El gran secreto
La representatividad y prestigio internacional del Premio Nobel de Literatura motiva, naturalmente, el absoluto secretismo que rodea a la Academia Sueca. Secretismo que crea muchos problemas cada a?o a los periodistas. Se hacen grandes preparativos en el peri¨®dico para poder ofrecer un buen material en las primeras cr¨ªticas horas despu¨¦s de que, a la una en punto de un jueves de octubre, se anuncia el ganador del premio. Especialmente porque la Academia le encanta y tiene una fant¨¢stica habilidad para sorprender a todo el mundo.Al principio esto resultaba menos problem¨¢tico. Unos d¨ªas antes del anuncio alguien en la Academia, discretamente, acostumbraba a informar a los principales peri¨®dicos, para facilitar su trabajo. Pero la falta de discreci¨®n entre los que recib¨ªan la confidencia los forz¨® a suspender este servicio en 1976.
Los acad¨¦micos suecos han tenido tanta fortuna en mantener el secreto que hoy en d¨ªa los peri¨®dicos disponen solo de rumores y especulaciones para poder prepararse. Pero cada uno de nosotros ha desarrollado sus propios m¨¦todos para revelar con anticipaci¨®n el resultado. Uno de ellos consiste en pedir a la biblioteca de la Academia libros de los candidatos potenciales al Nobel de Literatura. Si todas las obras del candidato X est¨¢n en poder de los acad¨¦micos desde hace alg¨²n tiempo, esto puede convertirse en signo de inter¨¦s.
La manera m¨¢s f¨¢cil, naturalmente, es tratar de convencer a las esposas de los acad¨¦micos de que den alguna pista, aunque generalmente son dif¨ªciles de seducir. No obstante, este a?o la esposa de un miembro, muy contenta con la decisi¨®n, se lo dijo al embajador sueco en Madrid 24 horas antes. Las novedades se divulgaron a tiempo entre los periodistas suecos y el diario Dagens Nyether pudo llevar la buena nueva al p¨²blico sueco, el mismo jueves por la ma?ana, informando que el Nobel de 1989 reca¨ªa en Cela.
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