Compromisos
Ray Charks, The Raektts y The Ray Charks Orchestra. Vel¨®dromo de Anoeta. 21 de julio.FEDERICO GONZ?LEZ
Ahora s¨ª, a partir de ahora ya se pisa terreno firme y se sabe qu¨¦ se va a ver. Se abri¨® en Anoeta la supuesta serie A del festival, donde se podr¨¢ o¨ªr a m¨²sicos hist¨®ricos, algunos ¨²nicos supervivientes de su especie. Algo as¨ª como una parada de diplodocos.
Ray Charles empez¨® por demostrar que en el intrincado mundo del espect¨¢culo vales tanto como el p¨²blico te aguante el retraso. Pasaba media hora sobre el horario previsto y la gente silbaba, aunque algunos se hab¨ªan montado la juerga por su cuenta y no dejaban parar la bota de vino. Un miembro de la organizaci¨®n pidi¨® paciencia. Se podr¨ªa, al fin, gozar del genio.
La espera result¨® entretenida. El primer trompeta expuso con delicadeza el emotivo I remember Clifford y se le prodigaron calurosos aplausos. Tambi¨¦n tocaron Manh¨¢ de carnaval, en la que condujo la melod¨ªa un instrumento poco habitual en estos menesteres, el tromb¨®n bajo.
Estrella renqueante
A la sexta, como se hab¨ªa prometido, apareci¨® renqueante la estrella. Diez minutos despu¨¦s cantaba Georgia on my mind, que sirvi¨® de pistoletazo de salida para el resto de sus canciones. Un concierto de greatest hits en el que todo estuvo medido y el p¨²blico, contagiado, no pudo por menos que colaborar y seguir fielmente su parte del gui¨®n. Fue un juego fascinante porque todo lo previsto se cumpli¨®; se sab¨ªa lo que iba a cantar la figura y se conoc¨ªa hasta la intensidad y duraci¨®n de los aplausos. Incluso los reproches, dichos con la boca peque?a, de alg¨²n espectador aislado formaron parte del programa.
Sin embargo, hubo un fallo. Se sabe que Charles es un experto en hacer las mezclas de sus propios discos y bien podr¨ªa haber echado una mano a los encargados de la mesa de sonido, quienes se pelearon con los controles sin conseguir finalmente que se oyera bien a la orquesta. Total, s¨®lo fueron 17 los m¨²sicos perjudicados. Las Raellets, que salieron hacia la mitad del show, tambi¨¦n sufrieron el desatino y se las o¨ªa o no se las o¨ªa seg¨²n el micr¨®fono que utilizaran. Una pena porque tienen preciosas voces, como demostraron cuando cantaron como solistas con aires de gospel y soul.
Pero ¨¦stos son peque?os errores que todos perdonan. Lo importante sucedi¨® sin sobresaltos y m¨²sicos y p¨²blico salieron contentos por haber cumplido con el compromiso contra¨ªdo. El protocolo se cumpli¨® hasta el final, porque tambi¨¦n est¨¢ en los papeles que a Charles no se le deben pedir propinas.
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