La Cartuja de Sevilla, tercera ¨¦poca de esplendor
Restaurar y convertir el viejo cenobio andaluz en un gran centro cultural costar¨¢ m¨¢s de 5.000 millones
JORDI BUSQUETSA orillas del Guadalquivir, la Cartuja de Santa Mar¨ªa de las Cuevas, el viejo cenobio de la orden de San Bruno que alberg¨® los restos de Crist¨®bal Col¨®n, iniciar¨¢ en 1992 -coincidiendo con la conmemoraci¨®n del V Centenario del Descubrimiento de Am¨¦rica y la apertura de la Exposici¨®n Universal de Sevilla (Expo 92)- la que se prev¨¦ como su tercera etapa de esplendor. Un ambicioso proyecto de restauraci¨®n, que requerir¨¢ una inversi¨®n de m¨¢s de 5.000 millones de pesetas convertir¨¢ los restos del que fuera recinto mon¨¢stico, primero, y afamado complejo fabril, despu¨¦s, en un moderno centro de exposici¨®n, investigaci¨®n y estudio del rico patrimonio cultural andaluz.
La complejidad arquitect¨®nica del conjunto y la necesidad de finalizar las obras en 1992 han obligado a dividir el recinto -que ocupa una superficie de 12 hect¨¢reas- en cinco grandes. ¨¢reas: la capilla de Afuera, las zonas conventual y fabril, las huertas y la denominada ¨¢rea administrativa, cuya adecuaci¨®n a los nuevos usos previstos por la Junta de Andaluc¨ªa se est¨¢ realizando bajo la direcci¨®n de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas y Urbanismo.La Consejer¨ªa de Cultura, responsable de la restauraci¨®n y puesta en servicio de las cuatro zonas restantes, ha encomendado el trabajo a otros tantos equipos interdisciplinares, formados por arquitectos, arque¨®logos y restauradores, entre otros profesionales.
A la entrada del recinto, la llamada capilla de Afuera -un peque?o templo barroco del siglo XVIII levantado sobre la primitiva capilla fundacional del monasterio- constituye el n¨²cleo central del futuro Pabell¨®n Real de la Expo. Las dependencias que en su d¨ªa acogieron la celda del sacrist¨¢n, el refectorio de los pobres, la cocina de la carne -o del infierno- y los establos de los famosos caballos cartujanos, albergar¨¢n las lujosas dependencias en las que log Reyes de Espa?a presidir¨¢n los actos oficiales que se celebren con motivo de la Expo, para permanecer, una vez finalizada la exhibici¨®n, como Pabell¨®n de Visitantes Ilustres de la Junta de Andaluc¨ªa.
El ¨¢rea monacal, que re¨²ne las estancias fundamentales en las que se desarr¨®llaba la vida de la cartuja, ha sido concebida en el proyecto como un gran Museo de la Historia de Andaluc¨ªa, cuyas colecciones se exhibir¨¢n en las alas restituidas del gran claustro en el que se alineaban las celdas de los monjes, de las que ¨²nicamente se conservan dos. El proyecto de restituir las celdas derruidas ha sido acogido con cierta cautela en el Ministerio de Cultura, instituci¨®n que, junto a la Sociedad Estatal para la Expo 92, colabora con la Junta de Andaluc¨ªa en la financiaci¨®n de las obras. Las fuentes informantes se?alaron, no obstante, que acatar¨¢n el dictamen de la comisi¨®n mixta, cuya creaci¨®n, prev¨¦ el convenio para la restauraci¨®n de la cartuja suscrito por las administraciones central y auton¨®mica.
Dependencias tan destacadas de la zona monacal como la gran iglesia g¨®tica, la capilla de Santa Ana -donde s¨¦ encuentra la cripta en la que fueron depositados los restos de Col¨®n-, el refectorio o el cap¨ªtulo, se adecuar¨¢n para ser utilizadas como escenario de manifestaciones de car¨¢cter cultural y cient¨ªfico y como zona de visita en tanto que elementos integrantes del musbo. La celda prioral -una construcci¨®n del siglo XVI de caracter¨ªsticas similares a las residencias de los nobles sevillanos de la ¨¦poca- acoger¨¢ la sede de la instituci¨®n, responsable de Ia custodia y conservaci¨®n del conjunto.
El ¨¢rea fabril incIuye el sector del monasterio en el que se levantaba el claustro de los legos (siglos XV y XV) y las dependencias de servicio -caballerizas y almacenes, entre otros-, algunas de las cuales fueron reaprovechadas para la instalaci¨®n, a mediados del siglo XIX, de la f¨¢brica de loza creada por Carlos Pickman, en la que destacan diversas construcciones de tipolog¨ªa industrial inglesa infrecuentes en Espa?a, Aqu¨ª se instalar¨¢n, al finalizar las obras, el Instituto Andaluz del Patrimonio Hist¨®rico y la Escuela de Restauraci¨®n de Bienes Muebles. Los jardines y la magn¨ªfica huerta de naranjos creada por los monjes, con sus norias, albercas, capillas y miradores restaurados, se destinar¨¢n al solaz y contemplaci¨®n del visitante.
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