El otro muro
El marco alem¨¢n puede ser el gran sacrificado en el proceso de reunificaci¨®n de Alemania
Trabajando como asistenta en Berl¨ªn Oeste cuatro horas por semana, una mujer gana m¨¢s que su marido en un kombinat (complejo industrial de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana) con un horario completo. Ello sucede por la sencilla raz¨®n de que un marco alem¨¢n occidental vale entre cinco y 20 marcos de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) en el mercado negro. Esa situaci¨®n estimula la salida de muchos alemanes del Este. Tras haber conseguido la libertad pol¨ªtica, lo que quieren es una porci¨®n de la riqueza que disfrutan sus hermanos en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA).
El s¨ªmbolo de la riqueza occidental es el marco alem¨¢n. Los alemanes orientales quieren ganar el dinero que les permita acceder al consumo occidental. Por eso miles de ellos se han despedido de la RDA; en 1989, casi 300.000 marcharon hacia el Oeste. En enero de este a?o ya han salido otros 60.000. Seg¨²n una encuesta reciente, la emigraci¨®n podr¨ªa alcanzar el mill¨®n de personas a lo largo de 1990. Una cifra muy alta, teniendo en cuenta que la poblaci¨®n total de la RDA ronda los 16 millones de personas.No hace falta mucha imaginaci¨®n para prever el inminente colapso econ¨®mico que amenaza a la RDA. En el otro lado, en la RFA, los problemas tambi¨¦n crecen. Es cierto que la inmigraci¨®n de cient¨ªficos y trabajadores cualificados tiene efectos positivos para la econom¨ªa: la demanda interna aumenta y el producto interior bruto (PIB) crece. Pero eso no es todo. Incluso sin los inmigrantes, la situaci¨®n en el mercado de viviendas en la RFA es tensa, y se agrava de forma vertiginosa. Los nuevos ciudadanos viven provisionalmente en barcos, escuelas y tiendas. No es posible construir viviendas con la rapidez necesaria. Los inmigrantes tampoco encuentran un puesto de trabajo inmediatamente. El desempleo ha subido en la RFA en menos de un a?o, a causa de la inmigraci¨®n, de dos millones a 2.190.000. Quiz¨¢ m¨¢s alarmante es que nace cierta hostilidad entre las clases menos favorecidas de la poblaci¨®n occidental. Piensan que los reci¨¦n llegados son privilegiados, porque tienen derecho a beneficios que a ellos les est¨¢n vedados, como las pensiones por jubilaci¨®n sin haber cotizado previamente. Es decir, gradualmente desaparece el consenso inicial respecto al favorable tratamiento de los inmigrantes.
Uni¨®n monetaria
En esta situaci¨®n, la idea de una uni¨®n monetaria parece tener sus m¨¦ritos, aunque la unificaci¨®n pol¨ªtica todav¨ªa no exista. En primer lugar, todos los alemanes tendr¨ªan la misma moneda, lo que eliminar¨ªa uno de los motivos para abandonar la parte oriental. de Alemania. Adem¨¢s, una moneda unitaria constituir¨ªa una se?al de esperanza para el futuro conjunto de ambas Alemanias. Segundo, la RDA perder¨ªa parte de su soberan¨ªa. El control de la moneda ser¨ªa, para Bonn, una palanca con la que podr¨ªa forzar cambios en la econom¨ªa del Este. Y, tercero, la econom¨ªa es el ¨²nico campo donde Alernania puede actuar m¨¢s o menos independientemente. El hecho de que todav¨ªa no exista un tratado de paz con los aliados tras la guerra mundial limita la libertad de movimientos de las dos Alemanias en su camino hacia la unificaci¨®n.A pesar de esas ventajas de una inmediata uni¨®n monetaria, existen importantes riesgos e inconvenientes, reiteradamente se?alados por el presidente del Bundesbank, Karl-Otto PoehI. El principal peligro consistir¨ªa en una ola de inflaci¨®n generada por una decisi¨®n pol¨ªtica, ya que es imposible encontrar una relaci¨®n justa entre las dos divisas. Dada la inexistencia de precios de mercado en el Este -que ayudar¨ªan a encontrar el nivel cambiario adecuado-, la valoraci¨®n de los activos de las empresas y del volumen del ahorro va a ser arbitraria. En estas circunstancias, definir una relaci¨®n es como elegir entre Scila y Caribdis: o los alemanes del Este se sienten maltratados, o los alemanes del Oeste aceptan atravesar por una fase de inflaci¨®n. Todo parece indicar que van a ser los alemanes del Oeste los que cedan, aceptando la debilitaci¨®n del marco, hasta hoy una de las monedas m¨¢s fuertes del mundo. La teor¨ªa econ¨®mica es rotunda: una moneda no tiene fuerza por decreto, sino gracias al respaldo de una econom¨ªa poderosa. Y de aqu¨ª vienen los problemas de una inmediata uni¨®n monetaria. La econom¨ªa de la RDA no es competitiva, y no puede sustentar una divisa fuerte. La introducci¨®n del vigoroso marco occidental ?lo resolver¨¢ la debilidad de la econom¨ªa en la RDA. Por eso, el nuevo marco alem¨¢n no ser¨¢, al menos por un tiempo, el que es ahora.
El mecanismo es simple: el Bundesbank (banco central de la RFA) va a imprimir billones de marcos para suministrar dinero al Este, de forma lo bastante generosa como para que los ciudadanos de la RDA vean menos est¨ªmulos en la emigraci¨®n. Para facilitar la introducci¨®n del marco alem¨¢n ser¨¢ necesario conceder una relaci¨®n de cambio favorable a los orientales. Si no, los alemanes del Este se encontrar¨ªan de un d¨ªa para otro muy pobres, incluso con el libre acceso al marco occidental. De acuerdo con la ortodoxia monetaria, el valor real de la moneda deber¨¢ reducirse con este proceso, porque no existir¨¢ una producci¨®n de bienes proporcional a la cantidad de dinero circulante. Los alemanes del Este incrementar¨¢n, por otra parte, la compra de bienes de consumo en el Oeste, lo que forzar¨¢ los precios al alza.
Control de la inflaci¨®n
Los mercados ya han respondido a estas previsiones anticipando los probables efectos negativos de la inmediata uni¨®n monetaria. El mercado de bonos experiment¨® en los ¨²ltimos d¨ªas un descenso, reflejando la opini¨®n de los inversores respecto a un sensible aumento de la inflaci¨®n. Por otra parte, para mantener bajo control la probable subida de la inflaci¨®n, el Bundesbank deber¨¢ elevar los tipos de inter¨¦s. A pesar de la favorable coyuntura de la econom¨ªa occidental, nadie puede descartar el comienzo de una recesi¨®n, si el precio del dinero sigue alto durante un per¨ªodo de tiempo extenso.Una uni¨®n monetaria va a influir tambi¨¦n en el Sistema Monetario Europeo (SME). Francia acaba de anunciar que espera una depreciaci¨®n del marco alem¨¢n frente al franco franc¨¦s porque el nuevo marco alem¨¢n no estar¨¢ apoyado por una econom¨ªa fuerte como hasta ahora. C¨®mo puede encajar eso con elevados tipos de inter¨¦s en Alemania Occidental, atrayendo flujos de dinero caliente internacional, es de dificil previsi¨®n. Probablemente Francia y el resto de los miembros del Sistema Monetario Europeo se ver¨¢n forzados a acompa?ar al Bundesbank en la subida de los tipos de inter¨¦s.
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