Un logro a medias

Desde una mente actual y con unos ojos que no han visto el original ni sus primeras reconstrucciones, el Ballet Tri¨¢dico de ?skar Schlemmer que Gerhard Bohner ha recreado, y desde el a?o 77 pasea por el mundo, no responde en mucho a la idea que se tiene de ese ballet experimental de 1922, con las referencias (bastantes) que Schlemmer dej¨® como uno de los principales maestros de ia Bauhaus alemana sobre sus intenciones de llevar al teatro arte de la figura.De las tres en las que el ballet se divide hay que salvar la ¨²ltima, donde parece que el core¨®grafo Bohner se pliega por fin al deseo del artista pl¨¢stico Schlemmer y condiciona el movimiento al traje, dejando que sean los dise?os y sus diferentes visiones el eje del espect¨¢culo. En esta serie negra los figurines a las figuras aspecto misterioso: es el ¨²ltimo estadio teatral, casi templo de la teor¨ªa de Schlemmer, que la coreograf¨ªa y la m¨²sica han sabido ambientar. Los ritmos se acoplan y la expresi¨®n esc¨¦nica aparece.

En cambio las dos anteriores series se diluyen en unos pasos de ballet cl¨¢sico que no fun cionan como realce del dise?o ni contribuyen a configurar los personajes ni a transformar los vol¨²menes en figuras vivas, vibrantes y expresivas. La m¨²sica mon¨®tona, la luz est¨¢tica, y el uso casi permanente de un solo plano espacial, tambi¨¦n la percepci¨®n de las enormes posibilidades visuales y expresivas de aquellos extraordinarios dise?os cuya reelaboraci¨®n se aventura como el ¨²nico trabajo de este montaje que traspasa el mero intento de reconstrucci¨®n.