Mauss, un esp¨ªa clich¨¦
Werner Mauss, el agente de la avioneta, responde al clich¨¦ cinematogr¨¢fico del esp¨ªa. Sus servicios eran requeridos tanto por la polic¨ªa alemana como por empresas privadas. Muchas veces trabajaba para ambos clientes a la vez. Era capaz de imaginar situaciones y enemigos ficticios para conseguir suculentos encargos. As¨ª, se le atribuye el invento del entrenamiento de miembros de la banda Baader Meinhof en el campo militar argelino de Cherchell. Su protegido, Susak, lleg¨® a sugerir a Cubillo raptar a turistas alemanes, lo que hubiera abonado el terreno para que Mauss siguiera justificando el cobro de los 15.000 marcos mensuales por defender los intereses alemanes en las islas.Era el detective privado preferido de las compa?¨ªas de seguros de su pa¨ªs. Entre sus principales ¨¦xitos figura la detenci¨®n en Yugoslavia del autor de un importante robo de joyas de la catedral de Colonia. En 1970 entr¨® en contacto por primera vez con la polic¨ªa espa?ola para poder perseguir en suelo hispano a dos criminales, Alfred Lecki y Helmut Darks, fugados de una c¨¢rcel alemana.
Mauss suele repetir que en una operaci¨®n secreta todo es importante: "Hasta las moscas en la pared". Ha negado que tuviera cualquier intervenci¨®n operativa en la denominada Neuland Aktion. Su papel, seg¨²n dice, fue el de "abrir puertas".
Entre el 8 de enero y el 17 de febrero de 1978, dos meses antes del atentado a Cubillo, Mauss vol¨® casi todas las semanas a Canarias, haciendo escala con frecuencia en Casablanca. Su actual paradero es desconocido.
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