La patronal ataca de nuevo
El autor del art¨ªculo hace una profunda reflexi¨®n sobre las posturas mantenidas por la patronal ante la concertaci¨®n social y se pregunta si las manifestaciones realizadas por sus dirigentes responden tambi¨¦n a los intereses de los conglomerados p¨²blicos y de los inversores extranjeros.
Uno de los efectos, a mi modo de ver, m¨¢s extra?os, y hasta preocupantes, que produjo la huelga del 14-D fue un cierto ofuscamiento de la patronal. Parec¨ªa como si no existiera, como si no fuera con ella la huelga. De la famosa triangulaci¨®n del conflicto (Administraci¨®n patronal-sindicatos) hab¨ªamos pasado a un estrafalario binomio. En una parte se encontraba el Gobierno, y en la otra, capitaneados por los sindicatos, casi todo el mundo.Casi todo el mundo exig¨ªa la concertaci¨®n: empresarios, editorialistas, contertulios, radios libres y Prensa, revistas de informaci¨®n general, suplementos de televisi¨®n, ¨®rdenes religiosas, -pol¨ªticos de derechas de toda la vida, artistas varios.... Todos. Quiz¨¢ es que todos hab¨ªan le¨ªdo a Marx y recordaban aquello de "caminar separados, golpear juntos".
Pero, claro, con esto de la concertaci¨®n pasa como con la igualdad, que todos somos iguales, pero unos m¨¢s iguales que otros. Y los que de verdad quer¨ªan la concertaci¨®n se pusieron a trabajar, y despu¨¦s de un cierto tiempo alumbraron la propuesta sindical prioritaria. Y por quien ten¨ªa que ser le¨ªda, se ley¨®; acus¨® recibo y entendi¨® que no era tan extravagante y enloquecida como otros anunciaban. Era un trabajo serio que permit¨ªa una negociaci¨®n pluridireccional y abierta, e introduc¨ªa una nueva cultura negocial. La que podr¨ªamos denominar de negociaci¨®n continuada.
Y as¨ª, los acuerdos empezaron a venir: pensiones no contributivas y, por ¨²ltimo, el relacionado con el empleo y la contrataci¨®n laboral Y a partir de aqu¨ª, mis queridos amigos, las ca?as se tornaron lanzas. Los decididos partidarios de siente un obrero a su mesa se dieron el bote. Y en la junta de la CEOE del pasado 6 de febrero decidi¨® la patronal espa?ola abandonar su letargo y pegar duro.
El casus belli, el que va a sindicalizar la econom¨ªa.y llevar el caos a muchas empresas, no es otro que el acuerdo sobre empleo y contrataci¨®n laboral, que parecehecho contra el empleo, y el Gran S21.t¨¢n pasa ahora a serlo Manolo Cliaves, que, como afirma un autorizado portavoz y encendido defensor de la concertaci¨®n hasta la semana pasada, " esta temerielad gratuita constituye una salida hacia adelante en la dif¨ªcil situaci¨®n pol¨ªtica por la que atraviesa un ministro, antes destacado asesor de la UGT". Poco presentable, en fin. Sirva al menos para saber qui¨¦n est¨¢ en un sitio y qui¨¦n en otro, que no es poco.Acuerdo cortoDeber¨ªamos ahora, al hilo de todo esto, procurar entender el repudiado acuerdo y reflexionar, si es posible, sobre la patronal espa?ola. El acuerdo es cortito, cuatro hojas a doble espacio, y se articula en tres puntos: F' Desarrollo de los derechos de informaci¨®n contenidos en los art¨ªculos 15.4 y 64.1 del Estatuto de los Tra.baj adores. 22 Creaci¨®n de la coinisi¨®n de seguimiento de la contrataci¨®n laboral. Y Y Medidas de colaboraci¨®n con la Inspecci¨®n de Trabajo.
Estos dos ¨²ltimos puntos no han suscitado mucha contestaci¨®n, ya que es pr¨¢ctica habitual la creaci¨®n de comisiones de seguimiento tripartitas y porque desde hace ya muchos a?os la Inspecci¨®n de Trabajo acostumbrOL a girar visita acompa?ada de los representantes legales de los trabajadores. Limit¨¦monos, pues, al primero, que es el que provoca la oposici¨®n m¨¢s radicaly absoluta.ven¨ªan obligados a notificar a los representantes de los trabajadores la celebraci¨®n de los contratos especiales y el tipo de contrataci¨®n. "Pues miren ustedes, hemos celebrado 28 nuevas contrataciones; tres con el modelo de contrato a tiempo parcial, siete de fomento del empleo, cuatro de formaci¨®n, etc¨¦tera".
En el futuro habr¨¢ que entregar la copia del contrato, en un plazo no superior a los 10 d¨ªas de su formalizaci¨®n, a los representantes de los trabajadores, y as¨ª, ¨¦stos, conocida la jornada, el salario y las funciones pactadas, podr¨¢n comprobar su adecuaci¨®n a la realidad y al Derecho.
Es una tonter¨ªa minimizar la importancia del acuerdo. El cambio es importante, y con ¨¦l se robustecen considerablemente los poderes sindicales en un momento laboral esencial, cual es el del ingreso en el mercado de trabajo. El disgusto de la CEOE puede ser hasta comprensible, pero dudo mucho que con esto "se inicie un proceso de sindicalizaci¨®n de la vida econ¨®mica contrario al camino de los pa¨ªses de nuestro entomo, e incluso de los que hab¨ªa tras el tel¨®n de acero". Bueno, con independencia de que los pa¨ªses que hab¨ªa tras el tel¨®n de acero creo que a¨²n no se han ido, esto me parece una exageraci¨®n.
La verdad es que las discusiones sobre derecho comparado son in¨²tiles y aborrecibles. Usted me dice que esto no se da en ning¨²n pa¨ªs del mundo, y yo le respondo que el art¨ªculo 99 de la ley alemana del Consejo de Empresa establece la codecisi¨®n para los nuevos contratos en las empresasde m¨¢s de 20 trabajadores; usted me dice que se est¨¢ "sindicalizando la funci¨®n p¨²blica", y yo le contesto que en Italia el presidente del INPS (nuestro INSS) tiene que ser necesariamente un sindicalista, y designado por los sindicatos. Y as¨ª, hasta el infinito, sin avanzar un solo mil¨ªmetro.Problema de poderEl problema es otro, y siempre es el mismo. Es un problema de poder. Parece claro que con estas nuevas competencias los sindicatos ser¨¢n m¨¢s poderosos, y para evitar el anunciado caos de la econom¨ªa espa?ola, ?eso es bueno o malo?
Intentemos aclararnos; en Espa?a s¨®lo hay 282 empresas comerciales e industriales con m¨¢s de 1.000 trabajadores. Poquitas, demasiado poquitas. De ellas s¨®lo 23 cuentan con m¨¢s de 8.000. Nueve, encabezadas por Telef¨®nica, Renfe e Iberia, pertenecen al sector p¨²blico y agrupan el mayor n¨²mero de trabajadores (66.000 Telef¨®nica, 58.000 Renfe, 27.000 Iberia, etc¨¦tera). Nueve, fundamentalmente toda la automoci¨®n (Seat, Fasa, Ford, GM, Citroen ... ) son de capital extranjero. Y s¨®lo cinco, la honrosa excepci¨®n de El Corte Ingl¨¦s y algunas constructoras, son del sector privado espa?ol: el 21,7%.
Con una facturaci¨®n superior a los 100.000 millones de pesetas, tan s¨®lo encontramos 36 empresas comerciales e industriales, la presencia p¨²blica y de capital extranWero es apabullante.
ste es el top del capitalismoque existe en Espa?a, y ser¨ªa quiz¨¢ interesante saber qu¨¦ prefiere, si sindicatos o sindicatitos. Los retos que se avecinan son demasiado importantes para pensar que se podr¨¢n afrontar sin la ayuda de sindicatos poderosos capaces de pactar y hacer cumplir lo pactado. Habr¨¢ que saber si estos se?ores piensan que el acuerdo lleva a nuestra econom¨ªa inexorablemente al caos. A m¨ª me da la sensaci¨®n que esta pol¨¦mica es m¨¢s de leguleyos que de empresarios; normal, por otra parte, en una sociedad acostumbrada a la hiperjudic¨ªalidad de las relaciones laborales.
?Responden las recientes manifestaciones de la CEOE a los intereses de la patronal p¨²blica y de los ¨ªnversores extranjeros? No s¨¦, pero ser¨ªa bueno que se pronunciaran al respecto los responsables del INI, del INH o del ¨¢rea de Transportes y Comunicaciones, y no ser¨ªa malo recordar que en una reciente votaci¨®n sobre la Carta Social Europea las patronales de nuestros partners m¨¢s cualificados (RFA, Francia, Holanda, Italia, etc¨¦tera) votaron de manera distinta a la CEOE.
No es que se intente as¨ª poner m¨ªnimamente en duda la representatividad de la CEOE, de constituci¨®n y funcionamiento democr¨¢ticos. A¨²n m¨¢s, pienso que es merecedora de reconocimiento p¨²blico, pues tanta importancia social tiene la consolidaci¨®n de la patronal como la de los sindicatos, y la verdad es que ambos se complementan: a sindicatos fuertes corresponden patronales fuertes, y a patronales d¨¦biles, d¨¦biles sindicatos.
Y no es menos cierto que para su nacimiento ha debido la CEOE superar enormes dificultades, propias de un pa¨ªs ayuno casi de cultura industrial y de pr¨¢ctica empresarial asociativa. Pero ello no empece para que se mantenga una cierta alergia representativa por parte de los grandes nombres de la industria, la banca y el comercio; que piensen que se trate de una cuesti¨®n de importancia secundaria.
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