Apuros de la presidenta por la petici¨®n de ayuda a EE UU

B. E., El futuro de la presidenta filipina, Coraz¨®n (Cory) Aquino, independientemente de c¨®mo termine la ¨²ltima sublevaci¨®n militar, est¨¢ seriamente comprometido, seg¨²n se?alan los medios period¨ªsticos de su pa¨ªs.

La decisi¨®n de solicitar al presidente de Estados Unidos, George Bush, ayuda para sofocar la intentona golpista del pasado viernes, pone a Aquino en la situaci¨®n tal vez m¨¢s cr¨ªtica desde que asumi¨® la jefatura de la naci¨®n, en febrero de 1986, tras derrocar al dictador Ferdinand Marcos.

El gesto, que ha sido duramente censurado por la oposici¨®n, no s¨®lo supone una humillaci¨®n para el pueblo filipino, sino que tambi¨¦n revela la debilidad del Gobierno y su incapacidad para calmar los cuarteles, opinan medios period¨ªsticos de Manila.

La del viernes es la sexta intentona golpista que afronta Cory en sus casi cuatro a?os de presidencia. Los comentaristas locales pronostican nuevas rebeliones a menos que Aquino cambie radicalmente su forma de gobernar y no corte por lo sano con la corrupci¨®n p¨²blica. "El ¨²ltimo intento de golpe es una prueba elocuente del creciente disgusto popular contra Aquino", escribi¨® ayer el diario Malaya.

Insatisfacci¨®n

La protesta ya no viene s¨®lo de un sector de las Fuerzas Armadas o de los seguidores del ex-dictador Marcos. La poblaci¨®n se siente insatisfecha con la debilidad de Aquino para terminar con la corrupci¨®n, as¨ª como con el empeoramiento de la crisis econ¨®mica.

En los ¨²ltimos meses han subido los precios de los alimentos y, un d¨ªa antes del golpe, se decret¨® una subida en los de los combustibles. En Manila existe, adem¨¢s, escasez de energ¨ªa el¨¦ctrica y los transportes p¨²blicos se hallan en una situaci¨®n lamentable.

"Cuando un Gobierno no puede derrotar una rebeli¨®n sin la ayuda extranjera, se convierte en una colonia o en una rep¨²blica bananera", escribi¨® ayer Max Soliven, columnista influyente del diario The Philippine Star.

Seg¨²n Soliven, la petici¨®n de ayuda ha debilitado seriamente a Aquino ante el pueblo. Los filipinos "son pronorteamericanos, pero no les gusta que Estados Unidos interfiera militarmente en los asuntos internos del pa¨ªs", afirm¨® Soliven.

El columnista opina que con este gesto la presidenta ha minado seriamente la capacidad de su Gobierno en las pr¨®ximas negociaciones sobre las bases norteamericanas existentes en Filipinas.