Sergi Bruguera

Sergi Bruguera tiene 19 a?os, pero ya ha roto muchos platos. Su apariencia es fr¨¢gil. Con un rostro de ni?o bueno, contempla el mundo desde su 1,85 de estatura, apoyado en dos piernas delgad¨ªsimas. Cuando golpea la bola parece que sus huesos van a saltar hechos pedazos. Pero su imagen es enga?osa. Bruguera no es d¨¦bil. Tiene car¨¢cter, le gustan las situaciones dif¨ªciles, y si hay que pegar un grito lo pega. Ayer destroz¨® un poco m¨¢s los ya dif¨ªciles pron¨®sticos de Roland Garros, al ganar al n¨²mero uno, Stefan Edberg (Suecia), en tres sets. Queda mucho torneo, y Sergi puede ser eliminado, pero su triunfo ante Edberg ya es historia: por primera vez, el cabeza de serie n¨²mero uno de Roland Garros cae en la primera ronda.Sergi Bruguera es la biograf¨ªa de una obsesi¨®n. Su padre, Llu¨ªs, le ense?¨® todo lo que sabe de tenis, y Sergi, desde muy peque?o, quiso ser un profesional del circuito. Ten¨ªa un problema: su estatura. Era un chaval enclenque y bajito que dibujaba muy bien los golpes, pero que no ten¨ªa un f¨ªsico apropiado para este deporte. Pero de repente comenz¨® a crecer. Encaden¨® enfermedad tras enfermedad -ya se sabe que los ni?os crecen en la cama-, mientras las rayas de la pared con las que segu¨ªa su crecimiento se acercaban al techo. Bruguera creci¨® 20 cent¨ªmetros en dos a?os, para asombro del propio protagonista.

Eso sucedi¨® a los 17 a?os. En 1989 ya hizo travesuras en el circuito. Comenz¨® el a?o el 3332 y acab¨® el 269, para ser elegido por sus compa?eros como el jugador con mejor proyecci¨®n.

Su padre cuenta una an¨¦cdota que explica el car¨¢cter de Sergi: "Un d¨ªa jugamos a las damas en casa. Se enfad¨® porque perd¨ªa, y su madre le dijo: 'No te enfades, s¨®lo es un juego'. Sergi le respondi¨®: 'Mam¨¢, yo no juego por jugar. Juego para ganar".