacia las siete de la tarde, las agencias de noticias enviaban un flash con campanillas: "El Gobierno ha decidido la incorporaci¨®n de la peseta al Sistema Monetario Europeo". Las radios interrumpieron su programaci¨®n habitual para dar cuenta de la noticia. Media hora m¨¢s tarde, Econom¨ªa enviaba el comunicado oficial, y a las 20.30 Carlos Solchaga aparec¨ªa en el Telediario para confirmar la informaci¨®n. Un d¨ªa de infarto pero una jornada gloriosa para quienes hab¨ªan conseguido guardar el secreto hasta el ¨²ltimo momento.