La palabra, en el escaparate
Acad¨¦micos y profesionales de la escritura hablan de los errores y los aciertos del lenguaje period¨ªstico
A Julio Caro Baroja le preocupa m¨¢s la limitaci¨®n "de vocabulario y de giros" que la incorrecci¨®n. "El periodistico es un lenguaje muy limitado, pero dentro de ello tiene un efecto directo. No es ni profundo ni matizado, aunque trate de cosas relativamente importantes". En cuanto a la gramatical, su conciencia es, m¨¢s laxa. "Es in¨²til pretender, someter el lenguaje a una acad¨¦mica, puesto que en ¨¦l hay siempre una componente irracional. No s¨¦ por qu¨¦ la palabra folclor se ha hecho universal, y demosof¨ªa, sin embargo, casi no se utiliza". En cuanto a los t¨¦rminos provinientes de otras lenguas, piensa "que hay que ser flexible, comprender que no siempre es posible una traducci¨®n eficaz; de otra parte, estamos hartos de un lenguaje cient¨ªfico lleno de helenismos". En el periodismo actual "me escandalizan m¨¢s las tendencias de contenido, sobre todo en revistas, que el lenguaje".Jos¨¦ Esteban, novelista y editor, es menos optimista y pone las causas de la "actual degradaci¨®n del lenguaje" m¨¢s lejos. "Los males tanto gramaticales como estil¨ªsticos vienen de lejos, desde que Men¨¦ndez Pelayo defini¨® una oposici¨®n entre literatura y periodismo. En ese momento arranca la degradaci¨®n que hoy es alarmante. Si recordamos que las mejores p¨¢ginas de Azorin, Ortega y Unamuno son cr¨®nicas period¨ªsticas, podemos darnos cuenta del foso donde ha ca¨ªdo la literatura period¨ªstica actual".
Corrupto
Para el novelista y poeta Jes¨²s Ferrero, la cuesti¨®n no parece mejorar, aunque el posible origen de nuestros males se traslada del ilustre pol¨ªgrafo citado al estilo literario imperante en los a?os cincuenta y sesenta. "El lenguaje period¨ªstico es enormemente corrupto y uniforme. Si ¨¦se fuera el lenguaje real, las lenguas estar¨ªan muertas. Es corrupto porque se renueva muy poco, est¨¢ muy poco vivificado. Al mismo tiempo muy esnob, con la introducci¨®n paulatina de palabras extravagantes y que da?an la lengua. Visionar en lugar de ver, por ejemplo. Verbos como impactar. En los medios audiovisuales el lenguaje es pr¨¢cticamente el mismo, y en publicidad".
El autor de R¨ªo amarillo cree percibir una cierta prevenci¨®n contra lo literario en los peri¨®dicos, y "en realidad no se dan cuenta de que el ataque contra lo literario viene del realismo socialista; antes el periodismo era much¨ªsimo m¨¢s literario, y sus derivaciones existencialistas, las que crearon esta especie de enemistad contra lo literario. Hay grandes escritores llenos de desnudez y precisi¨®n".
El fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Aranguren, habitual colaborador de la Prensa, piensa que el lenguaje informativo "tiene que ser correcto, pero sin mayor pretensi¨®n." "En estos d¨ªas he terminado un pr¨®logo para un libro del periodista Melchor Miralles sobre los GAL; en este libro han tenido el acierto de pedir la colaboraci¨®n del escritor Francisco Javier Satu¨¦ para darle al texto un car¨¢cter m¨¢s literario. No considero incompatible un cierto aliento literario con la informaci¨®n. En televisi¨®n hay de cuando en cuando faltas imperdonables; en particular, los corresponsales destrozan la prosodia espa?ola".
Aranguren considerar¨ªa positiva "una mayor presencia del periodismo de investigaci¨®n, susceptible de ser escrito en clave de novela negra". En cuanto a neologismos, prefiere "el neologismo puro", y le disgustan adaptaciones como g¨¹isqui y la supresi¨®n de las consonantes en palabras como postmoderno o septiembre.
Abandono del lat¨ªn
El profesor y acad¨¦mico Emilio Alarcos Llorach no cree "que el lenguaje period¨ªstico sea algo uniforme", y piensa que "en los medios audiovisules el disparate es m¨¢s abundante". Le molestan particularmente "las muletillas del momento, la generalizaci¨®n, los tacos que concluyen en no significar nada". Contra estos males se declara "ortografista, puesto que la ortografia ser¨¢ todo lo convencional que se quiera, pero guarda las formas".
El poeta y acad¨¦mico Pere Gimferrer juzga la calidad literaria actual de los peri¨®dicos "inferior a la de otras ¨¦pocas, en la medida en que esto puede juzgarse. No me estoy refiriendo a Larra ni a la generaci¨®n del 98; me refiero a los a?os veinte o treinta". Las causas pueden encontrarse en el abandono del estudio del lat¨ªn, de la gram¨¢tica cl¨¢sica y de la ret¨®rica preceptiva". De todas formas, en el panorama del periodismo espa?ol distingue dos corrientes fundamentales, "una que asume un cierto contenido literario en sus informaciones y otra que se decanta por la brevedad casi telegr¨¢fica y una preponderancia de la imagen". Como dec¨ªa J. V. Foix, "dame los titulares y los pies de foto de un peri¨®dico y os dir¨¦ c¨®mo es el pa¨ªs en que se publica. Efectivamente, el estilo de un peri¨®dico est¨¢ en los pies de fotos".
Finalmente, para Pere Gimferrer, que no escucha la radio y ve poco la televisi¨®n, existe otro origen generalizado de errores, "que tambi¨¦n es observable en los libros. La traducci¨®n inexacta o equivocada de palabras de otras lenguas. Esto acarrea barbarismos y malas interpretaciones, que son muy corrientes".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.