Un pueblo austriaco se atrinchera contra refugiados rumanos
El pueblo de Kaisersteinbruch, de s¨®lo 200 habitantes, se ha colocado en el centro del debate pol¨ªtico en Austria al rechazar la presencia de 800 refugiados rumanos que iban a ser instalados en unas barracas militares abandonadas en ese mismo lugar. Consiguieron que los extranjeros no llegaran, bloqueando el camino con camiones, autom¨®viles y manifestantes.El caso de Kaisersteinbruch, ubicado en la provincia de Burgenland, cerca de la frontera con Hungr¨ªa, se ha transformado en el inicio de una nueva pol¨ªtica de asilo que ha restringido la entrada de refugiados en Austria exigiendo, desde el pasado jueves 15, un visado especial para los rumanos, seg¨²n anunci¨® el canciller federal, el socialdem¨®crata Franz Vranitzky.
El diario Kurier titulaba recientemente que dos tercios de los austriacos no quer¨ªan m¨¢s refugiados y, en la discusi¨®n p¨²blica han aparecido argumentos racistas -ya hace a?os que dejaron de usarse en Austria- de pol¨ªticas, de alto rango.
Un ejemplo ha sido el gobernador de Austria Alta, Josef Ratzenb?ck, quien, en una carta al Ministerio del Interior, asegura que la presencia de extranjeros en su territorio mermar¨ªa el turismo: "Se trata de gente a la que se reconoce sin dudas su origen, y se tiene el temor de que por ello podr¨ªa disminuir el turismo".
En el ¨²nico restaurante de Kaisersteinbruch, la Gasthaus Hoser, centro de reuniones del pueblo, se celebra la victoria. El alcalde, el socialdem¨®crata Franz Schmitzhofer, se ha convertido en el h¨¦roe despu¨¦s de que organizara las acciones de protesta y fuera a Viena con una delegaci¨®n a conversar con el presidente federal, Kurt Waldheim. El joven alcalde, que vive en una acogedora casa de dos pisos con su familia, asegura que all¨ª "no hay odio contra los extranjeros", sino "un gran miedo. Imag¨ªnense 800 hombres en un pueblo". El alcalde afirma que el presidente Waldheim fue "extremadamente comprensivo con nuestros temores".
En el restaurante Gasthaus Hoser, lleno de gente movilizada, se distribuye una edici¨®n especial -un folio mecanografiado- del diario local, editado por el alcalde Schmitzhofer. "Ni el se?or ministro del interor sabe qu¨¦ tipo de gentes son esas 800 personas. Y con las puertas abiertas del campamento, ?qui¨¦n protege a nuestras mujeres y ni?os?". En las manifestaciones y en el bloqueo de la autopista para evitar la entrada de los rumanos -que nunca llegaron-, los esl¨®ganes eran "Ruman¨ªa es libre y nosotros estamos ocupados" y "Seguridad en nuestra patria".
Mayor¨ªa de hombres
El que la mayor¨ªa de los asilados sean hombres es un problema para las mujeres de Kaisersteinbruch, que aseguran que "no nos atrever¨ªamos a salir a la calle". El alcalde expresa su "sospecha moral de que estos refugiados han abandonado en Rumania a sus familias, a sus padres ancianos o a sus esposas". Est¨¢n en su mayor¨ªa convencidos de que Rumania es un pa¨ªs donde "florece la libertad y ahora tienen hasta elecciones", interrumpe otro. "No s¨¦ si hay elecciones, pero no se persigue a nadie". Afirman que tienen temor de un mayor ¨ªndice de criminalidad. "Donde hay extranjeros hay navajadas. Mire d¨®nde viven los turcos, puros navajeros".
En Kaisersteinbruch, donde durante a?os no ha pasado nada m¨¢s que la aburrida rutina puebleri?a, se perciben los an¨®nimos apasionados, y el argumento central es: "El bote est¨¢ lleno". Algunos obispos austriacos han criticado la actitud de la poblaci¨®n como "poco humanitaria", a lo que ellos responden: "Los se?ores obispos que nos critican deber¨ªan dar el ejemplo abriendo las puertas de sus monasterios a los refugiados. La Iglesia tiene siempre dinero".
El n¨²mero cada vez mayor de refugiados que llegan a Austria es una consecuencia directa de los cambios en los pa¨ªses del Este, y Austria, que se autodenomina pa¨ªs de asilo, est¨¢ "al borde de su capacidad", seg¨²n un funcionarlo del Ministerio del Interior. En estos momentos hay 20.400 refugiados con peticiones de asilo, de los que 9.000 son rumanos. En las ¨²ltimas dos semanas llegaban diariamente 200 rumanos. En Kaisersteinbruch se ha tranquilizado el ambiente. Siguen celebrando la victoria obtenida despu¨¦s de las negociaciones con el Ministerio del Interior No llegar¨¢n los 800 rumanos. El pueblo prometi¨® absorber un m¨¢ximo de 20 refugiados, que se alojar¨¢n en una pensi¨®n a punto de caer en la bancarrota. Seg¨²n ellos, con el due?o de la pensi¨®n no se puede hablar "porque es un viejo chocho".
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