Memorias
Me he le¨ªdo las seudomemorias de Calvo Sotelo desde el inter¨¦s l¨®gico que merecen los recuerdos pol¨ªticos de un ex jefe de Gobierno y los hallazgos de buena, aunque desigual, escritura. A esa impresi¨®n de bondad contribuyen la excelente cultura literaria de don Leopoldo, la brillantez de alguna de sus frases e incluso la maestr¨ªa de ciertas descripciones. En especial invito al lector desafecto a este tipo de autores o a este tipo de libros a que no se lo pierda si quiere gozar con los mejores retratos sint¨¦ticos que ha merecido alguno de nuestros pol¨ªticos en ejercicio: Su¨¢rez aparece muy bien retratado, sobre todo por lo que no hace y por c¨®mo viste en contradicci¨®n con la ocasi¨®n; Fraga ha encontrado en la parsimoniosa retina de Calvo Sotelo el verdugo de su gesticulaci¨®n. Temible, temible Fraga, a juzgar por los benevolentes trazos con los que le describe su amigo Calvo Sotelo en situaciones l¨ªmite.Lo que m¨¢s me ha sorprendido de estas memorias es el empe?o de Calvo Sotelo en demostrarnos que no existen secretos de Estado. Hasta que finalmente me he dado cuenta del chiste. Los secretos de Estado son tan secretos que ni s quiera constan como secretos de Estado. Ser¨¦ yo burro. Por ejemplo, sorprende que el jefe de Gobierno que hace frente al 23-17 y a los juicios contra los implicados no sepa nada de la trama civil y asuma, por tanto, que el se?or Garc¨ªa Carr¨¦s se li¨® la manta a la cabeza ¨¦l s¨®lo y arremeti¨® contra la Constituci¨®n como Belauste arremet¨ªa contra los futbolistas enemigos de Espa?a.
Tambi¨¦n es cuando menos intrigante que Calvo Sotelo hiciera del ingreso en la OTAN la cuesti¨®n sine qua non de su paso por la historia de Espa?a y no informe a los curiosos de las consultas que tuvo que hacer con los poderes terrenales para dar tama?o paso. Los celestiales son presumibles, porque la OTAN formaba parte de la ¨²ltima cruzada. Pero los terrenales...
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.