Tr¨¢fico
Las carreteras espa?olas est¨¢n mal, y el parque de autom¨®viles, envejecido, pero eso no justifica los 6.000 muertos -seg¨²n algunas fuentes, 10.000- que habr¨¢ provocado el tr¨¢fico en 1989. Los conductores que se matan se suelen matar unos contra otros. Cuando dos conductores se matan entre s¨ª, generalmente uno de ellos iba haciendo el bestia, y a veces los dos.Nadie sabe con exactitud por qu¨¦ algunos conductores van haciendo el bestia, pues es imposible encuestarlos a 160 kil¨®metros por hora, y cuando est¨¢n parados, si les preguntas, resulta que todos son santos. Una soluci¨®n ser¨ªa perseguir al conductor que va haciendo el bestia (adelanta por la derecha, se cuela en las caravanas, zigzaguea, achucha por detr¨¢s al coche que le precede), pararle, preguntarle. Ahora bien, servidor jam¨¢s ha visto detener en carretera a ning¨²n conductor que vaya haciendo el bestia.
Tampoco ha visto jam¨¢s un servidor detener a ning¨²n conductor que vaya haciendo el bestia en plena ciudad, donde ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil. S¨ª ve, en cambio, cada d¨ªa, pac¨ªficos ciudadanos uniformados poniendo multas a otros pac¨ªficos ciudadanos cuyo delito consiste en tener el coche aparcado m¨¢s tiempo del que indique el Ayuntamiento.
A soci¨®logos y psiquiatras ha o¨ªdo decir servidor que la ciudadan¨ªa est¨¢ frustrada y desahoga al volante sus crispaciones. A psiquiatras y soci¨®logos les responder¨ªa servidor que la ciudadan¨ªa viene frustrada desde Ad¨¢n y Eva, y para evitar que nadie desahogara en el vecino sus crispaciones invent¨® unas normas de convivencia, llamadas educaci¨®n.
Sin embargo, como la educaci¨®n es disciplina obsoleta y pija, propia de carrozas, s¨®lo hay un remedio para los conductores crispados: que paren a un ladito el coche, bajen y la emprendan a derrotes con una tapia. Derrotar tapias (sobre todo si son de piedra) desahoga mucho. Lo que m¨¢s.
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