El sueco diferente

Stefan Edberg, de 23 a?os, es un sueco que escapa de los estereotipos de su pa¨ªs y de los jugadores que Suecia ha dado ¨²ltimamente al mundo del tenis. Mientras todos sus compatriotas se han especializado en el juego de fondo, ¨¦l lo ha hecho en el de ataque.Mientras los otros jugadores suecos viven en su pa¨ªs, Montecarlo o Estados Unidos, Edberg reside en Londres. "El clima de la capital inglesa es muy parecido al de mi pa¨ªs, y tengo muchas m¨¢s diversiones a mi alcance", dice.

La foto que gan¨® m¨¢s premios el a?o pasado recogi¨® a Edberg, doblado hacia atr¨¢s tocando el suelo ¨²nicamente con la punta de los pies y de la cabeza, celebrando su primer triunfo en Wimbledon. Edberg, desde entonces, ha mejorado a¨²n m¨¢s en su juego de saque y volea. Es un tenista natural, que lo hace todo f¨¢cil, y que no necesita de la fuerza bruta de su rival de esta tarde, Becker, para enviar la bola m¨¢s lejos y m¨¢s fuerte que nadie.

Edberg es el n¨²mero dos del mundo, pero puede amenazar muy pronto al checoslovaco Ivan Lendl. La de hoy ser¨¢ su segunda presencia este a?o en una final del Grand Slam -perdi¨® con Chang en Par¨ªs, en el torneo de Roland Garros- Es una excelente persona, siempre asequible y educado. Pero tiene un punto d¨¦bil. Para el p¨²blico, no tiene el carisma de Becker o McEnroe.