El ¨¦xito de la mejor feria de Arco
La mejor de cuantas se llevan montadas hasta el presente, esta novena edici¨®n de Arco 90 no s¨®lo asienta su ¨¦xito por confirmar de nuevo la curva ascendente de cantidades, que ha llevado a la Feria Internacional de Arte Contempor¨¢neo de Madrid a ir batiendo a?o tras a?o sus propias marcas -salvo esa ligera inflexi¨®n cr¨ªtica que se produjo entre 1986 y 1987-, sino por un evidente salto cualitativo en pr¨¢cticamente todos sus aspectos, sean ¨¦stos de imagen, servicios, actividades complementarias y, naturalmente, y por encima de todo, su contenido.Es verdad que, de entrada, las cifras cantan, con las 217 galer¨ªas participantes, entre las que 146 son extranjeras y 71 espa?olas; las 52 revistas especializadas, 28 extranjeras y 24 espa?olas; las 40 firmas institucionales, y, en fin, los v¨ªdeos, las conferencias, etc¨¦tera. Con todo, al margen de lo que estas magnitudes representan, lo que es f¨¢cilmente comprobable con la simple comparaci¨®n con los resultados de anteriores ediciones, insisto en que la mejora fundamental es la de la calidad.
La calidad, sin embargo, tiene un precio, y a veces inevitablemente doloroso. La extraordinaria demanda de espacio que se ha desatado ¨²ltimamente, demanda que, por una parte, se ha producido por la animaci¨®n euf¨®rica del mercado art¨ªstico espa?ol, pero tambi¨¦n, por otra, porque Arco ha ido incrementando su prestigio, ha dejado a mucha gente fuera y por las razones m¨¢s diversas. Entre ellas, quiz¨¢ la m¨¢s evidente y aireada sea la del notabil¨ªsimo incremento de firmas extranjeras, lo que ha suscitado la correspondiente reacci¨®n nacionalista. De todas formas, y por mucho que les pese a los que por esta causa han visto frustrada su presencia en Arco 90, el mercado de arte no se puede nacionalizar sin caer en pat¨¦ticas regresiones aut¨¢rquicas, por no a?adir que la importancia de una feria internacional, como en sus siglas proclama Arco, se mide precisamente por su capacidad, cuantitativa y cualitativa, de convocatoria internacional.
En este sentido, no es s¨®lo que haya muchas galer¨ªas extranjeras, sino que adem¨¢s son bastan te buenas y, consiguientemente aportan una oferta que sensible mente eleva la calidad media V¨¦ase si no lo que ha supuesto la presencia de galer¨ªas como Anthony d'Offay, Jean Bernier, Leo Castelli, Konrad Fischer, David McKee, Lelong, Lisson, Brooke Alexander, Lucio Amelio, Yvon Lambert, Marlborough, Annely Juda, John Weber, D. Ren¨¦, Galerie de France, Jean Krugier Berggruen, Isy Brachot y otras.
Balc¨®n a Madrid
Ha sido asimismo particularmente notable la mejora en el dise?o de la feria, y perm¨ªtanme resaltar la labor realizada al respecto por el arquitecto Alberto Campo Baeza, que, entre otras cosas, ha rescatado con inteligencia y sensibilidad una hermos¨ªsirna panor¨¢mica, abriendo un balc¨®n a Madrid, que merece esas bellas gradas blancas que ha dispuesto. Por lo dem¨¢s, claro que este tipo de arquitectura ef¨ªmera que se dispone en los dise?os feriales siempre tiene forzosamente algo de castillo de naipes encantado y que, como tal, en el territorio de lo fr¨¢gil y lo aleatorio, ocurren peque?as incidencias de todo tipo. No obstante, la claridad, la limpieza y, en general, la sensaci¨®n f¨ªsica de buen orden y seriedad que preside el conjunto, todo contribuye a proporcionar una imagen de competente profesionalidad.
De todas formas, que el continente sea bueno no quita que sea finalmente el contenido lo que d¨¦ lustre a una feria. Pues bien, aunque sea algo que ya se pueda deducir de lo antes apuntado, hay que subrayar que tambi¨¦n el contenido de lo que se exhibe en Arco 90 es efectivamente de una calidad media excelente, hasta el punto de que esta edici¨®n merece ser considerada comparativamente la mejor.
Es de todo punto imposible, cuando se trata de una feria con m¨¢s de 200 firmas expositoras, avalar con una serie de ejemplos concretos lo dicho, pero, aunque sea haciendo todas las salvedades de rigor y aunque haya previamente que insistir en que lo relevante aqu¨ª es el efecto de conjunto m¨¢s que el desglose de particularidades, voy a se?alar algunos hitos que en una primera visi¨®n me han impresionado.
Desde esta perspectiva, me han llamado la atenci¨®n, entre las galer¨ªas espa?olas, Juana Mord¨®, con una soberbia obra ¨²ltima de Villalba; Theo, con sus impresionantes fondos de vanguardia hist¨®rica y reciente, que mezcla los Picasso, Mir¨®, Fontana, L¨¦ger, con una maravillosa escultura de Chillida y uno de los m¨¢s bellos Sicilias que he visto; Antonio Mach¨®n, con un solo espectacular de Antonio Saura; Carles Tach¨¦, con Jaume Plensa; Egam, con Gerardo Aparicio; Estiarte, con Dar¨ªo ?lvarez Basso, y, en esta misma l¨ªnea de monogr¨¢ficas individuales, Ederti (Nagel), Diecis¨¦is (Chillida Belzunce), Sen (Rosa Torres), Siboney (Victoria Civera), T¨®rculo (Capa), Luis Adelantado (Toledo), Cadaqu¨¦s (Arranz Bravo), Magda L¨¢zaro (Cristino de Vera), Estampa (Juan Bordes), Aldaba (A. Ba?uelos) y otras.
Y, en lo que se refiere a las que han elegido mostrar colectivas, hay que llamar la atenci¨®n sobre Buades, Moriarty (bell¨ªsima foto de una cruz por Ouka-Lele), Soledad Lorenzo (con Broto, Marco e Irazu), La M¨¢quina Espa?ola (con sus artistas de siempre m¨¢s la notabil¨ªsima presencia de Marien), Gamarra y Garrigues (con Arroyo, Alfaro, Aillaud, Franco -habituales-, m¨¢s la sorpresa de dos soberbias telas de Alcolea), Marga Paz, Miguel Marcos, Juana de Aizpuru, Angel Romero, Seiquer, Windsor Kultugirtza, Edurne, Joan Prats, Jorge Kreisler, Oliva Arauna, entre otras.
Con cerca de un millar de artistas representados, con obras casi siempre muy dignas y una imagen cosmopolita dificIlmente superable, Arco 90 se sit¨²a en el punto culminante de su historia y, sobre todo, es hoy, sin lugar a dudas, una de las mejores ferias del mundo y probablemente la m¨¢s divertida y din¨¢mica.
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