La pareja y la confusi¨®n
La propuesta de Perduti, una notte, del grupo italiana Sosta Palmizi, es presentar retazos de vivencias entre un hombre y una mujer en clave de ambig¨¹edad y consufi¨®n: de tiempos, situaciones, personalidades y patrones sexuales.Su trabajo sigue las reglas est¨¦ticas de la mayor¨ªa del teatro-danza europeo, aunque en este montaje se aprecia su identidad italiana tanto en el colorido y textura esc¨¦nica como en la personalidad y sentido del humor de los bailarines.
El camino de la introspecci¨®n como fuente de nuevos temas esc¨¦nicos y la liberaci¨®n del cuerpo para nuevos tambi¨¦n impulsos de movimiento, v¨¢lidos en su misma realidad individual, ha permitido a los int¨¦pretes creadores ampliar las v¨ªas de comunicaci¨®n del teatro.
Perduti, una notte
De Sosta Palmizi. Coreograf¨ªa y ejecuci¨®n: Roberto Castelo, Raffaella Giordano y Giorgio Rossi. Escenario: Francesco Calcagnini. Vestuario: Maria del Jong. Luces: Ilda Rosati. Madrid, Sala Olimpia, 7 de febrero.
Sus cualidades f¨ªsicas, intelectuales y de estadios culturales o vivenciales son nutrientes de los trabajos de improvisaci¨®n que configuran el producto bruto, y as¨ª su fuerza -que aqu¨ª existe- lo har¨¢ aparecer ocurrente, imaginativo o evocador.
El problema, dif¨ªcil para muchos de estos creadores y que Sosta Palmizi no llega a resolver, es convertir el trabajo de taller en espect¨¢culo; moldearlo seg¨²n una l¨®gica discursiva; mantener el ritmo esc¨¦nico y la din¨¢mica, externa o interna, para que el tema descrito o sugerido, como en este caso, parezca suficiente. En esta "historia de momentos", que pasa por algunos interesantes como el paso a dos, muy impactante, de la doble figura femenina, o el tr¨ªo, que llega a una gran comicidad con s¨®lo la repetici¨®n de movimientos mec¨¢nicos y del ritmo que provocan ellos mismos, resulta dif¨ªcil encontrar el sentido, y la variedad de im¨¢genes no es suficiente para aceptar tampoco el sin sentido que puedan pretender.
Herencia
De todas maneras, el p¨²blico de la Sala Olimpia, bastante numeroso, premi¨® con fuertes aplausos el trabajo de los tres j¨®venes, procedentes del grupo que Carolyn Carlson dirigi¨® durante cuatro a?os en el teatro de La Fenice de Venecia, y que m¨¢s tarde se unieron a otros tres j¨®venes para crear el grupo actual.De ella han heredado esa forma peculiar de rozar, acariciar o pegarse con el espacio pr¨®ximo a la propia figura, de la cual resulta un movimiento de tronco y brazos ¨¢gil y voluminoso que en Raffaella Giordano se ve especialmente atractivo.
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