Andr¨¦s Ripoll:" A Principios de 1990 se realizara en. Espa?a la primera selecci¨®n de astronautas"
Declaraciones del director del nuevo centro europeo para la preparaci¨®n de los tripulantes espaciales
A principios del a?o que viene se realizar¨¢ en, Espa?a la primera selecci¨®n de candidatos a cosmonautas europeos, explica Andr¨¦s Ripoll, un cient¨ªfico y t¨¦cnico que est¨¢ creando desde hace poco menos de un a?o el Centro Europeo de Astronautas, donde se formar¨¢n los futuros tripulantes europeos de misiones espaciales. La decisi¨®n de crear el centro la tom¨® la Agencia Espacial Europea (AEE), y Ripoll es su primer director, con lo que se ha convertido tambi¨¦n en el primer espa?ol que ostenta un cargo importante en la agencia. Sorprendido por el traj¨ªn y las implicaciones pol¨ªticas que supone su nuevo trabajo, Ripoll vive en el futuro, pero piensa que no le va a sobrar el tiempo.
Pregunta. ?Qu¨¦ es el Centro Europeo de Astronautas?
Respuesta. Todav¨ªa se est¨¢ montando. Estar¨¢ en Colonia [RFA] y all¨ª se realizar¨¢ la programaci¨®n y control del entrenamiento y el entrenamiento b¨¢sico. El especializado y el de misi¨®n se har¨¢n en cinco centros repartidos por Europa. En Colonia estar¨¢n los simuladores del Columbus [parte de la estaci¨®n espacial impulsada por Estados Unidos], donde aprender¨¢n a salir de la estaci¨®n, en una piscina, a moverse en una c¨¢mara de vac¨ªo. El de Toulouse estar¨¢ especializado en el transbordador Hermes. En B¨¦lgica se realizar¨¢ el entrenamiento de pilotos del Hermes, con instrumentos muy complicados, como un simulador de seis grados de libertad y un avi¨®n de entrenamiento que simule el aterrizaje del Hermes. En Holanda estar¨¢ la parte de rob¨®tica del Hermes y del Columbus y, finalmente, en Marsella estar¨¢ la gran piscina para simular la flotabilidad nula o cero y probar los trajes espaciales. Parte del entrenamiento se realizar¨¢ en Estados Unidos.
P. ?Habr¨¢ un cuerpo ¨²nico de astronautas europeos o cada pa¨ªs tendr¨¢ el suyo?
R. Los representantes de los 13 pa¨ªses miembros de ESA han aprobado en el ¨²ltimo consejo una pol¨ªtica europea sobre astronautas, que implica un cuerpo ¨²nico de astronautas europeos, que su formaci¨®n y cualificaci¨®n sea responsabilidad de ESA, y que la selecci¨®n se haga con criterios comunes. Sin embargo, reconocemos que cada pa¨ªs pueda tener, como ya tienen algunos, sus propios astronautas para determinadas misiones bilaterales, pero ¨¦stas ser¨¢n cada vez m¨¢s escasas.
Uno por pa¨ªs
P. ?Cu¨¢ndo se van a seleccionar los primeros y cu¨¢ntos ser¨¢n?
R. Ser¨¢n s¨®lo cinco o seis, porque es muy dram¨¢tico que una persona dedique su vida a prepararse para algo que luego casi no podr¨¢ hacer. Estamos poniendo a punto los criterios y cada pa¨ªs har¨¢ una preselecci¨®n a principios de 1990. En Espa?a, la preselecci¨®n la organizar¨¢ el Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico e Industrial (CDTI), y durar¨¢ unos seis meses. La seleci¨®n final la har¨¢ ESA, a finales Je ese a?o.
P. Su puesto es muy pol¨ªtico.
R. Ya me he dado cuenta. Aqu¨ª hace falta un diplom¨¢tico. Est¨¢ muy claro que el inter¨¦s de cada pa¨ªs en este tema no es cient¨ªfico o econ¨®mico; lo que quieren es tener un astronauta propio. De aqu¨ª a fin de siglo habr¨¢ 38 astronautas europeos, y ya ha dicho el director general [de ESA] que se tratar¨¢n de distribuir equitativamente por pa¨ªses, teniendo en cuenta su contribuci¨®n a los proyectos concretos, pero con un m¨ªnimo de uno por pa¨ªs. En cuanto a las mujeres, no habr¨¢ distinciones, pero tampoco una cuota prefijada.
P. ?Est¨¢ usted viviendo ahora en el futuro?
R. Totalmente, pero no sobra el tiempo. Salvo retrasos, la estaci¨®n internacional ser¨¢ montada en el espacio en 1996. Tengo que tener astronautas para 1997, y como se tarda cuatro a?os en formarlos (me refiero a los astronautas profesionales, no a los cient¨ªficos, que van una vez y luego vuelven a su trabajo en tierra), tengo que tener todo listo, instalaciones, edificios y personal, para 1993. Y eso son s¨®lo dos a?os y pico. Y adem¨¢s, entre medias hay misiones del transbordador norteamericano en las que participamos, con los tres astronautas que ya ten¨ªamos, que se entrenan en Estados Unidos. A partir de 1993 hay una segunda tanda de misiones en el transbordador y con la plataforma Eureca y para entonces queremos tener unos cuantos astronautas propios que se entrenar¨¢n casi totalmente en Estados Unidos, pero que luego podr¨ªan ser entrenadores de los siguientes europeos.
P. ?Se ha acostumbrado a trabajar as¨ª?
R. Ha sido dif¨ªcil, y lo m¨¢s dif¨ªcil es hacerlo s¨®lo con planes, sin tener todav¨ªa nada tangible. Paso momentos muy dif¨ªciles y otros en los que pienso que he conseguido peque?as cosas importantes para ese futuro. Lo que me resulta m¨¢s grato es constatar el inter¨¦s de la juventud por estos temas. Recibo muchas cartas de ni?os que quieren saber lo que tienen que estudiar para llegar a ir al espacio.
Dif¨ªciles de entender
P. Los astronautas, especialmente los norteamericanos, siempre dicen que sus jefes s¨®lo les pueden entender si son ellos mismos astronautas.
R. Eso es verdad. Incluso los tres que ahora han pasado a depender del centro que dirijo [el alem¨¢n occidental Ulf Merbold, el holand¨¦s Wubbo Ockels y el suizo Claude Nicollier] me lo dicen. Yo, obviamente, no lo soy, pero el jefe de la divisi¨®n de astronautas en el nuevo centro ser¨¢ un astronauta o al menos alguien muy relacionado con ellos. Yo entiendo que son personas muy especiales que tienen que poder convivir en espacios muy limitados durante largos per¨ªodos. Cuando vuelven es cuando empiezan a tener grandes problema psicol¨®gicos, porque se han hecho famosos y a muchos les resulta dif¨ªcil de superar. Es el s¨ªndrome de la prima donna.
P. ?Cree que el hombre es necesario en el cosmos?
R. A pesar de que me dedico a entrenar astronautas, no creo que sea estrictamente necesario. S¨ª lo que queremos es observar la Tierra, controlar las actividades, las comunicaciones, no es imprescindible. Incluso para ver c¨®mo afecta al ser humano la estancia en el espacio, basta con llevarle simplemente como objeto de estudio, durante una temporada corta. Sin embargo, yo creo que el hombre lo que quiere es ir ¨¦l, descubrir, conocer m¨¢s cosas y al final aprovechar el espacio como tercera dimensi¨®n para expansionarse y vivir all¨ª.
P. Pero el progreso en este sentido pairece lento.
R. Cuando me dicen "han pasado 20 a?os y lo m¨¢s que hemos conseguido es que est¨¦n dos o tres seres humanos permanentemente en el espacio", yo digo siempre que cuando en 1903 dos se?ores llamados Wright se metieron en una especie de caj¨®n y llegaron a volar ni siquiera la longitud de un avi¨®n jumbo, nadie hubiera cre¨ªdo que, pasados 80 a?os, en el aire hubiera siempre 100.000 personas. Dentro de 150 a?os, a lo mejor en el espacio hay 200.000 personas.
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