Vuelve la zarzuela a la Porticada
Durante muchos a?os el Festival Internacional de Santander inclu¨ªa en sus ciclos algo de zarzuela, bien en representaci¨®n, bien en concierto. Anteanoche, los m¨²sicos del Metropolitan de Nueva York, dirigidos por el espa?ol Garc¨ªa Asensio, y dos grandes cantantes j¨®venes, ya afamados, como son la soprano Carmen Gonz¨¢lez y el tenor Luis Lima, han retomado la tradici¨®n para lograr una noche en la que el ¨¦xito se ali¨® con la simpat¨ªa. Tal adjetivaci¨®n combiene perfectamente a un g¨¦nero l¨ªrico popular, castizo, sencillo, directo y testimonial.
Los preludios e intermedios de muchas zarzuelas estar¨ªan constantemente en el repertorio mundial de las orquestas si no fuera por la deficiencia de las ediciones y copias del material musical, pues trozos como La torre del oro y Los borrachos, de Gim¨¦nez, La Revoltosa y El tambor de granaderos, de Chap¨ª, o El bateo, esa incre¨ªble chuler¨ªa musical de Federico Chueca, poseen una singular fuerza de car¨¢cter y un ejemplar equilibrio entre la idea y su realizaci¨®n.
Por eso son recibidos en triunfo all¨ª donde aparecen, desde Helsini hasta Hong Kong, desde Mosc¨² a Massachussets. Enrique Garc¨ªa Asensio que, sobre buen director es de Valencia, una de las bases de la zarzuela, incorpor¨® r¨¢pidamente a los instrumentistas del Metropolitan al quiebro, la gracia y el acento de nuestros aires populares ciudadanos. Trabaj¨® con rapidez, denuedo y eficacia para montar las diversas romanzas, arias, alg¨²n d¨²o, originales de los maestros del g¨¦nero.
Facilidad
La madrile?a Carmen Gonz¨¢lez es muy conocida por sus interpretaciones oper¨ªsticas. Su voz es bella y de timbre muy concreto, su facilidad grande, su afinaci¨®n exacta y su l¨ªnea expresiva tiende a la sobriedad incluso con exceso. Do?a Francisquita, El rey que rabi¨®, El cabo primero y El barbero de Sevilla, de Gim¨¦nez, encontraron en la Gonz¨¢lez veh¨ªculo de gran atractivo, en tanto el tenor bonaerense Luis Lima impuls¨® el fervor de los m¨¢s acusados zarzuel¨®manos, desde los compases de La tabernera del puerto, de Soroz¨¢bal, para continuar, en un proceso creciente de brillantez y c¨¢lida dicci¨®n con la Francisquita de Vives, la jota del Trust de los tenorios, de Serrano, tan querida por Miguel Fleta y, ya en uni¨®n de Carmen Gonz¨¢lez, el d¨²o de la flor de Luisa Fernanda, cuya letra desarrolla libremente un viejo romancillo utilizado por Garc¨ªa Lorca.
Una serie de propinas, insistentemente solicitadas, a?adieron el nombre de otro de los grandes ¨²ltimos de la zarzuela, Jacinto Guerrero, a trav¨¦s de La cauci¨®n de la espada. Cambia hoy el espect¨¢culo en la Plaza Porticada, pero permanece la orquesta metropolitana para sostener la gran gala de la danza con m¨²sica en vivo, algo que empez¨¢bamos a olvidar.
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