El Madrid abri¨® el torneo de Navidad con derrota
LUIS G?MEZ El Real Madrid lleva meses luchando contra el determinismo v¨ªstase de desgraciado accidente, de negativa trayectoria o de fuga anunciada. El Real Madrid afront¨® la temporada dispuesto a quebrar una racha de tres a?os sin t¨ªtulo y antes de ponerse a la tarea con propiedad hubo de superar la huida de Petrovic, las lesiones de su americanos luego y el fallecimiento de un jugador posteriormente. Ayer, Biriukov jug¨® horas despu¨¦s de que su padre hubiese sufrido un infarto de miocardio, Los elementos juegan en su contra.
As¨ª pues, los especialistas tienen acusada tendencia a ser generosos en sus cr¨ªticas hacia este equipo, pues puede confundirse su hacer t¨¦cnico con el peso que en el comportamiento de cada cual tenga el c¨²mulo de desgracias que est¨¢ sufriendo la plantilla. Puede pensarse que el Madrid m¨¢s que jugar para ganar, trata de sobrevivir digna mente. En lo tocante a ¨¦ste ¨²ltimo aspecto, el comportamiento de los Jugadores alcanza lo heroico. En lo restante, es decir, en el apartado t¨¦cnico, la situaci¨®n es ciertamente complicada.
Antes de que las desgracias asolaran a los madridistas, el conjunto acusaba alg¨²n importante defecto; el m¨¢s notable era cierta carencia de direcci¨®n de juego, entendida ¨¦sta como dominio del ritmo. El Real Madrid pod¨ªa hacer muchas cosas bien, pod¨ªa ser m¨¢s fuerte que la mayor¨ªa de sus rivales, pero se ve¨ªa obligado las m¨¢s de las veces a. Jugarse cada victoria en el ¨²ltimo segundo. Ganaba, es cierto, pero sin facilidad.
Las circunstancias han agravado la. situaci¨®n aunque hayan templado la capacidad de lucha de estos jugadores, repletos de razones para creer que son capaces de superar cualquier adversidad. Pero ayer perdieron ante un equipo, el Aris de Sal¨®nica, que no hizo nada especial y que demostr¨® evidentes, puntos d¨¦biles. Los griegos no eran ni m¨¢s altos, ni m¨¢s fuertes, ni m¨¢s defensivos ni m¨¢s ofensivos, ni m¨¢s r¨¢pidos, ni m¨¢s inteligentes que los madridistas. Pero ganaron.
Y ganaron porque el Madrid sigue acusando ese defecto, cierta debilidad cong¨¦nita, para leer un partido. ?Qu¨¦ se entiende por leer?. Se entiende capacidad de discernimiento para darle a cada momento del partido el tratamiento que se merece. Esa debilidad explica que, de golpe, el Madrid sea capaz de no anotar una sola canasta en varios minutos, bien cuando va en ventaja, bien cuando est¨¢ a punto de anular una desventaja. El Real Madrid derrocha irregularidad.
Ayer el Madrid empez¨® bien hasta que cay¨® en una de sus habituales lagunas, de tal suerte que, en ocho minutos, hizo 5 tantos por 18 de sus rivales. Y el Aris Jugaba de una forma bien simple, destinado a hipotecar su juego sobre dos jugadores, Glannakis y el americano Jones, que sumaban todos los tantos del equipo. El juego de los griegos se simplific¨® tanto conforme pasaron los minutos que su acci¨®n ofensiva lleg¨® a limitarse por completo a las evoluciones de Jones -autor de 21 tantos de los 38 primeros del Aris- El Madrid, en defensa, tard¨® en resolver este problema pero es que en ataque no supo actuar contra una defensa simplona de su rival. Frederick, Nutt, Villalobos, Romay y Llorente llegaban al descanso sin anotar, mientras Biriukov s¨®lo encestaba triples o tiros libres, Antonio Mart¨ªn se convert¨ªa en el mejor tirador de media distancia y Anderson mareaba la perdiz en el terreno propio de los gigantes. Ese mundo al rev¨¦s es el Real Madrid actual.
La segunda parte comenz¨® bien. De un 35-44 al descanso, el Real Madrid pas¨® a un 43-45 y, por fin, a un 53-52. El prol¨ªfico Jones no lograba un tanto, bien sujetado en esta ocasi¨®n, mientras el Madrid robaba balones en defensa y ejecutaba con velocidad no exenta de espectacularidad el contraataque. Cuatro minutos despu¨¦s, otra laguna evidenciaba un nuevocambio de panorama: en cuatro minutos, el Madrid marcaba tres tantos por 15 de su rival. El Frederick que no anotaba nada en la primera parte rend¨ªa a satisfacci¨®n en la segunda (25 tantos), pero Biriukov se olvidaba del triple y Anderson pasaba de 10 a 0.
Tama?os cambios de eficacia convierten al Madrid en un equipo dificil de calibrar. Por ello, era interesante observar ayer las evoluciones del americano Dennis Nutt, contratado para darle al equipo, precisamente, direcci¨®n de juego, cambio de ritmo, pausas en vez de lagunas. Es pronto para juzgarle: su peor detalle fue, sin embargo, pasar desparecibido, cuesti¨®n en la que no le acompa?a su f¨ªsico menudo y su aspecto colegial.
La pelea final fue curiosa. En 54 segundos se produjeron hasta 12 jugadas. El Madrid luchaba contra el destino, que apestaba a derrota. Y luch¨® con acierto en el peor momento, pero con desacierto cuando le quedaba margen. As¨ª es el Madrid este a?o, un mundo al rev¨¦s, un equipo al que, quiz¨¢s, las circunstancias no le permitan reflexionar. Pero falta le hace.
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