Panam¨¢, Panam¨¢
El pa¨ªs del canal intenta normalizar su vida a la sombra de los ocupantes norteamericanos
Hay quien quiere hacer santo a Guillermo Endara. Al presidente de Panam¨¢ le llaman Pan de Dulce. Pol¨ªticos y periodistas aseguran que no da la talla, pero a este pa¨ªs conmovido todav¨ªa por el trauma del norieguismo y de la invasi¨®n norteamericana del pasado 20 de noviembre no le viene mal tener como cabeza visible a un hombre bueno. Para el trabajo fino tiene al lado al vicepresidente Ricardo Arias, ministro de Gobierno y Justicia, l¨ªder de la Democracia Cristiana y, para muchos, autentico hombre fuerte del r¨¦gimen, si es que puede haberlo con 13.000 soldados de Estados Unidos al lado.
Panam¨¢ es, en t¨¦rminos pol¨ªticos, probablemente el m¨¢s at¨ªpico de los pa¨ªses democr¨¢ticos. Por ejemplo, no tiene izquierda. Ni siquiera la ten¨ªa con el general Manuel Antonio Noriega en el poder. Ni siquiera tiene oposici¨®n. Apenas se puede considerar como tal al torrijista y en v¨ªas de extinci¨®n Partido Revolucionario Democr¨¢tico, que tiene siete de los 67 esca?os de la Asamblea.En el Gobierno hay una coalici¨®n de tres partidos, pero s¨®lo uno, el de Arias, la Democracia Cristiana, tiene personalidad propia, por no hablar de sus 27 diputados. El grupo de Endara es, en teor¨ªa, el Partido Liberal Aut¨¦ntico (PLA), que logr¨® el pasado mayo 15 parlamentarios. S¨®lo en teor¨ªa. En realidad, el obeso presidente no tuvo m¨¢s remedio que acogerse a la hospitalidad de estas siglas al estar impedido legalmente de hacerlo con otras que reflejaran su aspiraci¨®n arnulfista.
Arnulfo Arias, fallecido ya octogenario el a?o pasado, es el gran h¨¦roe populista-conservador de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Tres veces presidente y tres veces derrocado. Su herencia, si es que la tiene, es la que pretende reivindicar Endara. D¨ªas atr¨¢s se dedic¨® a intentar conseguir 100.000 firmas que apoyaran al nuevo Partido Arnulfista, que ¨¦l encabezar¨¢ y que aspira a hacer sombra a la Democracia Cristiana. A juzgar por el escaso entusiasmo con que se acogi¨® la campa?a, lo va a tener crudo.
El tercer socio de la coalici¨®n es Guillermo Ford, el otro vicepresidente. Las fotograf¨ªas y las im¨¢genes de televisi¨®n que le mostraban cubierto de sangre, apaleado sin compasi¨®n por los sicarios de Noriega, dieron la vuelta al mundo y le convirtieron en un m¨¢rtir, Es tambi¨¦n vicepresidente y se encarga de los asuntos econ¨®micos, aunque las malas lenguas dicen que son los hombres de Arias los que le hacen el grueso del trabajo duro. Su partido se llama Molirena, tiene 15 diputados y unas relaciones m¨¢s estrechas con los caciques locales que con el pueblo.
Si se echa la cuenta faltan nueve diputados. Son los que no pudieron elegirse en mayo, ante las innumerables irregularidades. Junio ver¨¢ probablemente unos comicios parciales que resolver¨¢n la anomal¨ªa.
Derecho a la presidencia
Nadie discute que Endara tiene derecho a ser presidente y que la oposici¨®n gan¨® las elecciones de hace un a?o, pese a que Noriega se neg¨® a reconocerlo. Pero el objetivo era entonces simplemente vencer al r¨¦gimen militar, por lo cual no se ofrecieron a los votantes opciones ideol¨®gicas definidas. A¨²n m¨¢s, el espect¨¢culo de un Gobierno que toma posesi¨®n en una base militar norteamericana result¨® muy poco edificante. ?Por qu¨¦ no, entonces, convocar nuevos comicios? Muy f¨¢cil. Nadie los pide, ni el pueblo, ni los partidos.Mientras las contradicciones entre los tres partidos en el poder no sean demasiado grandes, el modelo puede funcionar. Lo ha hecho hasta ahora. Endara no es un hombre h¨¢bil, no controla bien su lengua y mete la pata con facilidad. Hace unos d¨ªas dio una impresi¨®n lamentable, la v¨ªspera de viajar a EE UU, al explicar que estaba dedicando el d¨ªa a estudiar para preparar el examen final.
Pero es popular. La gente le quiere. Habla sencillamente, tal vez porque no sabe hacerlo de otra forma, y llega al coraz¨®n de la mayor¨ªa de los paname?os. Nadie duda de que es honrado. Y se le perdonan algunas travesuras, como que se eche una novia con menos a?os que su hija pocos meses despu¨¦s de que muriese su esposa. La boda ser¨¢ en junio.
La pregunta es: ?Qui¨¦n gobierna Panam¨¢, Endara o Arias? Desde luego no es Ford, cuya cuota de poder no llega ni de lejos a su tercio te¨®rico. La respuesta m¨¢s l¨®gica es Arias si se entiende por gobernar el desarrollo detallado y t¨¦cnico de una pol¨ªtica. La Democracia Cristiana es el ¨²nico partido con cuadros preparados para dirigir el pa¨ªs. Sin embargo, es el calor que re¨²ne Endara alrededor el que hace que la actual Administraci¨®n sea popular. Con el horizonte electoral a¨²n lejano, esta cohabitaci¨®n no tiene por qu¨¦ verse comprometida.
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