La URSS pondr¨¢ en marcha un plan para reducir el exceso de dinero en manos del p¨²blico

El Gobierno de la Uni¨®n Sovi¨¦tica intentar¨¢ reducir el exceso de dinero en manos del p¨²blico, que est¨¢ causando graves problemas de desabastecimiento, mediante la ampliaci¨®n de las posibilidades de inversi¨®n para sus ciudadanos. El viceprimer ministro sovi¨¦tico, Leonid Ivanovich Abalkin, intervino ayer en el World Economic Forum (WEF), que se celebra en Davos (Suiza), para hablar del futuro de la perestroika y de las ¨²ltimas medidas econ¨®micas emprendidas por el Gobierno de Mijail Gorbachov.
Abalkin consider¨® "urgente" un dr¨¢stico drenaje de la masa monetaria, para superar una situaci¨®n que calific¨® de "cr¨ªtica para la perestroika".Entre las posibilidades de inversi¨®n que se pretende hacer accesibles a todo el p¨²blico figuran emisiones de deuda p¨²blica y la adquisici¨®n de viviendas r¨²sticas y urbanas, as¨ª como la oferta de dep¨®sitos bancarios a plazo, con una remuneraci¨®n cercana al 6% anual. La adecuada remuneraci¨®n del ahorro sovi¨¦tico, que se ha elevado sensiblemente desde la liberalizaci¨®n de los salarios, suscit¨® un intenso debate en el WEF, dada la dificultad para calcular la tasa de inflaci¨®n real de la econom¨ªa sovi¨¦tica.
Abalkin subray¨® que "en la URSS los precios no suben autom¨¢ticamente con los salarios, tal como ocurre en las econom¨ªas capitalistas, dado que los salarios son ahora libres pero los precios siguen controlados". Ello genera dos componentes distintos para la inflaci¨®n: el alza de precios, por un lado, y la demanda insatisfecha de bienes, por otro. "Los precios subieron aproximadamente un 2% en 1989", se?al¨® Abalkin, "pero la demanda insatisfecha se increment¨® un 5,5%, por lo que la inflaci¨®n vendr¨ªa a ser, sumando ambos factores, de un 7,5%". Distintos economistas sovi¨¦ticos han calculado, sin embargo, que la inflaci¨®n ronda el 10%-11% anual.
M¨¢s gasto que en 1988
Aunque admiti¨® que las reformas se encuentran en su fase m¨¢s cr¨ªtica, Abalkin neg¨® que la perestroika hubiera fracasado en el terreno econ¨®mico. "Piensen lo siguiente: desde 1986 la producci¨®n no ha dejado de crecer; sin embargo, el mercado est¨¢ cada vez m¨¢s desabastecido. Eso ocurre porque los incrementos salariales son incontrolables desde su liberalizaci¨®n, mientras los precios se mantienen casi estables. El problema es", se?al¨®, "que hay mucho m¨¢s dinero que oferta de productos".En 1989 los ciudadanos sovi¨¦ticos gastaron 37.000 millones de rublos m¨¢s que en 1989, lo que supuso un incremento del consumo superior al 10%. Para evitar el "enorme descontento" que, seg¨²n Abalkin, genera el desabastecimiento, el Gobierno de la URSS practicar¨¢ algunas importaciones de choque de determinados bienes, fundamentalmente alimentos con precios liberalizados, y seguir¨¢ reconvirtiendo parte de su industria militar en industria civil.
El objetivo, seg¨²n Viktor Kurushin, viceministro de Industria de Defensa, es reducir la producci¨®n global de art¨ªculos militares en un 30%, dedicando los recursos libres al sector civil.
La reconversi¨®n se est¨¢ desarrollando, sin embargo, muy lentamente. Leonid Ivanovich Abalkin justific¨® esta lentitud por el recorte presupuestario infligido a la industria, que este a?o recibir¨¢ menos inversiones que en 1989.
"La industria est¨¢ sufriendo un duro racionamiento", dijo. "porque lo prioritario es equilibrar el presupuesto".
El d¨¦ficit presupuestario de la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue cifrado en un 10% por Poleg Bogomolov, economista y parlamentario radical sovi¨¦tico, en un debate posterior.
Abalkin a?adi¨® que "las infraestructuras y los gastos sociales son la otra gran prioridad: en la URSS hay unos 40 millones de personas cuyos ingresos est¨¢n por debajo del m¨ªnimo de subsistencia, y un pa¨ªs socialista no puede tolerar tal situaci¨®n".
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