Handke, en Linares
El escritor austriaco escribi¨® en la ciudad andaluza parte de su ¨²ltimo libro
Peter Handke, el rebelde de 1968 que ahora puede considerarse entre los cl¨¢sicos modernos de la literatura universal, eligi¨® Linares, en Andaluc¨ªa, como refugio tranquilo, an¨®nimo, solitario y desligado para escribir su ¨²ltimo libro, Ensayo sobre el cansancio, una obra de 80 p¨¢ginas que ya se encuentra en la lista de los m¨¢s vendidos en pa¨ªses de habla alemana y es, adem¨¢s, como sucede a menudo con las obras de Handke, un texto particularmente controvertido.
Handke, al igual que el desaparecido Thomas Bernhard, profesa un intenso rechazo por Austria, su pa¨ªs natal. Bernhard expres¨® y gener¨® rabias hasta morir; Handke decidi¨® emigrar, entre otras cosas, por creer que los austriacos de la era Waldheim eran "insanamente despiertos". As¨ª lleg¨® a Linares, en un itinerario que carec¨ªa de programa previo, como parte de su nueva vida "sin domicilio fijo".Ya no hay nada que le ate a un lugar determinado, explica Raimund Felinger, de la editorial alemana Suhrkamp, estrecho colaborador de Handke. Su hija Amina, a quien cri¨® solo luego de un temprano divorcio, ya cumpli¨® 20 a?os y termin¨® sus estudios, dejando la casa familiar en Salzburgo.
Linares fue la sexta parada de un intenso vagabundear europeo, buscando, como es habitual en Peter Handke, situaciones extremas, a veces horrorosas, como plataforma para su proceso creativo. En el Linares triste de Handke, donde el escritor austriaco vivi¨® aislado un largo periodo de tiempo, el autor se sent¨ªa como en casa. Cada ma?ana, la rutina: levantarse y caminar por senderos rurales hasta un bosquecillo de eucaliptos, donde, apoyando su espalda en un murall¨®n de piedra, escrib¨ªa sus notas.
El escritor, que ya bordea los 50, desarroll¨® una antigua idea: escribir sobre el cansancio. Handke, en su obra de car¨¢cter meditativo y privado, describe un aspecto de la existencia. El fen¨®meno que todos han vivido alguna vez: el cansancio.
En una sucesi¨®n de im¨¢genes, estructuradas en un juego de preguntas y respuestas, majestuoso como elemperador romano Marco Aurello ad me ipsum, Handke ofrece en im¨¢genes y episodios el cansancio solitario, el de los campesinos. El cansancio de una noche de insomnio, el de sus estudios y en la misa de gallo de la parroquia de su pueblo natal.
Este ensayo literario y texto autobiogr¨¢fico al mismo tiempo muestra el cosmos sin fuerzas, el cosmos cansado de Handke. Ese universo lo compone con nuevas formulaciones, logrando cambiar la sem¨¢ntica negativa de la palabra cansancio, que est¨¢ m¨¢s ligada al aburrimiento, a una carencia f¨ªsica y psicol¨®gica. Para Handke, el cansancio "es la mejor forma de acci¨®n".
En este himno al cansancio se filtran Linares y sus alrededores. Relata el encuentro con un mongoloide de edad indeterminada. Handke estaba sentado en un banco componiendo las abundantes papeletas de sus notas y reescribiendo en su cuaderno. Hubo un encuentro de miradas. En el rostro del mongoloide, seg¨²n Handke, regocijo al sentir su aceptaci¨®n. En sus ojos, el elemento central, el cansancio.
En un atardecer lento del verano andaluz, Handke estaba sentado en su bosquecillo de eucaliptos, como cada d¨ªa. Mientras suenan lejos las trompetas de la Semana Santa ve c¨®mo un grupo de ni?os gitanos corren enloquecidos por la llanura.
Los ni?os siguen a un perro furioso que persigue sin piedad a un conejo reci¨¦n soltado por un gitano mayor. Viene la primera mordida. Mientras, lo zarandea. Lo deja escapar, vuelve a agarrarlo, levant¨¢ndolo en el aire, bot¨¢ndolo y cogi¨¦ndolo nuevamente. Del animal moribundo salen fuertes chillidos. El espect¨¢culo termina cuando los ni?os regresan al campamento.
La calle de Cervantes fascina a Handke. All¨ª se encuentra -seg¨²n el autor- la ¨²nica sinfonola (juke box de Espa?a). Tiene adem¨¢s extra?as caracter¨ªsticas. Para apaciguar sus nostalgias por la m¨²sica pop, anuncia con su ¨²ltimo aliento al final del libro que su pr¨®xima obra ser¨¢ un Ensayo sobre la sinfonola.
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