Milea se fue
30.000 rumanos han huido este a?o del 'reino' comunista de Nicolae Ceaucescu
"Trabaj¨¢bamos como esclavos y nos pagaban como a tales. La miseria, la suciedad y el miedo a que sepan lo que piensas de ellos lo domina todo. Todo se soporta si no hay remedio. Pero cuando me enter¨¦ que me quer¨ªan meter en una cl¨ªnica psiqui¨¢trica por negarme a ser confidente de la Securitate y a ingresar en el partido, pens¨¦: yo me largo de aqu¨ª". Y Milea Florin se fue. No lleg¨® a la tierra prometida, pero s¨ª escap¨® de la dictadura m¨¢s canalla del continente europeo. Tuvo suerte en la desgracia. La suerte fue escapar; la desgracia, ser rumano en el reino comunista de Nicolae Ceaucescu.
Es uno de los 30.000 rumanos, h¨²ngaros y alemanes orientales que han cruzado ilegalmente en lo que va de a?o la frontera hacia Hungr¨ªa huyendo del despotismo bizantino del presidente rumano. En los primeros 15 d¨ªas de enero fueron 6.000, entre ellos Milea. Ahora son tan s¨®lo 300 a la semana los que lo logran.Para evitar las fugas masivas, las autoridades rumanas comenzaron a instalar una gran verja de alambre de espino de dos metros de altura a lo largo de su frontera con Hungr¨ªa. En silencio, y en zona militarizada por Bucarest, comenz¨® a un surgir un nuevo tel¨®n de acero entre pa¨ªses socialistas y aliados. Cuando los h¨²ngaros desmantelan su frontera fortificada hacia Austria, un nuevo muro iba a separar a dos pa¨ªses europeos. La decisi¨®n levant¨® fuertes protestas, incluso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuyo representante a una conferencia sobre derechos humanos declar¨® el pasado viernes en Par¨ªs su rechazo a esta iniciativa rumana. Ceaucescu orden¨® levantar el vallado.
Milea tiene 26 a?os, un largo pelo casta?o cubri¨¦ndole las orejas y un flequillo que se retira continuamente de los ojos. Habla un ingl¨¦s de autodidacta y cuatro palabras de alem¨¢n que le ense?¨® su abuela. Tiene permiso de residencia en Hungr¨ªa, trabajo en Budapest y un peque?o piso que le presta el hospital que le emplea.
Naci¨® en Braila, una peque?a aldea de Transilvania. All¨ª cumpli¨® tambi¨¦n su servicio militar hasta 1983. "Entonces la situaci¨®n a¨²n no era tan grave", re cuerda. Fue entonces cuando Ceaucescu decidi¨® liquidar cuanto antes la deuda exterior, en su obsesi¨®n por recuperar la plena independencia y dar rienda suelta a sus veleidades de "gran estadista independiente en el escenario pol¨ªtico internacional".
Entonces se comenz¨® a exportarlo todo para ganar divisas. Como los productos industriales rumanos no son competitivos "ni en ?frica, donde tambi¨¦n se tienen ya ciertas m¨ªnimas exigencias", dice Milea, "la Ruman¨ªa de Ceaucescu empez¨® a exportar los pocos productos de un? sector agropecuario olvidado por el frenes¨ª industrial del estalinismo".
"Hoy ya no hay nada. Los viejos que no tienen que ir al trabajo se ponen en las colas ante las tiendas a la una o las dos de la madrugada con la esperanza de que cuando abran las tiendas haya llegado algo. Van con una silla porque si no no aguantar¨ªan", dice.
Milea est¨¢ muy satisfecho del trato que le otorgaron desde que se entreg¨® a las tropas fronterizas h¨²ngaras. "Fue tras un gran susto. Despu¨¦s de cruzar el alambre de espino pens¨¦ que ya estaba en Hungr¨ªa yme sent¨¦ a descansar. De repente vi a lo lejos unos postes y me di cuenta de que a¨²n estaba en suelo rumano. Corr¨ª como un desesperado".
Varias chicas de la minor¨ªa h¨²ngara que intentaron huir fueron capturadas hace unos meses y las patrullas violaron a todas repetidamente. Cuando despu¨¦s llegaron en lamentable estado a su ciudad, Brasov, un grupo de familiares y amigos indignados quiso asaltar el puesto de polic¨ªa.
D¨ªas antes de la conversaci¨®n con Milea en una soleada terraza de Budapest, aparec¨ªan muertos dos ni?os, ahogados en un r¨ªo en la frontera. La v¨ªspera, guardias h¨²ngaros hab¨ªan observado c¨®mo soldados rumanos deten¨ªan a tres adultos. Los ni?os eran al parecer, sus hijos.
"Mucha gente te delata como anti-Ceaucesca y anticomunista tan s¨®lo porque espera que le suponga alguna m¨ªnima ventaja. Pero todos los odian. El nombre de Ceaucescu es ya s¨ªmbolo de ignominia en Ruman¨ªa", dice Milea. "Lo ¨²nico que puede hacer ya por nosotros" concluye, "es morirse cuanto antes".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.